Capítulo 45

39.2K 2.1K 172
                                    


Hayes está mirándome fijamente, esperando que alguna respuesta salga de mi parte.

Suelto un suspiro y cierro los ojos por unas milésimas de segundos, tomando una pequeña bocanada de aire y cuando los vuelvo a abrir, me encuentro con sus ojos grisáceos e intimidantes los cuales están mirándome fíjamente.

—¿Por qué me dices esto ahora?
–pregunto en otro leve suspiro.

—Esta semana.. joder, me he dado cuenta que te necesito.

Sé que le cuesta bastante decirme lo que siente, de mostrar sus sentimientos. No es un chico que lo suela hacer habitualmente. Sus palabras calan en lo más profundo de mi ser y, en mi mente se repite una y otra vez ese 'te necesito' con su ronca y a la vez sexy voz.

Madre mía, siento como estoy cayendo otra vez en sus redes y como me estoy creyendo cada una de sus palabras. Aunque esta vez, las noto sinceras.
No dejo que siga hablando, me lanzo hacia sus labios y lo beso, a lo que él me sigue.

Su frente está pegada a la mía, mis manos están arañando su espalda y su boca está junto a la mía callándome.

—Quédate.
–murmura.

Nuestras respiraciones son irregulares. Mis ojos están cerrados, no soy consciente ahora mismo para pensar o poder articular alguna palabra.

Hemos construído una burbuja, esa burbuja nuevamente y nada de nuestro alrededor existe.

Somos uno ahora mismo y se siente tan bien...

Quiero guardar este momento por siempre, quiero recordarlo. En este mismo instante no quiero irme, quiero quedarme aquí siempre. Con el.

—Te quiero Leah, joder. Me encantas.

Ahoga un gruñido y hunde su rostro en la curva de mi cuello. Pasan varios minutos hasta que uno de los dos dice algo. Acaba de decirme que me quiere, mientras ambos estabamos llegando a ese punto exacto. Aplasta sus labios en mi frente y suspira.

Oh dios mío, siento que acabo de morir y resucitar en la misma vez. Subo mis manos hacia su nuca,
acariciándola. Sus labios están sobre mi cuello, mientras que yo tengo los ojos cerrados y estoy disfrutando de nuestro abrazo.

Hayes levanta la cabeza y la coloca en mi altura mirándome directamente a los ojos.

—¿Que se supone que vamos a ser a partir de ahora?
–murmuro con voz entrecortada.

—Lo que tú quieras. Amigos, amigos que follan.. –río y le doy un leve golpe en el brazo– lo que quieras.

Suelto un suspiro leve y tras varios segundos mirándonos mutuamente a los ojos fijamente y sentir mis mejillas arder, siento los labios de Hayes posarse en mi frente y dejar un beso algo largo.

Se acuesta a un lado de la cama y me da la vuelta quedando espaldas a él, para después pasar su brazo por mi cintura y pegarme contra su pecho. Siento un beso húmedo en mi hombro y un 'descansa' en mi oído, que hace que sonría.

Después de unos minutos caigo en un profundo sueño. A penas son las ocho.

[...]

Cuando despierto espero ver el otro lado de la cama vacía y desilusionarme. Pero en cambio, al abrir los ojos veo un brazo lleno de tinta rodearme la cintura con fuerza. Sus dedos están entrelazados junto a los míos y nuestras piernas están igual. Suspiro y sonrío.

Mi móvil descansa sobre la mesita de noche y siento la necesidad de cogerlo y llamar a Joseph para decirle que no puedo ir junto a él.
Me extraña que no me haya llamado o buscado... pero creo que se ha tenido que ir ya, debo tener miles de mensajes y llamadas suyas.

Destruyeme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora