Capítulo 68

33.2K 1.4K 81
                                    


Me quedo quieta, me detengo en seco y trago saliva.

Raffael se encuentra en frente mío sonriéndome y por alguna extraña razón estoy nerviosa por volver a verlo después de tres meses, desde la última vez que le dejé tirado por Hayes.
No me siento tan mal porque él y yo no teníamos nada, sólamente hablábamos y nos llevábamos bien, él sabía que aún amaba a Hayes.

Le doy un codazo en el brazo sin fuerza a Cathy y ésta me mira de reojo; —¿Qué pasa?

—Está ahí Raffael. ¿Por qué no me has dicho que estaría aquí?

Cathy mira hacia la dirección que le estoy apuntando con la mirada. Alza ambas cejas sorprendida.

—¡No lo sabía! Tampoco entiendo qué hace aquí, es una barbacoa privada.

Hoy una compañera de clase con la cual nos llevamos bastante bien, nos invitó a las personas más cercanas a ella a venir a su casa en la tarde-noche ya que iba a hacer barbacoa para cenar.
Solamente estamos las personas más cercanas a ellas, por lo tanto, no entiendo qué hace aquí Raffael.

Luna se acerca a nosotras con una pequeña bandeja con chupitos, ofreciéndonoslo y ofreciéndoselo a las demás personas.

—Oye Marissa, ¿sabes por qué ese chico está aquí?

Marissa mira hacia el chico de camisa azul marino y estampado de anclas blancos en ella, el cuál es Raffael. Suelta una risita y habla:

—¿Él? Oh, es mi hermano. Y mis padres me han obligado a que este aquí para vigilarnos.
–dice rodando los ojos.

Mierda.
Asiento con una sonrisa fingida y hago una mueca.

No sabía que Luna tenía un hermano, ni si quiera que Raffael tenía ninguna hermana y que menos fuera una compañera del instituto.

Eso realmente me ha pillado por sorpresa.

—Oh, oh...

—¿Que pas...?
–dejo de hablar cuando escucho a alguien hablar en mis espaldas.

—Hola Leah.

Cierro los ojos fuertemente y dejo escapar un suspiro de frustración. Intento hacer mi mejor sonrisa fingida y me doy la vuelta chocando contra Raffael, quien tiene una gran sonrisa en el rostro.

—Hola Raffael, ¡cuánto tiempo!

—Llámame rafa –sonríe– ¿cómo estás? ¿sigues con Haynnes?

Aprieto los labios y suelto un suspiro.

—Es Hayes. Y, sí, estamos juntos.
–sonrío y Raffael asiente.

—Me alegro por vosotros, lo que te hizo fué realmente bonito.

Sé que no está diciendo la verdad.
Sé que esa sonrisa que ahora mismo ha ocupado su rostro es tan fingida como la mía y sé que le molesta que se haya enterado que todavía estoy con Hayes a pesar de que ni nos conocíamos y solo éramos amigos recientes.

Asiento con la cabeza y le dedico una sonrisa de labios apretados sin decir nada. Pasan varios incómodos segundos, hasta que rompe el hielo.

—¿Y eso que has venido a la barbacoa de mi hermana? No sabía que os conocíais.

—Es compañera de clase. Nos llevamos bien y nos ha invitado a Cathy y a mi. No sabía que eras hermano de Marissa.

Se pasa la mano por el pelo el cuál ahora lo tiene un poco más largo que la última vez, pero le queda bien igual.

Destruyeme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora