Capítulo 69

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Conseguimos escapar y escondernos en algún lugar donde no nos encuentren. Tras correr y tirotear para salvar nuestro culo, la gente obviamente nos ha visto y han salido pitando de las tres plantas del casino, corriendo y gritando por los pasillos pidiendo ayuda y escondiéndose para que ninguna bala les atraviese.
Nathan, Phil, Rick y yo teníamos un arma para defensa propia por si algo como lo que ha pasado, sucediera. Y se ha dado el caso.

Nunca suelo ir con ninguna jodida pistola en el bolsillo. Mis dos puños me sirven perfectamente para acabar con el oponente, pero esta vez en diferente. Con dos puños puedes dejar a alguien medio muerto, pero contra más de siete tíos no sirve de nada, por muy bueno que seas peleando.

—Se han ido, relajad el culo.
–comenta Rick.

—Joder, eso ha estado muy cerca.
–gruñe Phil.

Guardo la pistola en el borde del pantalón en la espalda y me acerco hacia Rick. Ese hijo de puta ha echado todo a la mierda.

Le agarro por el cuello de la camiseta estampándolo contra la pared con fuerza, estoy jodidamente cabreado con él.

—¿Por qué mierda has hecho trampas? Casi nos vuelan los cojones. ¡¿Eres gilipollas?! Juro que rompería cada uno de tus huesos por...

—¡Mierda, escondeos y dejad la mierda de discusión!
–grita Nathan en voz afónica.

Suelto su camiseta de mala gana y corro a esconderme detrás de la pared de nuevo, agarrando de nuevo la pistola y preparado a que esos cabrones entren. Las pisadas se escuchan más cerca en la misma sala de donde estamos, las tres personas tiran las mesas y mueven máquinas y mesas buscándonos.

—Cubridme las espaldas.

Me agacho arrastrándome por el suelo y llegando hasta detrás de unas máquinas de apostar lejos de donde ellos se encuentran. Cargo la pistola, a punto hacia el pelirrojo y aprieto el gatillo disparándole en la pierna. Gime de dolor y cae en el suelo agarrándose la pierna, los demás buscan alrededor suya al que le ha disparado. Ahora están mas en alerta.

—¡¿Dónde coño estáis?!
–grita uno de ellos.

Me levanto del suelo frotándome las manos quitando el exceso de polvo y basura del suelo.
Me arreglo la chaqueta y preparo el arma entre mis manos apuntando al rubio que se encuentra a unos metros de distancia buscando a su alrededor.

El otro se ha ido hacía otra dirección.
Está solo, hay que atacar.

—¿Me buscabas?

Se gira hacia mi dirección cuando escucha mi voz y prepara el arma apuntándome. Sonrío con suficiencia y me muevo hacia el lado izquierdo.

—Cabrón, vas a morir.

Está a punto de apretar el gatillo, tan a punto que... termina saliendo una bala de mi amada pistola cayéndole justamente entre el entrecejo, cayendo su cuerpo sin vida en el suelo.

Ha sido buena esa puntería.

Rio y vuelvo a esconderme cuando entran tres hombres más a la habitación, llamados por el tiroteo en esta jodida sala.

—¡Mierda! Han acabado con dos. ¿Y Ronny?
–grita uno de ellos moviendo los cuerpos.

—Estoy aquí, esos hijos de puta saben jugar bien.

Miro de reojo a Phil y Nathan, haciéndoles una seña con la cabeza para atacar. Rick esta detrás nuestro vigilando nuestras espaldas.

—¡Ahí!
–grita uno.

Destruyeme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora