Capítulo 89

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Por la puerta veo el rubio pelo de Nathan quién entra en la casa con una bolsa de plástico blanca y con latas de cervezas por lo que puedo ver desde a fuera. Ambos se chocan los puños y Hayes cierra la puerta detrás de él.

—¡Hey, tio! ¿qué mierda haces en bolas?
–ríe mientras mira a Hayes.

Cuando entra a la cocina nuestras miradas cruzan, Nathan sonríe pícaro y mira a Hayes para después mirarme a mi y así por tres veces seguidas sin decir nada.

Mis mejillas arden.
Que vergüenza.

—Ah vale, ahora lo entiendo –rie entre carcajadas y miradas perversas– podías haberme avisado que estabas ocupado, hubiera venido más tarde.

—Cállate. ¿Qué quieres?

Hayes rebusca entre la chaqueta de cuero que esta encima del sofá, sacando un paquete de cigarrillos y tomando uno para prenderlo.

—Sólo quería ver a un amigo y pasar el día con él
–se encoje de hombros– pero veo que estás ocupado. Así que, vendré después para irnos a la mierda esa.

Me levanto del taburete e incómoda camino por sus lados obteniendo miradas de los dos. Es incómodo.

Al llegar al primer escalón la voz de Hayes me detiene en seco;

—¿A dónde vas?
–pregunta tranquilo expulsando el humo lentamente por su boca.

Todavía están ambas miradas puestas en mi, y soy consciente de que esta camiseta no es lo suficientemente larga como para que me tape entera, y que, al subir escalón por escalón puede que algo se vea. Y no es algo que me guste.

Miro directo a Hayes.

—A darme una ducha, en un rato me llamará Cathy.
–me encojo de hombros.

Hayes asiente; —Ahora voy.

Siento mi corazón acelerarse y no sé si quiero que venga a la ducha conmigo, ya que conociéndolo, vamos hacer cualquier otra cosa que no sea ducharnos.

Estiro la camiseta hacia a bajo y asiento con la cabeza siguiendo mi camino y dejándolos ahí solos.

[...]

Después de un rato, todavía no se ha ido Nathan.
Lo que significa que puedo seguir ducharme tranquila sin que el pervertido de mi novio se meta en la ducha conmigo.

Enrollo la toalla alrededor de mi cuerpo y salgo de la ducha secándome el cuerpo con lo que sobra de la enorme toalla de Hayes.

En ese momento, la puerta se abre de repente y aparece Hayes, me mira de arriba a bajo analizándome lentamente y niega con la cabeza señalando la toalla que tapa mi cuerpo. Sus manos desatan el nudo y dejan caer la débil toalla al suelo y sonríe.

—Así mucho mejor.
–murmura agarrándome de la cintura y dándome leves empujoncitos para entrar de nuevo a la ducha.

—Ya me he duchado, has venido tarde.
–digo encogiéndome de hombros.

—Pero yo no y quiero compañía.

Cierra la mampara detrás de él. Está desnudo frente a mí, con su cuerpo casi pegado al mío. Su boca se encuentra con la débil zona de mi cuello erizando mi piel. Siento escalofríos por todo el cuerpo.

—¿Por dónde íbamos antes...?
–susurra en un tono ronco y sexy.

Suspiro y cierro los ojos.

Me apoyo en la fría pared y su cuerpo se pega totalmente al mío, su mano agarra mi barbilla alzándome la cabeza y aplastando sus labios con desesperación a los míos. Su otra mano abre la llave del agua cayendo sobre nosotros y agua templada cae.

Sonríe malevolamente en el segundo que su boca se separa de la mía y me agarra de la cintura alzándome hasta sus caderas.

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[...]

Cathy me mira sonriendo y moviendo las cejas al mismo ritmo arriba y abajo divertida.

—Entonces.. ¿habéis vuelto?
–dice Cathy.

Rio nerviosa como cualquier adolescente enamorada por primera vez. Agacho la mirada tímidamente mientras que una sonrisa tonta de enamorada ocupa mi rostro.

—Sí...

Cathy me sonríe ampliamente, aunque sé que después de lo que ocurrió entre Hayes y yo no le gusta demasiado la idea de que volvamos a estar juntos, pero ella sabe lo mucho que ambos nos queremos y necesitamos.

—Solo procura que no vuelva a hacerte daño o le cortaré las pelotas.
–amenaza moviendo su dedo índice.

Asiento mientras rio a carcajadas y Cathy se une conmigo.

—¿Lo sabe Tristan?
–comenta Adi entrando por la puerta.

—No lo he visto todavía, así que no lo sabe aún. ¿Por qué?

—Sabes que no le va a hacer ninguna gracia, y que, no te va a dejar volver con él otra vez.

Adi es algo así como mi segundo hermano mayor. Siempre actúa como uno, se preocupa por mí y quiere lo mejor, pero llega a ser excesivamente sobreprotector como puede llegar a serlo Tristan.
Lo que significa, que son dos exactamente iguales.

A Adi tampoco le gusta la idea de que vaya a volver con Hayes. Lo odia y desprecia después de lo que ocurrió entre él y yo, y no quiere que vuelva con él.
Pero es mi vida y yo elijo lo que quiero que esté o no este en ella.

—Es mi vida y haré lo que quiera.

—A mi me da igual, el chasco te lo vas a llevar tú cuando lo vuestro no funcione. Volver con un ex nunca funciona.

—Quién no arriesga, no gana Adi.

—Déjala Adi, cuando estés enamorado lo entenderás y entenderás bien las locuras que llegas a hacer por la otra persona.
–Cathy me sonríe.

Adi simplemente rueda los ojos y frunce el ceño mientras que camina por la habitación marchándose a alguna parte.

Cathy me mira y yo le miro a ella, se encoje de hombros y apoya su mano en mi antebrazo.

—Realmente espero que ese cabrón no la vuelva a joder, no quisiera verte otra vez mal por su culpa.

—No va a pasar.
–aseguro.

—Eso espero. Si no me encargaré yo misma de él si te hace daño. Ya te lo he dicho.

Asiento y Cathy ríe a carcajadas y ambas empezamos a reír.





¡Hoooola! :)

Que nervios, quedan solamente dos capítulosss...

El final se va acercando poco a poco..

¿Qué pasará, Qué pasará?

Comentad, os leo siempre y os respondo!

¡Nos leemos muy pronto!
❤❤❤❤

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