—¡Vaya! Bueno, siempre tienes al caliente de Hayes.
–se muerde el labio inferior y ríe.

Doy un leve golpe en su brazo mientras río y niego con la cabeza.

—Cathy, es un conocido solamente.

Mueve ambas cejas rápidamente, riéndose.

—Con el que tuviste relaciones sexuales.

No sé para que le cuento nada, siempre termina por recordarme lo mismo.

Ruedo los ojos y doy círculos con la cuchara en la taza de café.

—Sólamente pasó una vez. Y nunca más va a pasar, deja de recordarmelo cada vez que hablas de él. Ni si quiera sé por qué lo haces.

La fulmino con la mirada y ella ríe.
Se lleva la taza de té a la boca y da un sorbo.

—Nunca digas nunca, la vida da mil vueltas y Hayes está buenísimo. Cualquiera caería de nuevo, créeme.

No soy el juguete sexual de nadie y no quiero volver a hacer nada nunca con el. Por muy "bueno que esté" o deje de estar.

—... hablando del rey de roma, acabo de verlo pasar por la puerta.


Me giro hacia la puerta asustada para comprobar si lo que dice es verdad o no, pero caigo en esa mentira suya cuando le veo reírse a carcajadas.

Ahora pensará que estoy loca por Hayes.
Lo que faltaba...

—¡Estás pillada por él!
–dice en tono alto y varias personas de nuestro alrededor nos miran.

—¡Cállate! Estás llamando la atención de todo el mundo, y no, no estoy pillada por él.

Solo me gusta su rostro, su cuerpo, sus tatuajes, sus ojos grises y sus perfectas facciones. Pero su personalidad, no me gusta. No encaja con la mia ni nunca lo hará.

Hayes es un chico muy guapo y atractivo, puedo admitirlo porque es la realidad. Pero su personalidad no me gusta, es muy diferente a mi, y a mi los chicos con una personalidad así de: "soy el rey del mundo y tengo a todas loquitas por mi" no me gustan nada.

Cathy parece no creerme. Me mira entornando los ojos por varios segundos y termina soltando una leve carcajada. Está riéndose de mí.

—Piensa lo que quieras. Es tarde, tengo que irme.

Tomo el bolso de la silla y me lo coloco en el hombro. Cathy hace lo mismo y después de pagar entre las dos lo que hemos pedido, nos vamos de camino a mi casa.

[...]

Cathy y yo caminamos de camino hacia mi edificio. Son a penas las ocho, pero queríamos ir a casa ya que estamos un poco cansadas.
Hoy Cathy va a quedar en mi casa como en los viejos tiempos, desde que me independice no hemos vuelto a tener noche de chicas. Así que, hemos decidido en quedarnos en casa las dos y así mañana de paso ir juntas al instituto ya que tenemos a primera hora clase conjunta.

Miro hacia mi alrededor esperando no ver a Hayes, ya que el siempre está por estos lugares. No quiero encontrármelo otra vez. Falta poco para llegar a casa, ahora estamos pasando por el edificio donde vive Adi, donde mi casa está a unos pocos edificios contiguos.

Tengo la mirada perdida en el suelo y en mis pies mientras que caminamos camino hacia mi edificio, cuando siento como me dan un codazo –por parte de Cathy– y cuando voy a echarle la bronca por haberme dado un codazo sin venir a cuento, mi mirada cruza con unos ojos grises a lo lejos de la otra calle. Apoyado en uno de los coches que se encuentran aparcados y su mirada está fija en mi.

Destruyeme Where stories live. Discover now