¿Qué pasa? ¿Al señor le molesta que tenga novio y esté ilusionada y feliz con él?

Por dentro estoy riéndome como cuál malvada de disney. Aunque diciéndolo, parezca patético.

—Mientes.
–da un paso hacia mi colocándose nuevamente en frente mio.

Niego con la cabeza repetidas veces.

—No miento. Me gusta, quiero estar con él. ¿Acaso te molesta?

—No me jodas, solamente he venido aquí para follar. Después del otro día que te dejaste de hacer, ¿Por qué no venir de nuevo?

La rabia se acumula dentro mio y controlo mis ganas por abofetearlo.

El ríe, ríe orgulloso de lo que ha dicho. Pero a mi me ha dolido.

—Vete de mi casa. No soy tu puta a domicilio, eres un gilipollas.

Le empujo con fuerzas que, no sé de donde las he sacado, pero tampoco es para tanto ya que no consigo moverlo mucho del sitio. Él también se mueve hacia la puerta principal. La abro con rabia, y le empujo hacia fuera. El ríe.

—¿A todos les sueles abrir las piernas tan fácilmente?
–pregunta riendo.

Cierro la puerta de un portazo. Siento como una lágrima se desliza por mi mejilla, de rabia, de frustración.

¿Cómo es tan imbécil? ¿Tan capullo?

Odio que sea así.
Odio que tenga actitudes cambiantes.

Y odio que esté causando cosas extrañas en mi. No es enamoramiento, tal vez sea atracción. Pero odio que con tan solo tocarme o besarme mi mundo se nuble y solo quiera estar con él, odio que haga que caiga en sus redes cuando él quiere. Y casi, he vuelto a caer esta vez.

[...]

Tristan me mira y me sonríe.

Mamá está en casa y juntos los tres estamos viendo una serie juntos aunque ya está por acabar y ambos nos tenemos que ir. Hemos venido para comer con ella y pasar un poco la tarde los tres juntos.

—Papá vendrá el lunes que viene. Se ha ido con otros negociadores.

Le responde a Tristan, quien le ha preguntado qué día vuelve papá. Quien asiente con la cabeza.

—Bueno, creo que nos tenemos que ir. Leah ha quedado con su novio y Anne está a punto de llegar de trabajar.

Mamá me mira sorprendida.

Oh, se me había olvidado ese pequeño detalle. No le he dicho que estoy saliendo con alguien. Pero, ¿cómo hacerlo? Casi nunca la veo.

—¿Ah, sí? ¿Y quién es?
–pregunta con una sonrisita.

—Un vecino suyo. Se llama Will.
–dice antes de que pueda hablar.

Le lanzo una mirada asesina a Tristan, quién ríe cono un niño pequeño y se lleva las manos a la boca, como si se le hubiese escapado.

Infantil...

—¿Es buen chico?

Asiento con la cabeza.

—Es increíble –sonrío– bueno mamá tenemos que irnos. ¿Verdad, Tristan?

Miro rápidamente a Tristan, quién abre la boca para hablar y una risa de malicia decora su rostro.
Pero lo fulmino con la mirada nuevamente, en una advertencia para que se calle y no diga lo que tenga pensado decir.

Destruyeme Where stories live. Discover now