Doy un paso hacia atrás y niego con la cabeza repetidas veces.

—Estás loco si piensas que voy ayudarte a hacer algo así.

Canino hacia atrás a paso lento por si me caigo, intento darme la vuelta y comenzar a correr, pero Hayes es más rápido y me toma del brazo deteniéndome.

Ríe a carcajadas. Me suelta el brazo y se retuerce de la risa.

Es bipolar, sí.

Después de un rato riendo, se acerca hacia a mi.

—Eres muy inocente.
–murmura y baja su mirada hacia mis labios.

Su lengua se pasea por sus labios carnosos mojándolos. Retira la mirada de mis labios y la vuelve a subir hacia mis ojos mirándome fijamente.

—No tengo ningún cadáver, no soy un asesino.

—¿Entonces?
–pregunto confundida y algo asustada aún.

Soy consciente de que Hayes quería hacerme perder tiempo para que no esté con Dylan. Pero ¿para qué?

No entiendo esto.

¿Por qué justamente me tiene que traer a mi? ¿No había acaso más chicas en la fiesta que me ha tenido que escoger a mi precisamente?

No creo en las casualidades.

—Quiero que me acompañes a un sitio.

No le contesto.

Estoy esperando a que me responda y siga hablando.
Él lo toma como respuesta y responde;

—Ven.
–es lo único que dice y me toma del brazo otra vez.

[...]

Estamos en frente de un club nocturno. Un gran letrero se encuentra a la entrada de este: Sugar dolce.

Miro a el lugar y le miro a él. Sale del coche sin decir nada –a sacado un coche de los que estaban aparcados en un parking enfrente de un edificio, el único edificio que había enfrente de un supermercado– cuando un chico de la misma edad que Hayes sale de la puerta del club.

Observo como Hayes se acerca a él.
Choca la mano con ese tipo extraño y éste le da un fajo de dinero el cuál guarda en el interior de su chaqueta. Después, le da una bolsa blanca y se despide de él después de haber intercambiado algunas palabras.

Abre la puerta y se sienta en el asiento del conductor. Tira la bolsa blanca en los asientos traseros e introduce la llave arrancando el coche.

—¿Qué era ese dinero? ¿Quien era ese tipo?
–pregunto asustada.

Esto no me gusta ni un pelo.
Estoy asustada y tengo miedo, no entiendo el por qué me ha traído a un lugar así y me ha dejado en el coche mientras que él ha ido a la puerta u ha intercambiado dinero por una bolsa blanca que seguramente no sea nada legal. Ni tampoco quiero saber qué es lo que contiene.

—¿Para qué quieres saberlo? No te importa.
–dice seco.

Y aquí vuelve su mal humor.
Ruedo los ojos.

—No tienes por qué contestarme borde, te lo he preguntado bien.

—Y yo te he dicho que no te importa.

No le contesto.

Dejo que pasen los minutos y ninguno de los dos dice nada. Después de unos minutos, llegamos a la misma casa de antes.
Ambos bajamos del coche y entramos por la puerta, la cuál está abierta ya que está entrando y saliendo bastante gente continuamente.

Veo a Dylan a lo lejos y me acerco a él dejando a Hayes por detrás mío.

Dylan me sonríe y me saluda con la mano.

—¿Dónde estabas? Te he estado buscando.

—He ido un momento a.. mi casa. Mi hermano me había llamado, necesitaba mi ayuda.

Mentira, mentirosa.

Dylan me sonríe y asiente sin preguntarme nada más. Me toma de la mano y me ofrece un vaso de plástico pero niego, no tomo alcohol.

Se encoge de hombros y le da un trago a la bebida.

Salimos fuera, al porche. Los dos nos sentamos en uno de los sillones movibles y nos balanceamos en éste mientras miramos en frente nuestra y la gente pasar.

—¿Sabes? Desde hace tiempo me he estado fijando en tí, me pareces interesante...

Le miro y sonrío y mis mejillas vuelven a teñirse de rojo.

No me puedo creer que él me esté diciéndo esto.

—Leah, me atraes desde hace tiempo.


Una mariposa estrella contra mi estómago y sube hacia mi garganta formándose un nudo.

Estoy nerviosa, emocionada, sorprendida.. de todas los sentimientos posibles. No me esperaba para nada algo así. Esto parece un sueño.

Se acerca hacia a mi lentamente, tomando mi rostro entre su mano derecha y en pocos segundos sus labios están sobre los míos. Y vaya que todas las chicas estén locas por besarlo, tiene los labios más suaves y apetecibles del mundo entero.

Al separarnos, mi vista se centra hacia la casa cuando veo a Hayes pelear con un chico y después dar un fuerte golpe en la ventana, la cual se hace añicos y gritos de varias personas asustadas se escuchan.

Hayes sale por la puerta con el puño sangrando y enfadado. No sé si debería acercarme a él, no lo conozco de nada, pero por alguna razón me preocupa verle con la mano así de herida.

—Disculpa Dylan, ahora vuelvo.
–murmuro y me levanto caminando hacia Hayes.

Camino en su dirección y gritó su nombre. A la primera vez no se gira, como si no me hubiera escuchado. Al gritar su nombre una segunda vez, se gira hacia mi con el ceño fruncido.

—¿Qué cojones quieres?
–dice de mala gana mirándome con cara de pocos amigos.

Mi mirada viaja hacia su puño, el cual está sangrando y algunas gotas de sangre caen al suelo.
Está jodido y sé que le deje de doler demasiado, se le han abierto los nudillos.

Miro hacia él nuevamente, su mirada cruza con la mía. Está esperando a que le diga algo, sé que quiere marcharse.

—¿Por qué has hecho eso? Mira como tienes la mano, tienes que curártela antes de que la herida se te infecte.

—¿Por qué cojones te preocupas? No me conoces, y esto, es algo que me suele pasar constantemente.

Trago en seco.

Creo que lo mejor hubiera sido que me hubiese quedado en el jardín junto con Dylan y no haber venido hacia él. Solo he conseguido que me hable mal.

Aunque era de esperar. Es un tipo gilipollas y está enfadado, era obvio que no me va a hablar bien y simpático cuando es todo lo contrario a eso.

—Solo preguntaba.

—No preguntes tanto y no te metas en cosas donde no pintas nada. Vete con tu novio.

Frunzo el ceño.
¿Qué le ha dado con que Dylan sea mi novio?

Lo dice con cierta rabia y odio, como si tuviera "celos" o algo parecido. Pero es imposible porque no nos conocemos y es algo que no es posible y menos viniendo de alguien como el.




















¡Holaaa!

Oh vaya vaya...

A mí también me parece que Hayes esté un poquito celosin, pero en realidad, no tendría mucho sentido...

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¡Nos lemooss!
❤❤❤❤❤

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