—No diría que eres una nerd porque eres bastante mala en los estudios. Pero.. ¿qué haces leyendo en la noche cuando puedes ir de fiesta y conocer a miles de tíos?

—Ya Cathy déjalo, no insistas porque no voy a ir.
–respondo en tono de cansancio.

—Como sea. Por cierto, ¿Sabes quién va a ir? Me he enterado esta tarde por parte de Marie.
–dice después de una risa maligna.

Ruedo los ojos; —¿Quién?

—Dylan.

Un nido de mariposas revolotea en mi estómago en el momento que escucho su nombre, el mismo que se reproduce mil veces como un disco rallado en mi mente todo el tiempo.

Sé que quizá sea cierto, pero también está utilizando esa excusa para que así sea más probable de que vaya a esa maldita fiesta.

Dylan es mi amor platónico desde hace dos años.
Lo conocí cuando una amiga de mi amiga me lo "presentó", al principio ni notaba su presencia hasta que ella empezó a hablarme sobre él por que a su hermana le gustaba. Después de seguirlo por las redes sociales y por cosas que ocurren en la vida.. no es que empezó a gustarme, pero si a sentir algo de curiosidad hacia él. Hasta que al día de hoy, estoy perdidamente enganchada a él.

Él nunca se fijaría en alguien como yo, a pesar de haber cruzado miradas unas cuántas veces por los pasillos del insituto y unas cuántas sonrisas.
Pero nada que pase de esa línea.

—Bueno, tendré que pedirle permiso a Tristan. Si no me deja, tendré que escaparme. No te prometo nada.

—Eres mayor de edad, enfréntalo.
–dice Cathy.

Suelto una carcajada; —Tu lo ves todo muy fácil. No va a aceptar ni me va a dejar ir tan fácilmente.

—Bueno, tráete algún vestido o lo que te vayas a poner para la fiesta. Ven a mi casa a las siete, nos arreglamos aquí.

Asiento aunque sé que no puede verme, le respondo un: 'está bien, luego nos vemos' y cuelgo la llamada.
Dejo el móvil cargando ya que le queda poca batería y me acuesto nuevamente en la cama.
Necesito una de esas siestas largas en las que te despiertas a las horas y sientes tu cuerpo descansado.

[...]

Bien, Tristan ha llegado hace un rato de donde quiera que haya ido. Está tirado en el sofá, bebiendo una cerveza mientras ve un programa de televisión.

Me acerco hacia él cautelosamente.

—Tristan —le llamo y su mirada hace contacto visual con la mia– voy a ir a casa de Cathy, hoy me quedo a dormir a su casa. Avisa a mamá y papá, ¿vale?

—¿Les has pedido permiso?
–pregunta serio.

—No tengo que pedirle permiso a nadie, tengo dieciocho años. Ni si quiera tendría que decirte a ti nada.
–digo con cierto coraje.

Odio cuando Tristan se pone en modo padre o modo celoso. Sé que lo hace porque se preocupa por mi, pero de verdad, que no soporto cuando se pone de esta manera.

—Mira, créeme que me importa lo más mínimo que tengas dieciocho o ochenta. Pero mientras que vivas aquí tienes que pedirle permiso a papá o mamá. Incluso a mí.
–dice señalándose con el dedo índice.

Coloco una mano en mi cintura y elevo una ceja.

—¿Puedes llevarme a su casa? No tengo nadie que me lleve.
–digo ignorándole.

Tristan me observa por unos segundos sin contestar, ni si quiera pestañea.

Me pone nerviosa. Quiero gritarle para que diga alguna respuesta, hasta que antes de hacerlo, habla;

—Quiero que te vayas a casa de Cathy antes de las dos, más tarde no. No me creo que vayas con Cathy sólamente a dormir a su casa. He sido adolescente y sé las mentiras a la perfección. Puede que a mamá o papá les puedas engañar, pero a mi no.
No fumes, no bebas y no te dejes llevar por ningún chico y te quiero aquí mañana antes de las doce de la mañana. Si no, recibirás un castigo. ¿de acuerdo?

—¿Un castigo? No tengo ocho años y no hay nada con lo que puedas castigarme.
–digo rodando los ojos.

—Créeme que si hay. Tus libros, tu móvil, tus oreo... ¿sigo?

—¿Te vuelvo a repetir que tengo dieciocho años y no doce?

Tristan me mira serio y alza una ceja.

—¿Y yo te vuelvo a repetir, que como no vuelvas a casa de Cathy antes de las dos y como no te presentes mañana en casa antes de las doce pienso quemar tus libros y hacer una hoguera con ellos mientras me hago marshmallow?


Frunzo el ceño.
No sé atreverá a hacer algo así, claro que no.
El sabe que si quema mis libros va a tener que comprarme cada uno de ellos y no creo que eso sea lo que más le convenga.

Sé que lo hace para intentar  "asustarme" como si fuera una cría a la que puedes engañar fácilmente. Pero no es así.

Ruedo los ojos y asiento con la cabeza.

—Tal vez en otra vida creas que eso sea posible hacer. Mantén tus sucias manos apartadas de mis libros, Tristan.

—¿O qué? Soy más mayor que tú.
–dice desafiante.

—¿Recuerdas a Megan de 'Drake y Josh'? Bueno, no quieras tener una Megan en casa.

—Buena jugada, Leah. Buena jugada. Ve a vestirte antes de que cambie de opinión y no te deje salir por esa puerta.
–dice señalando con su dedo índice la puerta principal.


Asiento con la cabeza y río.

Me doy la vuelta hacia el pasillo para ir hacia mi habitación y escucho su risa detrás de mi.
Niego con la cabeza y entro en mi habitación buscando algo decente que ponerme entre las prendas que tengo en mi armario.

¿Qué debería ponerme? Ni si quiera sé que es lo adecuado para ponerse para ir a esos sitios.







¡Holaa!

Primer capítulo de esta nueva historia!

Estoy muy emocionada por esta nueva historia, realmente espero que os guste! :)

Me encantaría leer vuestros comentarios, os leo y respondo!

¡Nos leemos!
❤❤❤❤❤

Mis redes sociales:
(Solo tengo Instagram)

Ig: @Neferktiti

Destruyeme Where stories live. Discover now