Epílogo

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Habían pasado semanas desde que mi madre y mi hermana me habían encontrado, se establecieron en Irlanda y ahora mi familia estaba completa, los días después de que llegaron estuvieron llenos de felicidad, sentía que por fin mi vida estaba completa.

Esa mañana mi madre se había ofrecido a cuidar a Daeclan y Patrick, quería pasar el mayor tiempo posible con sus nietos y a ellos les encantaba estar con su abuela, pues jugaba con ellos y les cantaba canciones.

Caden y yo salimos de la casa antes de que el sol saliera, hoy no cortaría leña ni iría a la aldea a venderla, él dijo que quería un día solo para él y para mí.

- ¿A dónde vamos? – Pregunté cuando ya nos habíamos internado muy adentro en el bosque.

- Es una sorpresa. – Dijo el sonriendo.

- Espero que sea buena porque ya hemos caminado mucho. –

- Lo será, ya verás. –

Seguimos caminando hasta detenernos en un prado que tenía vista a un par de montañas. Caden se sentó en el suelo y me invitó a sentarme a su lado, cuando lo hice me rodeó con su brazo y besó mis labios.

- No quites tu mirada de las montañas. – Dijo él.

- No lo haré. –

- Elise ¿eres feliz? – Preguntó mientras seguíamos con la vista a las montañas.

- Por supuesto que lo soy ¿tu lo eres? – Pregunté ahora yo.

- Lo soy, desde el momento en que te conocí y ahora soy mucho más feliz, pues se que ya nada ni nadie nos separará, además soy feliz por ti, pues todas esas dudas que tenías sobre el destino de tu reino se han resuelto. –

- Sí, es un alivio saber qué pasó y saber que mi madre y Charlotte están a salvo y nadie podrá dañarlas. –

- No había querido preguntarlo, pero ¿cómo te sientes al respecto de tu padre? –

- No lo negaré, me siento triste, pero era algo que tenía que pasar. –

- Mejor no hablemos de eso. – Dijo él al notar la tristeza en mi voz. – Mira, eso quería enseñarte. – Dijo señalando a las montañas.

Él sol comenzaba a asomarse, los brillantes rayos inundaban el lugar, se colaban entre los árboles y sus ramas, siguieron avanzando hasta reflejarse en los mechones del cabello de Caden. El sol se levantó por completo, dando como resultado un hermoso amanecer, ahora sabía que eso era lo que Caden quería mostrarme.

- Es hermoso, nunca me había detenido a admirar el amanecer. Fue una hermosa sorpresa. – Dije con fascinación.

- En realidad esa no es la sorpresa. – Dijo sonriente.

- ¿No? – Inquirí confundida.

- No, sígueme. –

Volvimos a caminar, esta vez no tanto, Caden no me dijo nada, pero al verlo supe que esa era la sorpresa.

- ¿Sorprendida? – Preguntó Caden con una hermosa sonrisa en sus labios.

- ¡Totalmente! – Exclame emocionada.

Frente a mí había una cabaña casi idéntica a la que le había pertenecido en Ilydford, era un tanto más pequeña, pero se veía igual de acogedora.

- He pasado mucho tiempo trabajando en esto, pensé que sería bueno tener un lugar al cual ahora ambos podemos huir. –

- Tu tienes las más brillantes ideas. – Dije abrazándolo y dándole un tierno beso en los labios.

Perdida en mi destino.Where stories live. Discover now