Capítulo LXV

12.9K 926 173
                                    

No tenía palabras, por primera vez estaba atemorizada por Daimmen y Eleonor, estaba segura de que esa era la venganza de ella por las muchas veces que la dejé en mal en la corte y fuera de ella, aunque la mayoría de las veces ella haya sido quien provocó todos los problemas.

- No sé que traman ustedes dos. –

- Alteza, por favor deje de fingir. –

- ¿Fingir qué, Eleonor? –

- Que no sabe que ha sido descubierta. –

- Y dime, específicamente en qué he sido descubierta. –

- Sobre sus salidas secretas. –

- No estaba enterada de que, como parte de mi título, se me imponía permanecer cautiva por siempre en el castillo. –

- Si no es nada malo lo que hace ¿por qué ocultarse para hacerlo? –

Ese argumento, por más que odiara admitirlo, era correcto, realmente no hacía nada malo ¿qué había de malo en amar y estar enamorada? Pero a ojos de toda la corte lo que hacía podía considerarse traición.

- Elise, ya no alegues, lo sé todo, ella me lo ha contado todo y te he seguido. –

Mi corazón se hundió hasta el fondo, me había espiado ¿sería cierto o solo lo dijo para obtener la verdad de mí? De una u otra forma seguiría negando todo lo que pudiera.

- Eleonor, vete ahora. –

- Pero Daimmen. – Alegó Eleonor, pero fue interrumpida.

- ¡Te he dicho que te vayas! –

Eleonor salió de la habitación a regañadientes, estaba segura de que quería ser partícipe del infierno que acababa de desatar.

Una vez que estuvo fuera dije:

- ¿A dónde quieres llegar Daimmen? –

- Elise ¡Detente ya! ¿crees que soy estúpido? –

Tuve un impulso muy grande que me provocaba responder sí, pero ahora no era momento para mi sarcasmo, si era verdad que me había espiado estaba en grandes problemas.

- Yo lo sabía ¡Lo sabía! Lo sospeché muchas veces y tenías el descaro de negarlo, aunque era evidente. –

- ¿De qué demonios hablas Daimmen? – Pregunté irritada.

- ¡El maldito aldeano Elise! Te vi con él. –

Sentí que podía desfallecer, las piernas me flaquearon y todo comenzó a darme vueltas.

- Te vi abrazarlo y llorar en sus brazos... vi cómo te miraba y cómo lo mirabas a él. –

Su tono iracundo del principio desapareció y dijo todo eso con tristeza en su voz. - ¿mis brazos no son suficientes para consolarte? ¿mi cariño no es suficiente para ti? –

- Daimmen, tu bien sabes que no me quieres. –

- Elise, yo te amo. –

- ¡Eso no es verdad! Tu no amas a nadie más que a ti, si en verdad me amaras no me harías la vida imposible, no estarías con otras mujeres, no me ofenderías cada que tienes la oportunidad de hacerlo. –

- ¡Tu desprecio saca lo peor de mí! –

- ¡Tonterías! Ese es un pretexto muy estúpido Daimmen. –

- Pero eso no es el punto, el punto es que me engañaste Elise. –

Lo miré con desaprobación, ¿cómo se atrevía a echarme en cara que lo había engañado cuando él lo había hecho no con una sino con dos mujeres diferentes? De todas maneras, estaba preocupada, me asustaba pensar qué haría con esa información, de qué manera me chantajearía, debí enviar de vuelta a casa a Eleonor desde la primera vez que armó un escándalo ahora me evitaría todo esto.

Perdida en mi destino.Where stories live. Discover now