Capítulo XVI

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A primera hora de la mañana siguiente mis pertenencias ya estaban siendo cargadas nuevamente en la embarcación, a pesar de los ruegos del Rey y la Reina de no dejar Francia no pude acceder después de toda la humillación que había sufrido la noche anterior, en realidad todos pensaban que me iba por lo que desgraciadamente presencie entre Daimmen y Arabelle pero no era solo eso sino que también sentía el dolor de haber sido usada de esa manera, de pensar que Daimmen me quería cuando yo era solo parte de su plan. Daimmen no quiso verme cuando partí, yo no esperaba que lo hiciera y tampoco tenía deseos de verlo, así que quienes me acompañaron hasta el muelle para despedirme fueron el Rey, la Reina y Marguerite.

-Elise, lamento que el motivo de tu partida sea este, espero que puedas disculparnos algún día.- Dijo la Reina

-Majestad, no tengo nada que disculparles, ustedes siempre fueron muy atentos conmigo y no les guardo ningún rencor.-

-Elise, por favor, te ruego que pienses bien sobre tu compromiso, te aseguro que esto no volverá a suceder.- Dijo el Rey Benoit tomando mis manos.

-Lo pensaré Majestad, pero no puedo prometerle nada, esto ha sido muy doloroso para mi.-

-Lo se querida pero no se repetirá, yo mismo me aseguraré de ello.-

-Se lo agradezco majestad.-

Marguerite, solo nos miraba, no decía nada, fue hasta el final que se acercó a mí y me abrazó, y susurrando me dijo:

-Lo siento Elise.-

-No debes preocuparte Marguerite y ten en cuenta que esto jamás cambiará la relación que hay entre nosotras.-

-Gracias Elise, eres muy buena.-

Sin decir una palabra más abordé y fui directamente a mi camarote en espera de un largo viaje más.

                                                                                      ....

Llegamos a Ilydford al atardecer, mis padres no sabían de mi regreso, así que cuando llegue directamente al castillo se llevaron una gran sorpresa, mi madre no dudo en correr y abrazarme, mi padre por su parte siguió con la seriedad que lo caracterizaba.

-Elise, ¿qué haces aquí?.-

-Padre, decidí regresar después de la gran humillación que he sufrido.-

-¿Humillación? ¿A qué te refieres?-

-Durante mi estadía en Francia y al regreso del Príncipe Daimmen en compañía de la Princesa Arabelle todo se veía deteriorado, fue hasta que una noche descubrí en la cama al Príncipe Daimmen y la Princesa Arabelle y además de ello me ha culpado de entrometerme en asuntos que no me competen.- Eso era demasiado y me sentía tan dolida no solo por eso sino por el hecho de haber sido usada para lograr su plan y por lo mismo no quise hablar de ello con nadie.

-Mi pobre hija, lo lamento tanto.- Dijo mi madre y yo continué dispuesta a hacer una petición.

-Por lo tanto padre, te suplico que anules mi compromiso, no puedo aceptar casarme con él después de lo sucedido.-

-¡En absoluto! este compromiso no será anulado de ninguna manera, el matrimonio es un asunto político no un asunto de amor. ¿Los reyes saben de esto?-

-Sí, ellos lo saben.-

-¿Manifestaste tus deseos de anular tu matrimonio?-

-Sí, lo hice.-

-¡Cuándo dejarás de pensar solo en ti!, enviaré una carta a Francia informando que este matrimonio no será anulado, que has cambiado de parecer.-

Perdida en mi destino.Where stories live. Discover now