Capítulo XLI

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Estaba en la biblioteca leyendo un poco cuando uno de los guardias se acercó a mí.

- Alteza, su padre la espera en el gran salón, dice que acuda de inmediato. -

- Gracias, estaré ahí en un momento. -

El guardia salió de la biblioteca después de hacer una reverencia y enseguida salí yo. No sabía que podría querer mi padre con tanta urgencia, pero era mejor no hacerlo esperar para evitar problemas.

Llegue al gran salón mi padre tenía una expresión de furia en su rostro y no entendía que estaba sucediendo, mi madre estaba sentada en su respectivo trono sobando sus sienes con expresión seria, pero si despegar la vista del suelo. Me acerqué a ellos y me reverencié, antes de que pudiera preguntar algo mi padre se levantó y me dio un bofetón.

- ¡Me dirás ahora mismo! ¿quién demonios es Caden Romlow? -

Abrí los ojos con terror y volteé a ver a mi madre, pero ella no fijaba su vista en mí.

- No sé de qué hablas padre. -

- ¡Claro que lo sabes! Más te vale decírmelo ahora. - Dijo con su rostro muy cerca de mí apuntándome con su dedo.

- Ya te lo he dicho, no sé de qué me estás hablando. - Mentí

- Quizás ella pueda refrescar tu memoria. -

Volteé hacía la entrada del salón y pude ver a Eleonor entrando con una gran sonrisa en su rostro, sentí que la sangre me hervía, quería lanzarme sobre ella y golpearla hasta el cansancio, quería hacer tantas cosas, pero solo me quedé de pie en silencio. Eleonor llegó hasta nosotros y se reverenció ante mis padres.

- Princesa, solo lo hago por su bien, Caden no es una buena persona, no debería estar a solas con alguien como él. -

- ¿Qué demonios haces aquí? - Dije en voz baja cerca de ella.

- Te dije que pagarías sin importarme el costo. - Dijo ella también en voz baja.

- Elise. - Dijo mi padre con un tono más sereno. - Lo sé todo, me lo dijo la señorita Castleroy, los guardias te siguieron después de su aviso y lo confirmaron, tu madre lo confirmó, Charlotte fue interrogada y lo ha confirmado también, si lo admites ahora y me dices quién es su castigo será menor. -

Temí por Caden, si eso lo salvaba debía admitirlo, lo amaba y no quería causarle daño alguno, así que con lágrimas en los ojos miré a mi padre.

- Es verdad, lo conozco, es un leñador de la aldea y pasaba algunos días con él. -

Mi padre asintió mientras tomaba su barbilla con su mano.

- Tráiganlo. - Dijo mi padre.

Mi corazón se hundió hasta el fondo, escuché los pasos pesados de los guardias y cadenas arrastrar por el suelo, volteé hacia la entrada y vi que traían a Caden arrastrando, estaba casi inconsciente, tenía moretones en casi todas las partes visibles de su cuerpo y su nariz y labios sangraban; las lágrimas comenzaron a salir sin control de mis ojos mientras veía con horror el estado en que Caden estaba. Mi padre me dijo que si confesaba el castigo para Caden sería menor, pero ya le habían hecho mucho daño, esperaba que lo liberara, prometería nunca más volverlo a ver si eso le salvaba la vida. Lo arrodillaron ante mi padre y él lo vio con detenimiento.

- Padre déjalo ir ya. - Dije llorando.

- Te dije que su castigo sería menor y lo será, ha sido librado de ser desmembrado por caballos teniendo una muerte larga y agonizante, hagamos esto rápido. ¡Guardia! Su espada. -

Perdida en mi destino.Where stories live. Discover now