Capítulo XLII

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Al otro día me sentía mucho mejor, ya no estaba tan agotada o adolorida por lo que decidí salir al encuentro de Caden, pues no había podido verlo a causa de mi enfermedad.

Caminaba tranquila por el bosque, ya comenzaba a anochecer, aunque aún habían algunos rayos de sol que iluminaban mi camino; llegue a la cabaña de Caden, el aún no estaba ahí, entré y vi que todo estaba desordenado y tirado por doquier, las camas habían sido volteadas, la mesa estaba tirada y las capas por el suelo, no tenía idea de por qué había ese desastre, comencé a acomodar todo, puse las camas en su lugar, levanté las mesas, colgué las capas en el perchero y comencé a barrer porque había mucha tierra en el suelo, estaba haciendo eso cuando Caden entró.

- Que sorpresa, no pensaba verte hoy ¿qué ocurrió? –

- Me resfrié y no pude venir, pero mejor pregunta sería ¿qué ocurrió aquí? –

-Eleonor, eso ocurrió. – Dijo con molestia en su tono.

- ¿Ella estuvo aquí e hizo todo este desastre? –

-No, ella tenía todo un plan, pretendía que fuéramos encontrados juntos para separarnos, dio a unos guardias en la aldea la ubicación de mi cabaña diciendo que ella misma había visto a la princesa en ese lugar, los guardias llegaron pensando que estabas oculta y voltearon toda mi casa para encontrarte pero no estabas, al final me ofrecieron sus disculpas y se marcharon, agradecí profundamente que no hayas estado aquí, fue una fortuna que hubieras enfermado de no ser así te hubieran encontrado y probablemente hoy ya estaría en la horca. –

-Esto es inaceptable, ¿acaso no le quedaron claras mis amenazas? ¿Cómo se atreve a desafiarme? –

-Elise, ese no es el único problema, si lo hizo, lo volverá a hacer y si no es ella y tus guardias sospechan algo se asegurarán de que sigas en el castillo, si no te encuentran vendrán directamente aquí y nos descubrirán. –

- Esto se ha vuelto muy peligroso, debemos pensar en algo. –

-Lo he hecho, pero no se me ocurre nada bueno. –

-Los guardias hablan entre ellos y hablan con los sirvientes, esto iniciará rumores que indudablemente llegarán a mis padres, lo primero que debo hacer es evitar que los rumores comiencen a correr, debo buscar a los guardias y obtener toda la información que puedan darme y después le haré una visita a Eleonor. Mentirle a la guardia real para perjudicar al rey o su familia se considera traición. –

-Y se paga con... la muerte. –

-Así es. – Dije con seriedad, pero pude ver consternación en el rostro de Caden.

-Descuida, no la mandaré a la horca, no pudo hacer eso, además levantaría más sospechas de ese modo, solo iré secretamente a advertirle cuales pueden ser las consecuencias de sus actos y que nadie podrá salvarla si vuelve a hacer algo en mi contra o en tu contra –

-Jamás imaginé que esto sucedería. –

-Yo tampoco, pero está sucediendo y debemos estar preparados para todo. –

-Tal vez deberías dejar de venir unos días, temo que los guardias regresen y estemos en peligro. –

Suspiré, no quería hacerlo, pero Caden tenía razón, debía apaciguar la situación para volver sin que corriéramos riesgo alguno.

- Tienes razón, pero no quiero hacerlo, nuestro tiempo juntos está contado y hacer eso nos haría perder días. Solo llegue a tu vida a meterte en problemas. –

-No digas eso, llegaste a mi vida para hacerme feliz, enfrentaría todos los problemas del mundo solo para estar a tu lado. –

-Lo peor de todo es que jamás podremos estar juntos, me iré algún día y solo te habré dejado con el corazón roto y cientos de problemas. –

Perdida en mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora