Al otro día me sentía mucho mejor, ya no estaba tan agotada o adolorida por lo que decidí salir al encuentro de Caden, pues no había podido verlo a causa de mi enfermedad.
Caminaba tranquila por el bosque, ya comenzaba a anochecer, aunque aún habían algunos rayos de sol que iluminaban mi camino; llegue a la cabaña de Caden, el aún no estaba ahí, entré y vi que todo estaba desordenado y tirado por doquier, las camas habían sido volteadas, la mesa estaba tirada y las capas por el suelo, no tenía idea de por qué había ese desastre, comencé a acomodar todo, puse las camas en su lugar, levanté las mesas, colgué las capas en el perchero y comencé a barrer porque había mucha tierra en el suelo, estaba haciendo eso cuando Caden entró.
- Que sorpresa, no pensaba verte hoy ¿qué ocurrió? –
- Me resfrié y no pude venir, pero mejor pregunta sería ¿qué ocurrió aquí? –
-Eleonor, eso ocurrió. – Dijo con molestia en su tono.
- ¿Ella estuvo aquí e hizo todo este desastre? –
-No, ella tenía todo un plan, pretendía que fuéramos encontrados juntos para separarnos, dio a unos guardias en la aldea la ubicación de mi cabaña diciendo que ella misma había visto a la princesa en ese lugar, los guardias llegaron pensando que estabas oculta y voltearon toda mi casa para encontrarte pero no estabas, al final me ofrecieron sus disculpas y se marcharon, agradecí profundamente que no hayas estado aquí, fue una fortuna que hubieras enfermado de no ser así te hubieran encontrado y probablemente hoy ya estaría en la horca. –
-Esto es inaceptable, ¿acaso no le quedaron claras mis amenazas? ¿Cómo se atreve a desafiarme? –
-Elise, ese no es el único problema, si lo hizo, lo volverá a hacer y si no es ella y tus guardias sospechan algo se asegurarán de que sigas en el castillo, si no te encuentran vendrán directamente aquí y nos descubrirán. –
- Esto se ha vuelto muy peligroso, debemos pensar en algo. –
-Lo he hecho, pero no se me ocurre nada bueno. –
-Los guardias hablan entre ellos y hablan con los sirvientes, esto iniciará rumores que indudablemente llegarán a mis padres, lo primero que debo hacer es evitar que los rumores comiencen a correr, debo buscar a los guardias y obtener toda la información que puedan darme y después le haré una visita a Eleonor. Mentirle a la guardia real para perjudicar al rey o su familia se considera traición. –
-Y se paga con... la muerte. –
-Así es. – Dije con seriedad, pero pude ver consternación en el rostro de Caden.
-Descuida, no la mandaré a la horca, no pudo hacer eso, además levantaría más sospechas de ese modo, solo iré secretamente a advertirle cuales pueden ser las consecuencias de sus actos y que nadie podrá salvarla si vuelve a hacer algo en mi contra o en tu contra –
-Jamás imaginé que esto sucedería. –
-Yo tampoco, pero está sucediendo y debemos estar preparados para todo. –
-Tal vez deberías dejar de venir unos días, temo que los guardias regresen y estemos en peligro. –
Suspiré, no quería hacerlo, pero Caden tenía razón, debía apaciguar la situación para volver sin que corriéramos riesgo alguno.
- Tienes razón, pero no quiero hacerlo, nuestro tiempo juntos está contado y hacer eso nos haría perder días. Solo llegue a tu vida a meterte en problemas. –
-No digas eso, llegaste a mi vida para hacerme feliz, enfrentaría todos los problemas del mundo solo para estar a tu lado. –
-Lo peor de todo es que jamás podremos estar juntos, me iré algún día y solo te habré dejado con el corazón roto y cientos de problemas. –
ESTÁS LEYENDO
Perdida en mi destino.
Ficción histórica¿Qué es lo que puedes hacer cuando toda tu vida ya está planeada? ¿y cuando no tienes elección? Creí que todo estaba arruinado...hasta que lo conocí.