Capítulo LVII

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Era el día de la boda de Charlotte, en el jardín se habían dispuesto mesas rodeadas de flores blancas y rosas y listones colgaban adornando todo el lugar; mandé a preparar una tarta, una ternera y se trajeron botellas de vino, todo estaba hermoso, tal como lo planeé.

Estaba con Charlotte en su habitación junto con Clarice y Neridia, acomodaba su peinado poniendo una cintilla de perlas en su cabeza.

- ¿Quién diría que la princesa me haría un peinado el día de mi boda? – Bromeó.

- Si no lo hacía yo, ¿quién más podría? –

- Estoy muy emocionada. – Dijo Charlotte poniendo sus manos en su boca.

- Para nosotras fue una sorpresa cuando nos dijiste que te casarías. – Dijo Clarice.

- Fue tan rápido. – Añadió Neridia.

- De hecho, lo estuvimos planeando por meses, pero queríamos mantener el secreto hasta casi llegado el día. – Mentí.

- ¡Vaya que nos sorprendieron! – Exclamó Clarice.

- Ya estás lista Charlotte. – Dije al terminar.

Ella se levantó del asiento y caminó hasta el espejo para verse con el vestido y el peinado; no pudo evitar su emoción pues empezó a llorar.

- Gracias, muchas gracias. – Dijo abrazándome.

- No agradezcas Charlotte, ahora seca esas lágrimas que debemos ir a la capilla pues ya va a comenzar la celebración. –

- Clarice, Neridia, me dejarían hablar a solas con la princesa. –

- Claro. – Dijeron al unísono para después salir a prisa, una vez que estuvieron fuera pregunté.

- ¿Qué sucede Charlotte? –

- Solo quería decirte que estoy muy agradecida contigo por todo lo que hiciste por mí, estoy segura de que será el día más feliz de mi vida y quería añadir que invité a Caden. – Dijo sonriendo.

- ¿Qué? – Pregunté boquiabierta.

- De no haber sido por él, jamás me hubieses dicho la verdad y eso es algo que también quiero agradecer. –

- ¡Oh! Charlotte, me has sorprendido. –

- Dijo que estará encantado de estar aquí y también de verte. –

- Esté día va a ser increíble, ahora bajemos, todos deben estar esperándote. –

Hacía un par de días que no veía a Caden por todos los preparativos de la boda de Charlotte, me emocionaba saber que vendría y poder volverlo a ver.

La capilla estaba ahí mismo en el castillo, cuando Charlotte y yo llegamos hasta ahí, nos dimos cuenta de que todas las personas a las que había invitado ya estaban esperando, todos en su mayoría eran cocineros, sirvientes y guardias, solo estábamos de más las doncellas, mi madre y yo.

Mi madre estaba esperando en la entrada de la capilla, cuando nos vio a mí y a Charlotte llegar se acercó a nosotras y sin decir nada abrazó a Charlotte como solo una madre lo haría.

- Te ves hermosa Charlotte, estoy muy feliz por ti. – Dijo tratando de parecer neutral pues ella no sabía que Charlotte se había enterado de que era su madre.

- Le agradezco majestad. – Dijo Charlotte sonriendo con timidez.

De pronto mi madre comenzó a llorar y la tímida expresión de Charlotte cambió a una de preocupación.

- ¿Qué sucede majestad? – Preguntó.

- Nada, este tipo de eventos me ponen muy emotiva solo por saber que te casas con el hombre a quien amas, además te he conocido desde hace tantos años que verte en este momento hace que me sienta muy emocional. –

Perdida en mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora