Capítulo LIX

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Una vez que atardeció salí del castillo con ayuda, ahora, de Clarice y Neridia, dijeron que me cubrirían si cualquier improvisto surgía, confiaba en que lo harían bien, debía hacerlo pues no quería importunar a Charlotte un día después de su boda.

Crucé el bosque recordando cada centímetro de él después de tanto tiempo sin haberlo pisado, me alegraba poder regresar y aún más volver a pasar toda una tarde y noche a lado de Caden.

Llegué a la cabaña, al parecer Caden aún no llegaba, entré como de costumbre y comencé a cargar leña hasta la chimenea para encenderla, una vez que lo hice me recosté a esperar su llegada.

Pasaron un par de minutos cuando Caden llegó, llegó agitado, y se alarmó al verme dentro de la cabaña.

- ¡Dios mío Elise! Me has asustado. – Dijo sentándose ante la mesa.

- Lo lamento no fue mi intensión. –

- Lo sé, pero con todos los acontecimientos en la aldea he regresado un poco alterado. –

- ¿Qué acontecimientos? – Pregunté con terror.

- Muchos nobles han mandado a sus súbditos a causar destrozos, han incendiado casas y... - Pausó, no quería decirme.

- ¿Qué más Caden? – Dije con un poco de desesperación en mi voz.

- Ha habido muertes. – Dijo en un susurro.

- ¿Qué? – Pregunté casi gritando. - ¿A qué se debe todo ese caos? –

- Escuché entre las personas que se debe al apresamiento de Lord Driant, los nobles están en descontento, según lo que escuché, él es quien comunica al rey sus peticiones. –

Lleve mis manos a mi cara, mi corazón comenzó a latir con desesperación, había venido aquí por un poco de paz y lo único que había encontrado eran más problemas.

- Yo lo mandé a apresar. – Dije alarmada.

- ¿Por qué? – Dijo él con desconcierto.

- Es un traidor, el ha mandado a mi padre a calmar a los "rebeldes" cuando todo era una emboscada de los suecos, él lo sabía, él está con ellos. –

- Los nobles deben saber eso, tal vez terminen con el descontento. –

- Lo que no me explico es cómo se enteraron de su apresamiento. –

- Tal vez tengas a un traidor más entre tu corte y no lo has notado. –

- Van a venir por mí, van a venir a exigir cuentas, debo regresar. –

- Es tarde ya. – Dijo preocupado.

- Pero van a venir y debo imponer orden en el reino, mi padre no está y me pedirán a mí las cuentas si no me encuentran este caos se hará mayor. –

- Tienes razón, debo llevarte al castillo. –

- Y te quedarás conmigo, no puedo dejarte volver sólo, ya no son los lobos a los que temo, ahora temo que alguien te haga daño en medio de todo este desastre. –

- Pero, Elise... -

- Te quedarás conmigo y es la última palabra, no volverás, no ahora, vamos cualquier cosa puede pasar. –

Salimos corriendo, Caden ensilló a su caballo y ambos subimos, cabalgamos en medio de la oscuridad, hasta llegar a la parte trasera del castillo.

- Vamos, dije abriendo la entrada subterránea. –

Perdida en mi destino.Where stories live. Discover now