A la mañana siguiente, a penas el sol se asomó, Caden se levantó de la cama dispuesto a irse.
- Ten cuidado. – Le dije antes de que se fuera.
- No te preocupes, lo tendré. – Me dio un beso en la frente después de decir aquello.
- Espero poder verte pronto, las cosas aquí están muy tensas y difíciles. –
- Descuida, si no puedes hacerlo está bien. –
Nos dimos un último beso y después él desapareció en el túnel dejándome sola en la habitación. Aún estaba cansada y por eso decidí regresar a la cama, dormí un par de horas más hasta que el sonido de la cerradura de mi puerta me sobresaltó.
- Alteza, soy yo Clarice, abra, es urgente. –
Corrí hasta la puerta para quitar el seguro y dejar entrar a Clarice.
- ¿Qué sucede? – Pregunté preocupada.
- Lord Driant, se ha puesto histérico, ha demandado hablar con alguien, la reina fue a hablar con él, pero insistió que con quien quería hablar era con "la causante de todos sus males", o sea, usted. –
- ¿La causante de todos sus males? ¡qué gracioso es ese hombre! – Dije irónica. – Ayúdame a vestirme, iré a hablar con él. –
Clarice me ayudó a vestirme lo más rápido que pudimos y salí de mi habitación directamente hasta los calabozos; un par de guardias custodiaban las puertas, al verme saludaron con una reverencia.
- Alteza, buen día. – Dijo uno de ellos.
- Buen día, ¿puede abrirme? –
- Por supuesto. –
- ¡Traigan a la princesa! ¡Exijo hablar con ella! – Escuché los gritos de Lord Driant desde el interior.
- Ha estado así toda la mañana. – Dijo el guardia.
- Eso me han informado, iré a ver que demandas tiene ese hombre. –
- ¿Desea que la acompañe? – Preguntó con amabilidad.
- Sí, pude esperar fuera de su celda mientras hablo con él. –
Caminamos por los estrechos y sucios pasillos de los calabozos, el olor que había ahí era asqueroso, por un momento pensé que era muy inhumano de nuestra parte tener a las personas en esas condiciones, talvez trataría de mejorar eso hablando con mi padre, pero por el momento nada podía hacer.
- Es aquí. – Dijo el guardia deteniéndose frente a una puerta, la abrió y caminé hasta el interior.
- ¡Por fin se ha dignado en venir alteza! – Dijo Lord Driant, estaba muy sucio de las manos y la cara, su ropa tenía grandes manchas y su cabello lucía sucio y despeinado.
- ¿Qué es lo que quiere Driant? – Inquirí con voz firme.
- Podré estar encerrado, pero sigo siendo un Lord, hábleme con respeto. –
- ¿El traidor pidiendo respeto? ¿Después de faltarme el respeto a mi con su tono y comportamiento? Debería sentirse agradecido si al final de todo esto mi padre solo lo despoja de su título y no de su cabeza, estoy siendo bondadosa con usted, las instrucciones de mi padre fueron terminar con su vida, pero tuve piedad de su miserable alma y solo mande a encerrarlo. –
- ¿Piedad? Piedad es lo que usted va a pedir cuando termine con el reinado de su padre. – Rio.
- ¿Cómo se atreve a decir eso? Se le ha acusado de traidor y tiene el descaro de contar sus planes. –
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Perdida en mi destino.
Historical Fiction¿Qué es lo que puedes hacer cuando toda tu vida ya está planeada? ¿y cuando no tienes elección? Creí que todo estaba arruinado...hasta que lo conocí.