Perdida en mi destino.

Capítulo LV

Charlotte y yo estábamos sentadas frente a frente, ella me veía con los ojos abiertos como platos mientras yo trataba de encontrar la mejor manera de decirle la verdad.

- Elise, por favor, deja de hacer esto y dime lo que debas decir. – Dijo desesperada por mi silencio.

- Charlotte, promete que esto quedará entre tú y yo, que no le dirás absolutamente a nadie y que pase lo que pase nada cambiará entre nosotras y permanecerás aquí, en el castillo. –

- ¿Por qué tengo que prometerte algo así? – Dijo confundida.

- Por favor, solo hazlo. –

- De acuerdo, lo prometo. –

Inhalé profundamente antes de comenzar, tomé una de sus manos y empecé a hablar.

- Hace tiempo me contaste sobre tu padre, y la vida que ustedes solían tener, también me dijiste que nunca conociste a tu madre pues había muerto dando a luz. –

- Así es, pero no se a qué quieres llegar con esto. – Dijo extrañada y con una mueca en su cara.

- Pues, ¿qué harías si te dijera que todo lo que sabes sobre tu padre y tu madre es falso? ¿qué hay un gran secreto escondido tras de todo eso? –

- ¿De qué estás hablando? No juegues con eso. – Estaba un tanto molesta y muy confundida.

- Charlotte, he pensado tanto en cómo decirte esto, pero cualquiera de las formas en las que te lo diga será una gran impresión para ti, tanto como lo fue para mí. –

- Elise, no entiendo nada. –

- Charlotte. – Respiré y cerré los ojos. – Tu madre... tu madre está viva. –

- ¿Qué? – Dijo rompiendo en llanto. – Eso no es posible, ella murió, y si no fuera así ¿por qué nunca la conocí? ¿por qué nunca me ayudó después de los momentos difíciles que tuve cuando mi padre murió? –

- Estás equivocada, ella siempre te ha ayudado desde que tu padre murió, ha procurado siempre, que no te falte nada. –

- Pero, si es verdad, ¿por qué nunca la he visto? ¿cómo puede ser tan cruel para hacerme algo así? –

- Porque está tratando de salvar tu vida y la de ella, y no sabes lo difícil que le ha sido no poder estrecharte en sus brazos y decirte lo mucho que te ama. –

- No lo entiendo, ¿quién es mi madre? – Dijo llorando y sollozando.

- Tu madre es... la reina Sylvia, mi madre. – Dije con seriedad.

- ¡Qué! ¡no! ¡eso es una mentira, Elise! ¿por qué me dices algo así? –

- Charlotte, yo jamás te mentiría y mucho menos con un asunto tan delicado como este, es la verdad, una que se ha ocultado muchos años para protegerte. –

- ¿Por qué? ¿o cómo? Esto no es posible. – Dijo casi en un susurro.

- Te lo contaré, tu padre era el medico de la corte, antes de que mi madre se casara ellos se conocieron y ella se enamoró de él, tiempo después se dio cuenta de que los sentimientos eran mutuos, así que secretamente se veían, pero desgraciadamente ninguno de los dos podía hacer algo contra la inminente boda de mi madre. Ella se casó e inmediatamente después de eso mi padre tuvo que partir, lo que les dio el momento perfecto para que ellos secretamente pudieran verse y fue así como te engendraron. Poco tiempo después mi madre se dio cuenta de que estaba embarazada, se lo dijo a tu padre pues debían idear un plan, si mi padre se entraba mi madre y tu padre serían enviados a matar por traición, dijeron que mi madre tenía cólera y debía ser llevada lejos para evitar contagios, solo la acompañarían tu padre y su doncella, esperaron el tiempo necesario para que mi madre pudiera dar a luz y ella tuvo que regresar, dijo que el médico había sido contagiado por lo que no volvería, pero en verdad él se quedó a cuidar de ti, lejos de la amenaza que mi padre representaba, y dijeron que la doncella de mi madre había muerto, pero en realidad ella no quiso regresar al castillo después de saber tan grande secreto, esa mujer fue quien te trajo al castillo tras la muerte de tu padre; mi madre en cuanto supo que estabas aquí trato de hacer lo posible para tenerte cerca de ella y fue así que te convertiste en mi doncella Charlotte.