Capítulo LVI

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Después de haber platicado con Charlotte, fui directamente con mi madre, debíamos aprovechar que mi padre no estaba para realizar la ceremonia de Charlotte y Alger.

Llegué a la sala donde mi madre estaba con sus doncellas.

- Señoritas, ¿pueden salir un momento? Necesito hablar a solas con la reina. – Dije e inmediatamente todas se reverenciaron y salieron de la sala.

- ¿Qué ocurre Elise? – Dijo mi madre con tono sereno.

- Vas a ser abuela. – Dije alegremente, pero la serena expresión de mi madre cambió a una de absoluto terror.

- ¿Cómo puedes creer que esa es una buena notica Elise? Acabas de condenarte, condenarlo a él y a tu hijo. – Dijo aterrorizada, pero después la molestia fue visible cuando comencé a reír a carcajadas, tal vez debí pensar en una mejor forma de decírselo pues había malinterpretado todo.

- No, madre. – Dije con dificultad pues seguía riendo. – Charlotte tendrá un bebé. – Dije en voz baja.

Mi madre llevó las manos a su boca y en sus ojos solo pude ver una enorme alegría.

- ¡Dios mío! Esas son excelentes noticias, mi hija, mi Charlotte, va a tener un bebé. –

- Así es madre, pero debemos actuar rápido, le preocupa su reputación y por eso debemos casarla pronto antes de que alguien lo note y antes de que mi padre regrese. –

- Tienes razón, hagamos una celebración aquí, pero ¿quién se casará con ella? – Dijo confundida.

- El padre del bebé, es un guardia, su nombre es Alger. –

- Comencemos los preparativos ahora mismo, esa boda debe realizarse a más tardar en dos días. –

- Debo avisarle a Charlotte, debe ser parte de esta rápida planeación. –

- Ve ahora y comiencen, si necesitas algo, no dudes en decirme. –

- Sí madre, te veré después. –

Salí a buscar a Charlotte debíamos apresurarnos, seguramente estaría en sus aposentos, caminé hacia ese dirección, al llegar me situé frente a la puerta de Charlotte para tocar, pero el rechinido de otra puerta me detuvo y me hizo ver hacia esa dirección; saliendo con cuidado de la habitación de Eleonor estaba Daimmen, caminaba de espaldas sonriendo hacia alguien en el interior de la habitación y con cautela para evitar que alguien lo viera, voltee en hacia su dirección, no había notado mi presencia, me crucé de brazos mientras lo veía esperando que notara que yo estaba ahí.

- Te veré en la noche. – Dijo en silencio.

- Te estaré esperando. – Dijo alguien que era ni más ni menos que Eleonor.

Daimmen dio la vuelta para encontrarme justo frente a él, sus ojos se abrieron por el terror, su rostro enrojeció para después palidecer por completo.

- ¡Elise! ¿qué haces aquí? – Dijo alarmado.

- Yo vivo aquí, puedo pasearme por todos los rincones del castillo si quiero, una mejor pregunta es ¿qué haces tu aquí? – Dije con calma, esto ya no me sorprendía.

- Yo... estaba arreglando unos asuntos. –

- ¿Qué asuntos demandaban de tu consejo en los aposentos de una de mis doncellas? –

No respondió, sino que me veía fijamente aun con los ojos bien abiertos.

- Creo que es mejor que le preguntemos a la doncella en cuestión. –

Perdida en mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora