Capítulo XLIV

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Había pasado cerca de una semana desde lo ocurrido con Eleonor, una semana que no había podido ver a Caden, ya había pasado tiempo suficiente y por lo mismo pensé que ya no habría amenazas de ser descubierto, había advertido bien a todos los involucrados, es decir, a Eleonor y a los guardias y por tanto esa tarde tenía planeado ver a Caden.

Extrañamente Daimmen rompió nuestro trato sobre pasar el día juntos y en la tarde dejarme sola, pues ahora me había liberado de él, me dijo que si quería pasar el día con él lo hiciera y si no quería estaría bien pues no deseaba incomodarme e importunarme, me parecía de lo más extraña su actitud, pero tomé su palabra no me gustaba estar con él, ya tendría mucho tiempo para conocerme después, ya que en poco tiempo me iría con él a Francia.

Ese día mi madre estaba en su sala con sus doncellas y mi padre y Daimmen habían ido a cazar, esa se convirtió en su actividad favorita pues casi todas las semanas lo hacían. Yo estaba sola en mi habitación, les había dado permiso a Charlotte y Alger de que fueran al pueblo a tener un lindo día como una especie de agradecimiento por haberme ayudado. Estaba sentada frente a un espejo cepillando mi cabello, era un día de lo más tranquilo, aunque muy frío, pronto comenzaría a nevar en Ilydford por lo que los días cada vez eran más fríos. Tenía los brazos helados por lo que decidí ir por una capa para cubrirme, me levanté del pequeño banco, comencé a caminar en dirección al perchero, pero tropecé al pisar mi vestido, estuve a punto de caer pero me detuve de una pared, todo el peso de mi cuerpo cayó sobre la pared y pude sentir como se movía, me pareció extraño ya que las paredes del castillo debían ser muy firmes para evitar los ataques pero esa pared se movía y rechinaba, volví a empujar con fuerzas pero nada pasaba, hasta que empujé hacia un lado, la "pared" se recorrió, realmente era una puerta de madera que simulaba una pared de roca que dio paso a un túnel igual que el que había en el primero piso del castillo, corrí hacia mi puerta y puse el seguro, no quería que nadie viera eso, no estaba segura si mi padre sabía al respecto pues nunca me lo había mencionado, tal vez ni siquiera él conocía de esto, decidí explorar pero me asustaba perderme en el túnel, fui a la chimenea y tomé un trozo de carbón así como una vela para alumbrarme dentro del túnel, comencé a caminar dentro marcando mi camino en la pared con el trozo de carbón para así saber como volver, contrario a lo que pensaba, ese túnel no tenía más salidas sino que llevaba solo una trayectoria; después de bajar unos escalones improvisados y caminar unos metros más llegué al final, pero había algo que obstruía la salida, traté de empujar pero no logré nada, así que volví a hacer lo mismo que hace unos minutos, deslicé hacia un lado el objeto que me obstruía, era un viejo librero que alguna vez estuvo en la biblioteca, logré salir y al inicio no identificaba el lugar en el que estaba hasta que me di cuenta de que era la habitación que estaba escaleras abajo que me llevaba directamente al bosque, cuando miré a la pared de enfrente me di cuenta de que había un librero igual así que supuse que las dos habitaciones principales tenían una salida hasta esta habitación. Era muy temprano para salir, Caden no estaría en su casa, así que decidí volver a mi habitación, coloqué con cuidado el librero en su lugar y volví, cerré la nueva puerta que había encontrado y quité el pasador de mi puerta, ahora todo sería más fácil, ya no me arriesgaría a que alguien me viera entrar a la habitación a la que mi padre me había prohibido entrar, cualquiera pensaría que estaría en mi habitación y nadie sospecharía de mis salidas.

...

Cuando Charlotte regresó no podía esperar para contarle así que cuando estuvo en mi habitación le mostré mi descubrimiento.

- Charlotte, debo mostrarte algo, y debes decirme si tu sabías de esto. –

- A ver. – Dijo curiosa.

Perdida en mi destino.Where stories live. Discover now