Entré en mi habitación seguida de Clarice y Neridia. Clarice no podía ocultar sus ansias y curiosidad por saber qué ocultaba y por su parte, Neridia, estaba tan nerviosa que no podía dejar de jugar con sus manos.
Una vez solas, les pedí que se sentaran, yo permanecí de pie frente a ellas.
- Antes que nada, deben saber que este es un secreto muy grande y debe ser guardado, la simple revelación de él podría costarme la vida y el reino, ¿entendieron? –
- Sí, alteza. – Dijeron al instante.
- De acuerdo, ahora les contaré. Me comprometí con Daimmen, fui a pasar unos meses a Francia, estando allá descubrí que él tenía una fuerte relación con la princesa Arabelle de Alemania, me molesté, regresé a Ilydford dispuesta a romper el compromiso, pero el rey no me lo permitió; estaba furiosa y un día escapé del castillo para despejar mi mente de toda la situación, entonces lo conocí a él cuando, digamos que, salvó mi vida. –
- ¿Su vida? – Exclamó Clarice intrigada.
- Sí, un lobo me iba a atacar, pero él lo impidió, lo conocí y durante más días salí del castillo para poder verlo, hasta que me enamoré de él y el de mí, estoy completamente convencida de que él es el amor de mi vida, de que es él con quien debería estar y aunque ambos sabemos que nuestro amor es imposible nos hemos aferrado a la idea de disfrutar el tiempo que nos sea posible, de demostrar cuando nos importamos el uno al otro, de crear recuerdos que duren por siempre a pesar de que no estemos juntos en un futuro. – No me di cuenta de que todo eso lo comencé a decir más para mí que para ellas, nunca había dicho aquello en voz alta y menos frente a alguien, pero era verdad, tanto así que la sinceridad de mis palabras llegó al corazón de Clarice.
- Eso es muy triste alteza. – Dijo con los ojos húmedos.
- Lo es, pero he aprendido a aceptar mi destino. –
- Usted es muy fuerte. – Dijo finalmente Neridia. – No sé qué haría yo si encontrara un amor tan sincero en alguien con quien no podré estar. –
- Una vez él me dijo, "prefiero pasar unos meses a tu lado que una eternidad sin haber visto tu rostro" y tiene razón, siempre lo recordaré con cariño, siempre recordaré los momentos a su lado y siempre estaré agradecida por al menos haber conocido lo que en realidad es el amor, y aunque cualquiera puede decir que esto sólo es un capricho mío, yo sé que no lo es, porque he arriesgado todo tan solo para tener una efímera felicidad a su lado, porque al verlo siento que estoy completa, todo cobra sentido y así sé que el riesgo vale la pena. –
- Pero ¿qué hará cuando deba casarse? – Preguntó Neridia; esa pregunta siempre rompía mi corazón, pues la respuesta era algo que no deseaba aun sabiendo que era lo único que podría hacer.
- Dejarlo ir, sabemos las consecuencias, cuando yo me case, cada uno tomará caminos diferentes. –
Todas nos quedamos en silencio, pero pude ver en el rostro de ambas que tenían mil dudas en la cabeza.
- Entonces ¿todo lo que decía Eleonor no era mentira? – Preguntó de repente Clarice.
- No. – Dije avergonzada hasta cierto punto. – Todo lo que ella decía era verdad, sí salía del castillo, pero sus razones fueron muy distintas a sus verdaderas intenciones. – Continué para defenderme. – Él hombre a quien yo veo, conoció a Eleonor antes, y ella se obsesionó con él hasta el punto en que decía que si no era para ella, no sería para nadie y eso me incluía a mí, trató de que los guardias nos atraparan varias veces, tan solo para evitar que yo estuviera con él, incluso cuando ella llegó al castillo se atrevió a amenazarme en diferentes ocasiones, diciendo que le diría a mi padre. –
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Perdida en mi destino.
Historical Fiction¿Qué es lo que puedes hacer cuando toda tu vida ya está planeada? ¿y cuando no tienes elección? Creí que todo estaba arruinado...hasta que lo conocí.