Capítulo IX

36.5K 2.2K 548
                                    

Era miércoles en la mañana, había sido extraño pues a diferencia de los días anteriores Daimmen no me esperó fuera de mi habitación ni estuvo en el desayuno, tampoco mi padre y el Rey Benoit; pensaba que tal vez habían tenido alguna actividad que hacer juntos como cabalgar o ir de cacería; Marguerite si estaba, al llegar se sentó a mi lado.

-Buen dia Elise, quisieras ir después del desayuno a caminar conmigo.-

-Claro Margueritte, por cierto, ¿dónde están tu hermano y tu padre?-

-No lo se, también me sorprendió no haberlos visto cuando llegue a la estancia-

-Seguro fueron juntos a algún lugar porque tampoco está mi padre-

-Sí Elise, ya sabes; fueron a hacer cosas de hombres.-

Al terminar el desayuno Marguerite y yo salimos a los jardines, no teníamos mucho tiempo caminando cuando un sirviente se aproximo a nosotras.

-Su alteza, su padre la espera en el gran salón.-

-Gracias, en un momento iré.- Dijo Marguerite

-A usted también la esperan alteza.-

-En un momento estaremos allá.-

Una vez que se retiró, caminamos juntas en dirección al gran salón.

-¿Qué estará pasando?- pregunté

-No lo se, pero si fuera algo grave Dylan nos lo hubiera comunicado muy alterado, no es algo que preocuparnos.-

Al entrar al gran salón vimos a nuestros padres y Daimmen también estaba ahí, me acerque haciendo una reverencia, el Rey Benoit y la Reina Christine estaban sentados en sus tronos, mis padres estaban sentados cerca de ellos de lado derecho y Daimmen estaba de pie junto a su madre; Marguerite caminó para situarse a lado de su hermano, pero cuando yo iba a caminar hacia mis padres el Rey Benoit me dijo

-Elise, por favor quédate de pie frente a nosotros, Daimmen por favor ponte a un lado de ella.-

Ambos obedecimos pero yo no sabìa que estaba sucediendo.

-Elise, tu y tus padres parten mañana al atardecer por lo cual queremos hacer este anuncio antes de que eso ocurra y aprovechar que todos estamos presentes, mi hijo ha hablado conmigo sobre un asunto en particular, hablamos también con tu padre quien ha accedido y todos no podemos estar más felices con esta situación, Elise has sido prometida con mi hijo Daimmen.-

No pude ocultar mi sorpresa ante aquella noticia, inmediatamente voltee a ver a Daimmen quien sonreía mientras asentía su cabeza.

-¿Estas feliz Elise?-

-Felicidad es una palabra que no expresa en su totalidad lo que siento.-

-No puedo imaginar a alguien mejor que tú para reinar.-

-Ni yo alguien mejor que tú para pasar mi vida.-

Nos abrazamos, yo creía estar soñando, no podia creer que algo tan bueno estuviera pasandome, todos los miedos de tener que contraer matrimonio con alguien desagradable se disparon y solo quedo el júbilo de saber que seríamos Daimmen y yo para toda la vida.

Mi padre se acercó a mí con una gran sonrisa en su rostro, tomó mi cara entre sus manos y me dijo:

-Elise, estoy orgulloso de ti. Sabía que lo lograríamos.-

Estaba segura de que mi padre no me habría dicho aquello si Daimmen no se hubiera fijado en mí, pero no era el momento de reprocharle cosas a mi padre pues yo no cabía de felicidad y si ese fue su plan desde un principio me alegra que tuviera éxito porque pude conseguir lo que toda mi vida dudaba, casarme por amor.

-Este acontecimiento ¡debe celebrarse!-dijo la reina Christine.

-Bien dicho querida. Stephan trae el mejor de nuestros vinos y pide a los cocineros que preparen un festín.-

-Como ordene su majestad.-

Tiempo después los cocineros comenzaron a desfilar con toda clase de manjares, llenaban nuestras copas con vino y al poco rato mi padre y el rey ya estaban ebrios riendo de nada, mi madre y la reina hablaban como las mejores amigas mientras que Margarite las escuchaba atentamente; Daimmen y yo estábamos cerca de una ventana, de pronto tomó mis manos y quedamos frente a frente.

-No puedo esperar para casarme contigo.-

-Si no tuvieras que volver a Alemania lo hubiésemos hecho lo más pronto posible.-

-Pero no pienses en eso, en menos de lo que imaginas estaremos juntos y nada va a separarnos.-

-Tengo miedo de volver a casa, voy a echarte mucho de menos.-

-Y yo a ti Elise, pero voy a escribirte muchas cartas para que sepas que nunca dejo de pensar en ti.-

-Eso lo hará más llevadero.-

-Elise pensaba que, rompiendo con las tradiciones, sería una maravillosa idea casarnos en llidford-

-¿En mi reino? ¿tus padres están de acuerdo con eso?-

-Mis padres aceptaran lo que nosotros decidamos.-

-Si es así, entonces acepto, seria una buena despedida casarnos en Ilidford ya que después de eso viviré aquí en Francia.-

-Entonces ya está dicho, la boda serán en Ilydford.-

Era maravilloso, parecía estar dispuesto a cumplirme todos mis caprichos con tal de hacerme feliz, seguía sin poder creer mi buena suerte y a la vez el sólo pensar que de un día a otro pasé de ser una princesa soltera a una que está por casarse en pocos meses me ponía nerviosa, este viaje me había traído tantas nuevas experiencias, desde conocer nuevos lugares, ver paisajes hermosos, conocer nuevas persona, hasta conocer al hombre con el que pasaría el resto de mis días.



Hola a todas y todos.

Espero que les guste este capítulo.

Gracias por seguir votando y leyendo.

Subiré el próximo capítulo el jueves.

Saludos :)

Perdida en mi destino.Where stories live. Discover now