No importó cuanto haya debatido con mi padre, la decisión estaba tomada.
- Padre, pero que pasará con Francia, esto lo considerarán como una ofensa y comenzarán una guerra. –
- No pueden comenzar una guerra por una razón tan absurda como el cambio de alianza. –
- No es absurdo, te estás aliando con uno de sus enemigos, creerán que conspiramos en su contra. –
- ¡Basta Elise! Es mi decisión y ya está tomada, si no acepto Suecia invadirá nuestro territorio y quedaremos en la ruina, debes pensar por tu pueblo, debes sacrificarte. –
- ¿Sacrificarme? ¿Y tú qué harás? Me estás vendiendo a Suecia para conservar tu poder. –
- ¡Calla! Soy el rey y sé lo que hago, ni tu ni nadie me dirá lo contrario, yo he sacrificado más que cualquier otro. –
- No lo creo. – Dije y di la vuelta para salir, pero mi padre me tomó del brazo haciéndome voltear bruscamente. –
- Eres una mujer, debes callar tu boca y guardar tus opiniones, el rey Frans no querrá una esposa tan impertinente como tú. –
- Por mí el rey Frans puede morirse e irse al infierno, yo nunca voy a guardar mis opiniones. –
- ¡Elise! Deja de blasfemar. –
- No rompas mi compromiso con Daimmen, te lo imploro padre. –
- ¡Largo! –
- Pero padre... -
- ¡Te he dicho que largo! –
Salí de la sala de reuniones pensando cómo podría librarme de esto, no solo estaba en juego mi futuro, sino también mi vida, si no lograba hacer cambiar de opinión a mi padre sobre mi compromiso con el rey Frans, Daimmen diría todo lo que sabía, tenía que hablar con él.
Me dirigí hasta los aposentos de Daimmen toqué a la puerta y una sirvienta abrió.
- Alteza. – Dijo al tiempo que se inclinaba.
- ¿Dónde está el príncipe Daimmen? –
- Lo vi dirigirse a los calabozos. –
- ¿Para qué iría a los calabozos? –
La pregunta quedó en el aire porque bien sabía a qué había ido, me dirigí a toda velocidad a los calabozos y al llegar supe que mis sospechas eran reales, Daimmen hablaba con Eleonor, antes de entrar quise escuchar lo que ambos decían.
- Déjala, déjala ya, que el rey la case con el rey Frans, regresa a Francia, ahí tienes poder y envía a que me rescaten, podré ser tu esposa, seremos felices. –
- Eleonor ¡no! Llegaste demasiado lejos, ¿cómo te atreviste a golpearla? –
- ¡Ella me provocó! –
- ¡Ella es la princesa! –
- No puedo creer que la defiendas después de lo que hizo. –
- No es diferente a lo que yo hice. –
- ¡Lo es! Y ahora todo está perdido. –
- Debe haber una forma, la he chantajeado, contaré su secreto a menos que ella me ayude a quitar del camino al rey Frans, y cuando eso suceda me casaré con ella y serás mi amante, ella podrá ser la reina, pero tu tendrás mi corazón. –
- Diammen, ayúdame, ya no quiero estar aquí, diles que me saquen de aquí. –
- Nadie te sacará de aquí, me agrediste. – Dije entrando al pasillo.
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Perdida en mi destino.
Historical Fiction¿Qué es lo que puedes hacer cuando toda tu vida ya está planeada? ¿y cuando no tienes elección? Creí que todo estaba arruinado...hasta que lo conocí.