Perdida en mi destino.

Capítulo X

Llegó el día y la hora que menos quería, mis pertenencias y las de mis padres ya estaban en la embarcación y las despedidas comenzaban.

-Hasta pronto Albert, fue un placer tenerte aquí y me alegra saber que la próxima vez que nos veamos será en la boda de nuestros hijos.-

-Benoit, estoy muy feliz de haber podido verte nuevamente y que de esta reunión resultaran tantas cosas positivas.-

-Sylvia, hasta pronto, mi esposa, Christine, ha disfrutado de tu compañía; y Elise, no puedo estar más complacido de que una joven como tú será la esposa de mi hijo.-

-Se lo agradezco Rey Benoit, será el más grande honor ser la esposa de Daimmen.-

-Albert, Sylvia, Elise, espero con ansias volverlos a ver y que tenga lugar el futuro acontecimiento.-

-Nosotros también Christine, gracias por tu valiosa compañía estos últimos días.- Dijo mi madre.

Marguerite se acercó a mí y rompiendo con todo protocolo se abalanzó a abrazarme.

-Te echaré de menos Elise.-

-Y yo a ti Marguerite, he encontrado en ti una gran amiga.-

-Y pronto seremos familia.-

-Así es Marguerite.-

En eso Daimmen se acercó, fue el último en despedirse, primero comenzó con mis padres, finalmente se aproximó a mí, sabía que ese momento llegaría pero no quería aceptarlo.

-Mi hermosa Elise, deseé que este día jamás llegara pero fue inevitable, es momento de decirnos adiós por ahora.-

-Tampoco quería que llegara el momento de decirte adiós, te extrañaré con todo mi ser.- dije con las lágrimas ya escurriendo y la voz entrecortada; él secó mis lágrimas con uno de sus dedos y me dijo:

-No llores, harás esto más difícil y me rompes el corazón, piensa que solo serán unos meses para que después jamás volvamos a decirnos adiós.-

-Seré fuerte y esperaré ansiosa volver a estar a tu lado.-

-Tengo algo para ti, así cada vez que lo veas me recordarás.-

Sacó una pequeña caja y la abrió, dentro había una gargantilla preciosa formada por perlas y en el centro un diamante rojo, estaba sin palabras.

-Gracias Daimmen, es bellísimo.-

-Es para que recuerdes que tu futuro esposo te estará esperando.-

Nos abrazamos por unos minutos, no quería soltarlo y tampoco quería llorar pero las lágrimas nuevamente comenzaban a escurrir, por qué me pasaba esto, ¿era amor? ¿o era solamente que las despedidas despertaban mi sensibilidad? no lo sabía, solo estaba segura de que los meses de espera hasta nuestra boda serían los más largos de mi vida.

Seguíamos en nuestro abrazo hasta que mi padre habló.

-Elise, es hora de irnos.-

-Está bien padre. Daimmen... te extrañaré.-

-Y yo te extrañaré a ti Elise, con todo mi corazón.-

El besó mi mano y momentos después ya estaba caminando junto con mis padres en dirección a la embarcación, no tardó mucho en zarpar, y a medida que nos alejábamos el Rey Benoit, la Reina Christine, Marguerite y Daimmen nos despedían con sus manos, entre más lejos estabamos menos podía verlos y más grandes eran mis sollozos, mi madre me rodeo con su brazo protectoramente.

-Se que es difícil decir adiós hija pero muy pronto volverán a estar juntos.-

-Yo lo se madre pero este tiempo me va a parecer una eternidad.-

-Nunca pensé que esto te pasaría a ti y tan rápido.-

-¿De qué hablas?.-

-Te has enamorado de Daimmen.-

-¿Yo? ¿por qué lo dices?.-

-De no ser así no estarías sufriendo como ahora y pensando en todo el tiempo que debes esperar para volverlo a ver.-

-¿Estás segura de lo que dices madre?-

-Sin duda, me recuerdas a mi.-

-¿Te pasó lo mismo cuando conociste a mi padre?-

Se quedó seria y no me respondió, solo me dio un beso en la frente y caminó al lado opuesto dejándome sola pensando en tantas cosas, ¿es verdad que estaba enamorada? ¿me sentía así de haber partido porque ya lo quiero? y también me consternaba saber a qué se refería mi madre con lo que me dijo, me quedé de pie pensando hasta que lo único que comencé a ver fue agua. 

Hola a todos y todas.

Espero que les guste y gracias a quienes han votado y siguen leyendo.

Subiré el próximo capítulo el sábado.

Saludos :D