Capítulo XVII

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Estaba lista para salir pero no había tomado en cuenta ciertos aspectos que podrían delatarme, Charlotte me llevaba la comida más tarde y mis padres rondaban por el castillo, podían descubrirme y cuestionar lo que estaba haciendo, debía esperar más tiempo para salir sin que nadie me viera.

Charlotte, como lo había previsto, llegó con la comida unas cuantas horas después de mediodía.

-Aquí está tu comida Elise.-

-Gracias Charlotte.-

-¿Cuándo piensas regresar al comedor?-

-No lo se, aún no me siento muy bien como para retomar mi rutina, prefiero quedarme aquí, nadie me hace preguntas sobre lo sucedido y nadie me importuna.-

-Si eso te hace sentir mejor está bien.-

-Charlotte ¿podrías hacerme un favor?-

-Lo que sea.-

-Tomate este día para ti, si necesito algo yo misma lo conseguiré o te lo haré saber, pero mientras no te pida algo no es necesario que vengas. Igualmente no he tenido mucho apetito, no voy a necesitar que traigas la cena; descansa o diviertete un poco, puedes regresar mañana en la mañana.-

-¿Estás segura?-

-Completamente, no debes preocuparte Charlotte.-

-De acuerdo, lo haré.-

-También puedes decirle a mis padres que no quiero que nadie me moleste por hoy, que no entren o toquen a la puerta porque no los recibiré.-

-Yo se los haré saber.-

-Gracias Charlotte, hoy quiero estar completamente sola, puedes irte ya.-

Charlotte tenía un rostro de preocupación, tal vez pensaba que ya estaba enloqueciendo pero no era nada de eso, necesitaba asegurarme que nadie supiera que yo no estaba aquí. Cuando consideré que Charlotte ya no estaba rondando afuera de mi habitación y cuando supe que mi padre ya estaba en la reunión con sus consultores y mi madre en el salón con sus doncellas, salí de mi habitación, bajé al primer piso y fui directamente hasta la última puerta del final del pasillo derecho, la abrí cuidando que nadie me estuviera mirando, la habitación era oscura y tuve que cuidar mis pasos para no caer, en esa habitación había otra puerta camuflada con la pared que llevaba a un túnel subterráneo que había sido construido por si algún día sufríamos de un ataque al palacio pudiéramos escapar; entré al túnel y caminé, nunca nos habíamos visto en la necesidad de usarlo por lo que estaba sucio y las telarañas colgaban por doquier, al llegar al final me esperaba otra puerta que me llevaría directamente al bosque, la puerta estaba en el techo, debía subir unos escalones para poder abrirla; colgada en la pared de lado derecho estaba la llave que la abría, tomé la llave y abrí la puerta, al instante la luz me cegó después de haber estado tanto tiempo caminando en la oscuridad, salí y llevé la llave conmigo, la colgué de la cintilla de mi vestido; me quedé admirada, lo único que podía ver eran árboles, arbustos y flores, el viento correteaba entre las ramas y podía oír a las aves cantar, comencé a caminar hasta que recordé que debía cerrar nuevamente la puerta, la cerré y volví a cubrirla con todo el pasto y hierbas que tenía encima para ocultarla, seguí mi camino, era tanta la extensión del bosque que yo no sabía a dónde dirigirme primero, caminé a la derecha por un sendero marcado en el suelo, conforme seguía caminando mi tranquilidad aumentaba, me sentía en paz y por momentos olvidaba todo, tal vez era porque nunca antes había tenido la libertad de la que estaba disfrutando en esos momentos.

Caminé por horas observando los árboles y su altitud, viendo los arbustos y las hermosas flores que crecían en ellos, escuchaba a las aves cantar en lo alto y a los insectos que se escondían entre el pasto, un par de veces me asusté al oír a alguien moviéndose entre los arbustos pero después me daba cuenta de que se trataba de pequeños ciervos o liebres correteando. ¿Por qué nunca antes había pensando en esto? tantos años sabiendo de la existencia de esta salida y nunca tuve intenciones de venir aquí, probablemente me daba miedo ir a lo desconocido o tal vez nunca tuve una razón tan grande para escapar de mi realidad, pero a fin de cuentas me alegraba haberlo hecho y tenía por seguro que lo haría muchas veces más, era un lugar hermoso y tranquilo, un lugar donde no existía mi padre, donde no existían mis obligaciones y sobre todo donde no existía Daimmen.

Después de haber caminado por horas a través del bosque me sentía agotada, me senté bajo la sombra de un árbol a descansar, tomé una pequeña flor que estaba a un lado mío y comencé a juguetear con ella, el viento era fresco y las aves me arrullaban con su canto y con toda la tranquilidad del momento me quedé dormida.

Unas gotas de agua que cayeron en mi brazo me despertaron, el sol ya se estaba poniendo, me levanté muy rápido asustada porque había perdido la noción del tiempo. No pasó mucho tiempo cuando la lluvia se hizo más fuerte, comencé a caminar para regresar al castillo pero no recordaba con exactitud el camino que me había traído hasta este punto, entre más caminaba más me perdía. Ya estaba empapada por la lluvia y no podía encontrar el camino de regreso a casa, la desesperación poco a poco se apoderaba de mí, hasta que la desesperación se convirtió en miedo, entre los arbustos volví a ver movimiento y me quedé parada tan firme como una roca hasta que quien salió caminando lenta y amenazadoramente fue un lobo, iba directamente hacia mí, no sabía qué hacer, si corría me alcanzaría en cuestión de segundos, comencé a caminar lentamente de espaldas hasta que choqué con un árbol, lo primero que pasó por mi mente fue treparlo, y eso hice rogando que no saltara sobre mí y me devorara, mi vestido mojado lo hacía difícil y resbalé varias veces sin caer, como lo predije, el lobo corrió hacia mi dirección gruñendo y yo ponía todas mis fuerzas para llegar a lo más alto del árbol, sentí que jalaba mi vestido y comencé a gritar por el terror que se había apoderado de mí, hasta que escuché que el lobo lanzó un chillido de dolor y se desplomó inerte en el suelo con una flecha atravesada en la cabeza, al voltear vi a alguien parado con una ballesta.

-Baje de ahí.- Me dijo

¿Quién era? tal vez quería hacerme daño, me quedé unos segundos más abrazada al árbol sin decir nada cuando volvió a repetir:

-Baje de ese árbol.-

Si no bajaba tal vez correría la misma suerte que el lobo así que lo hice comencé a descender pero pise mi vestido resbalando, solo recuerdo que grité para después caer al suelo y todo fue oscuridad.







Hola a todas y todos.

Espero les haya gustado este capítulo.

Gracias por seguir leyendo y a todas quienes han votado por los capítulos anteriores.

Saludos :D

Perdida en mi destino.Where stories live. Discover now