Perdida en mi destino.

Capítulo XXIV

Un suave cosquilleo en mi mejilla fue lo que me despertó, Caden acariciaba mi rostro mientras me veía con una sonrisa tierna en sus labios, cuando vio que ya había despertado lo primero que hizo fue llenar mi rostro de besos.

-Buenos días Elise.-

-Buenos días Caden.-Dije mientras reía pues sus besos me causaban cosquillas.

-Espero que hayas dormido bien.-

-Nunca había dormido tan bien como esta noche.-

-Ni yo, cuando a mitad de la noche me despertaba veía tu rostro y volvía a dormir con una sonrisa al saber que estabas a mi lado.-

Sus palabras eran lo más tierno que había escuchado y sonreía al recordar lo afortunada que era al haberlo conocido.

-Elise.-dijo.-Es hora de irnos, no quiero que te metas en problemas ni que alguien màs descubra que no estas.-

-Lo se, vamos.-

Nos levantamos de la cama e inmediatamente salimos de la cabaña, él comenzó a guardar todo lo que necesitaría para su día de trabajo mientras yo lo observaba, cuando estuvo listo comenzamos a atravesar el bosque,.

-¿Vendrás hoy en la noche?-

-Espero que sí, haré todo lo posible por salir, si tardo más de lo habitual es porque me fue imposible salir.-

-Lo tendré en mente, los días que no llegaste temí que nunca volverías.-

-Pero lo hice, y ahora tengo más razones para volver cada día.-

Seguimos nuestro camino hasta llegar a la parte trasera del castillo, estábamos listos para despedirnos por ese momento.

-Hasta pronto Elise, ten un maravilloso día, estarás en mis pensamientos todo el tiempo hasta que vuelva a tenerte entre mis brazos.-

-Hasta pronto Caden, yo no dejaré de pensar en ti ni un instante.-

Me acerqué a él y le di un beso rápido en los labios antes de regresar a casa.

Llegué a mi habitación sintiéndome más feliz que nunca y encontré a Charlotte, quien solo al verme saltó de su asiento.

-¡Por fin estás aquí! date prisa tu padre vino reiteradas ocasiones pidiendo verte, tuve que decirle que seguías durmiendo y después que tomabas un baño, debo apresurarme a dejarte lista antes de que regrese.-

-¿Qué quería?-Dije asustada.

-No se, no me dijo nada, más que quería verte.-

Charlotte ayudó a cambiarme de ropa, lavar mi rostro e hizo un nuevo peinado, acabába de terminar cuando tocaron la puerta.

-Abre Charlotte.-

Charlotte abrió la puerta y dejó pasar a mi padre, él caminó lentamente hasta situarse muy cerca de mí.

-He invitado al príncipe Daimmen a quedarse hasta antes de su boda, he platicado con él y me ha dicho en reiteradas ocasiones lo mucho que te quiere y que no puede esperar a casarse contigo, pero también me ha dicho lo descortés que has sido con él durante su estancia en Ilydford y no pienso tolerar un comportamiento así, Daimmen es tu prometido y próximamente tu esposo, le debes respeto.-

-¿Y él? por lo que recuerdo no pensó en que yo era su prometida y futura esposa cuando se metió en la cama con Arabelle.- Dije calmadamente.

-¡Deberías dejar eso en el pasado Elise!, te comportas como una niña y ya no lo eres; eres la princesa de Ilydford y futura reina de Francia, tu esposo será uno de los reyes más poderosos y por lo tanto le debes fidelidad y respeto, no debes cuestionar su comportamiento ni decisiones y deberías aprender cuál es tu posición, que es atenerte a todo aquello que él ordene sin negarte.-