96 - Fuimos castigados

1.1K 138 91
                                    

Siempre consideré que estaba mal salir con Max, porque nada podía ser aceptado en nuestra relación, pero aun así él me hizo caer sin que me diera cuenta. Solo podíamos ser castigados por nuestros sentimientos que iban en contra de todo lo que se podía aceptar. No estaba bien, por eso fuimos castigados por lo que hicimos.

—Max, Max, estoy yendo a tu casa —dije conteniéndome y le corte el celular sin ni siquiera escuchar su afirmación.

Vi a Max saliendo de su casa. Mi mente se encontraba llena de desesperación. Volví a dudar de todo... de lo que los adultos dijeron; de la acusación de Clara, del cual ella después desistió, pero que yo no fui capaz de hacer luego de lo que me reveló. En ese momento tuve la certeza de que los culpables del accidente habíamos sido nosotros a pesar de lo que nos dijeron los adultos.

No podía simplemente ignorar lo sucedido como un incidente de poca importancia. Cuando vi a Max cerca de mí, temí de lo que iba a pasar con nosotros, pero la frustración fue más intensa.

—Que has hecho Max —dije alterado con los nervios descompuestos.

Al principio Max no entendió la causa de mi estado de ánimo, pero pudo hacerlo de inmediato cuando revisó el contenido de un sobre lleno de discos que prácticamente se lo tiré.

Me dolía imaginarlos en las manos de Cristal, deslizándolo por el lector de su computadora y reproduciendo cada uno de ellos. Era incapaz de imaginar su reacción, temí imaginar su reacción, pero sin duda debió ser devastador enterarse que Max y yo manteníamos una insana relación a sus espaldas como insultando todos los momentos que pasé junto a ella como si nada.

—Fuiste tú, Max, por eso ella decidió terminar conmigo, por tu culpa. Max, por qué de esta manera. Ahora yo ya no sé qué hacer, no sé qué sentir...

Quise irme, pero Max lo impidió. Me sostuvo del brazo y me jaló dentro de su casa en contra de mi voluntad porque no deseaba estar en el mismo lugar que él. Verlo me hizo recordar todas las mentiras imperdonables de los dos, verlo me hizo recordar todos esos momentos que el filmo con intensión de lastimar sin ninguna consideración ni remordimiento.

—Le dijiste de nosotros mientras ella y yo estábamos saliendo. Cómo pudiste... No, que tontería —reaccione. Un fuerte dolor de cabeza me remeció— Cómo pude yo hacerle eso a ella. Desde un principio fui el único culpable de todo. Nunca debí aceptar nada entre nosotros. Que torpe he sido, Max, me arrepiento, no sabes cuánto me arrepiento de...
—No te arrepientas, Caramel, nunca te arrepientas de haber aceptado tus sentimientos—me interrumpió.
—Sí, me arrepiento, me arrepiento de estar contigo...
—Caramel, tu nunca hubieses terminado con ella si no hacía algo —dijo interrumpiéndome otra vez —Eres tan amable, Caramel, por eso seguramente te habrías quedado junto a ella por siempre aunque hubieses muerto por dentro. Yo estoy convencido de que tú ibas a terminar conmigo, porque entre Cristal y yo la habrías elegido a ella, porque eres bueno. Caramel, decirle de nosotros era única manera de estar juntos sin que te sintieras mal.
—Max, no existe ninguna excusa para justificar lo que has hecho. Te dije que de esta manera no, pero hiciste lo contrario. Por nuestra culpa ella se lastimó.
—No, Caramel, quítate esa idea de la cabeza. Fue un accidente, ella murió por un accidente. No nos eches la culpa de algo que no hicimos.
—Los adultos dicen que fue un accidente, pero ya no sé qué pensar después de esto, pero aunque no seamos los culpables, Max, tú fuiste muy malo con ella.

—Lo hice para terminar con las mentiras que tanto te empeñaste en ocultar.

Comprendí...yo era el único culpable. Fui el único en dejarme arrastrar por los sentimientos irrazonables de Max y también fui el único en envolvernos con mentiras que Cristal ni Max fueron capaz de soportar.

—No voy a volver a venir aquí, Max, no está bien que siga viniendo. Tampoco quiero que vengas a mi casa.
—No —me agarró del brazo para evitar que me vaya.
—Max, desde un principio supe que seríamos castigados —me alejé de él con un fuerte dolor de cabeza—. Debo pagar por lo que hice.
—De qué quieres que seamos castigados, ¿solo por querernos?
—Yo ya no te quiero, Max, no te quiero más —dije tajante—. Eres malo, Max. Cristal, siempre tuvo razón, tú no eres capaz de querer a nadie ni tampoco mereces que nadie te quiera.
—Yo te quiero a ti, Caramel, porque eres el único para mí. Te quiero mucho, Caramel, solo piensa solo en eso —Max me abrazó pese a mi rechazo—. Estás diciendo todo esto porque estás enojado. No digas nada que pueda lastimarme, quédate callado hasta que te calmes

—Vamos a terminar —dije en sus brazos—si voy a ser castigado, que esté sea mi castigo. Terminemos.

—Yo no voy a terminar contigo, no lo voy a aceptar. Siempre serás mío, desde la primera vez que nos conocimos eres mío. Caramel, cálmate, no digas que vamos a terminar solo porque estás enojado.

—No, Max, es mejor terminar con esta mentira que hemos compartido juntos. No hay nada, nunca hubo nada entre nosotros, solo engaños...

De todas maneras siempre estuvo mal desde un principio, fui un cobarde desde un principio. Max me abrazo mucho, trató de negar mi decisión, pero yo se lo repetí una y otra vez hasta que un profundo silencio nos invadió.

Yo no tenía derecho de que alguien me quisiera, porque hice daño. Max no merecía que los dos continuáramos una relación a espaldas de todos, porque nuestra falsa relación formal fue gracias a la crueldad de Max con Cristal.

Sabía que mi decisión era la correcta. Me alejé de mi mejor amigo porque no merecíamos estar juntos. Regresé a casa y me puse a llorar como nunca lo había hecho en toda mi vida, pero no iba a volverme a echar para atrás porque nuestro amor nunca iba a ser posible. Era nuestro castigo.

Cuando terminé quinto de secundaria viajé a Inglaterra como lo había planeado. Decidí que Todos mis recuerdos se quedarían con Max en nuestro país y crearía nuevos a partir de ese momento. Olvidaría los dolorosos recuerdos de sus ruegos cuando comprendió que no iba a ser capaz de hacerme desistir de mi decisión.

Poco después me enteré por una llamada de mi mamá que Max también había viajado. Max decidió viajar a Alemania para estudiar la universidad en ese país. Mamá me contaba todo sobre Max mientras yo solo callaba hasta que ella cambiaba de tema.

Max fue mi mejor amigo dela infancia. Nos conocimos desde pequeños en un parque cerca de nuestras casa,estudiamos la primaria juntos, la secundaria, nos enamoramos, terminamos yseguimos caminos diferentes como castigo por lo hicimos.  

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |2DA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora