56 - Mentiras

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No me iba a quebrar. Yo salía con una chica buena que no merecía ser lastimada, por eso había decidido quedarme a su lado. De igual manera, si mi mejor amigo Max sentía interés por una chica, y quería salir con ella, yo le tenía que apoyar.

—Ella es Luz, compañera de mi clase—dije de inmediato cuando Max se dejó ver luego de haber estado escondido en un salón vacío.

Consideré bueno haber sido escuchado por Max, así él podía volver a tener en cuenta que nuestra amistad regresaba a ser la misma de siempre, como si nada hubiese pasado entre nosotros. Era lo mejor para mi enamorada Cristal, para Max, para mí, para todos.

Después de presentarle a Luz, sentí un silencio incomodo en el ambiente. Luz estaba roja como un tomate, Max me miraba con una extraña mirada de reproche y yo quería desaparecer para que él dejara de intentar comunicarse conmigo con su mirada profunda que no podía entender.

Max desvió su atención hacia Luz y le sonrió amable.

—Así que tú eres Luz —le dijo acercándose demasiado a ella—. Es un gusto conocerte, Luz, tenia deseos de saber quién eras.

—Es un gusto, Max—respondió torpe luego de comprender que Max le estaba dirigiendo la palabra.

Había cumplido, ya no tenía nada que hacer en ese lugar. Lo mejor era dejarlos solos para que pudieran conversar sin nadie de por medio. Quise irme, pero Max me sostuvo del brazo.

—Voy a comprar las golosinas, las chicas deben estar esperando—traté de justificar mi repentina huida.

—Caramel, quédate un rato, no me voy a demorar.

—No quiero —me negué alejándome de él—. Ya hice lo que querías, te presente a Luz, ahora deja que me vaya.

—No te comportes de esa manera, la estas asustando.

No me había dado cuenta de mi tono serio al hablar. Aunque le había dicho a Luz que no sería distante con ella, me mostré desagradable en su delante. Yo no iba a poder cambiar tan fácilmente, porque siempre hubo algo que me hacía rechazar a las chicas que tenían sentimientos amorosos por Max.

—Me voy —dijo Luz un poco sobresaltada.

—No, Luz, recién nos estamos conociendo. No le tomes importancia a Caramel, ignóralo. Él a veces se pone así de pesado sin darse cuenta, pero es un buen chico. Recuerda lo que te dijo, tú le agradas mucho para mí.

—Sí, no te vayas —dije avergonzado por mi pésimo comportamiento después de haber tratado de apoyar sus sentimientos.

—Discúlpalo, Caramel es un amigo celoso, por eso a veces se pone tan serio que da miedo. Después de escucharlos, solo un poquito, —agregó al notar las mejillas sonrojadas de Luz—, Me da gusto que te haya dicho que le pareces una buena chica y que está de tu lado. Si esta de tu lado, también esta del mío.

De repente el timbre sonó. El barullo de los alumnos se escuchó desde el patio que se encontraba tras una de las dos grandes plantas que nos rodeaba. Luz nos miró sobresaltada. Apenas levantó su mano en señal de despedida, pero Max la sujeto con la suya antes de que ella pudiera bajarla.

—Luz, salgamos.

Luz me miro atónita, quizá para que le pudiera ayudar a descifrar las palabras que Max le dijo sin ni una pisca de vergüenza. Los dos eran un total contraste frente a mí: Max muy seguro y ella un manojo de nervios.

—Salgamos los tres al centro este sábado —completó con una sonrisa que hubiese hecho desmayar a cualquier chica.

— ¿Los tres? ¿Tú, Caramel y yo?

—Sí, los tres, nadie más.

—Ya...

—Que bien, así podré conocerte.

—Tengo que regresar a clase, el timbre sonó—dijo con la intensión de que Max soltara su mano.

Luz se fue disparada una vez que Max la dejó libre. También teníamos que regresar a nuestros salones, pero a Max no pareció importarle la clase ni el posible regaño del profesor.

—Vayamos a clase, se nos hará tarde.

—Ella es muy tímida—dijo sin darle importancia a mis palabras.

—No es como las otras—afirmé, aunque no debí hacerlo, porque no era momento adecuado para ponernos a conversar. Teníamos que ir a nuestros salones.

—Las prefiero alegres y divertidas, pero Luz me parece muy linda. Nunca antes salí con alguien como ella, sería la primera vez con una chica tan tímida.

—No voy a ir con ustedes al centro. Si quieres algo con Luz, entonces será mejor que salgan solos.

—Caramel tiene que ir, es importante, quiero ver tu cara cuando le pida a Luz que salga conmigo. Caramel quiso esto, por eso tienes que venir con nosotros aunque no quieras. ¿No estás feliz? Tienes que estarlo.

—Si lo estoy...

—Entonces, por qué parece que no lo estás. Sonríe, Caramel, voy a salir con esa chica porque te quiero hacer feliz —Max caminó hasta empujarme dentro del salón vacío—. ¿Lo estoy haciendo bien, Caramel?

—Sí, Max...

Max lo estaba haciendo muy bien, pero sentía que yo estaba cayendo en un profunda fosa llena de mentiras. Había sido su culpa por envenenarme y la mía por dejarme envenenar por él. Cada día que pasaba el dolor se volvía más agudo dentro de mí. Me daba miedo...

—Caramel, Si tú quieres pídeme que no salga con Luz y no voy a salir con ella ni con nadie. Yo voy a esperart...

—Max, estoy feliz —interrumpí—, estoy muy feliz por ti. No me molesta que salgas con Luz o con cualquier chica. Es como tiene que ser, no conmi... no con alguien que no debes. Este sábado iré contigo a donde quieras ir con Luz. Haré lo que me pidas.

Permanecimos en silencio. Los minutos pasaron, pero a pesar de ello no nos movimos del lugar. Max acaricio mis cabellos y rostro con sus manos tan suaves mientras me perdía en lo profundo de sus ojos azules. Traté de comprender ese silencio tan doloroso.

—Te gusta complicarte todo —desordenó mis cabellos con un severo movimiento pero sin hacerme daño. El ambiente extraño se desvaneció de inmediato—.

—Es tarde, nos van a regañar—dije abrumado por no haber reaccionado a tiempo y dejar que los minutos pasaran encerrados en ese salón vacío.

—A mí no. La profesora de esta hora me perdona todo.

Refunfuñé abrumado. Apresuré mi paso, pero Max caminó lento detrás de mí.

Voy a sonreír, voy a estar feliz por él; me repetía. Iba a desaparecer ese amor que sentía por Max. Me iba a dejar caer en ese foso lleno de mentiras para salvarnos a los dos.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |2DA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora