62 - Puedo divertirme sin ti

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Desde que mi mejor amigo Max empezó a salir con Luz, mi compañera de clase, comencé a salir más seguido con mi enamorada Cristal. Las citas con nuestras enamoradas redujeron el tiempo que pasábamos juntos como amigos, pero no podía dejar que se diera cuenta de mi incomodidad ni mucho menos podía reclamarle nada.

—Caramel se está esforzando por ser un buen enamorado —me dijo una noche poco antes de irse a su casa—. Antes casi nunca salías a solas con Cristal, pero desde que salgo con Luz te esfuerzas por distanciarte de mí.

—Tú también, Max —le respondí.

—Yo no me quiero distanciar de ti, solo he decidido ser un buen enamorado. Tengo que ser atento con la chica que me gusta.

Había momentos de mi vida en el que deseaba desaparecer para siempre, y ese momento fue uno de ellos. Max tenía la habilidad de provocarme desvanecimientos con una simple palabra suya. Fui consiente que estar a su lado, después de conforme sus sentimientos, me hacía mucho daño. Solo debía sonreírle después de escuchar sus palabras hirientes para continuar a su lado y no quebrar nuestra amistad.

— No hemos salido solos desde que empezamos a darle más atención a nuestras enamoradas. Mañana salgamos juntos. Hace mucho que no vamos solos al cine. Quiero ver una película contigo. Espérame en la agencia, saldré a la una.

—Sí, también quiero ir al cine contigo, Max. Te esperaré en la agencia. —le respondí de inmediato.

Al siguiente fui a la agencia. Llegué temprano, como siempre. Me dirigí a la recepción para esperarlo sentado en los muebles rojos de cuero donde siempre nos encontrábamos. Agarré mi celular para matar el tiempo.

No me había dado cuenta. Una chica, que había estado esperando sentada en los muebles de cuero rojo, se puso de pie y se dirigió hacia mí. Ella me saludó con un tono de voz poco intenso. Su vocecita logró que dejara de prestarle atención a mi celular. Me fijé en su figura delgada y bajita. Era Luz, ella también estaba esperando en la recepción.

—Caramel, hola.

—Luz, qué haces aquí —le pregunté sorprendido.

—Max me dijo que venga para ir juntos al cine, pero no me dijo que tú también vendrías con nosotros. Qué bueno que te encuentro. Estar sola aquí es un poco incómodo.

Aunque su presencia me sorprendió, de inmediato me preocupé en restablecer mi semblante. Qué importaba si Luz venía con nosotros, qué importaba si Max no me había dicho nada. Luz era su enamorada, ella era más importante que yo. Me había prometido sonreír para ella aunque deseé dejarlo todo en ese instante.

Varias personas cruzaron el salón. Entre ellos pude ver a Max. Él se acercó a nosotros luego de despedirse de sus compañeros de sesión.

—Luz, vámonos, escapemos —le dijo agarrándole la mano—. Caramel, Gema se enteró que vamos a al cine. Ella piensa colarse, si quieres, puedes dejar que lo haga.

—No tengo problemas, está bien que venga con nosotros. Si quiere también puede avisarle a su amiga Pilar.

—Gema ya le avisó, Pilar también vendrá. Estarás bien acompañado, no tengo de que preocuparme. Ellas te cuidaran muy bien.

—Qué...

—Voy a salir con Luz, así que salgamos otro día. Caramel, sé un buen mejor amigo conmigo. Caramel podrá elegir a donde ir la próxima vez que salgamos.

Me sentí torpe parado frente a ellos dos tomados de las manos. Yo también tenía una enamorada con quien tomarme de las manos, pero estaba allí con mis manos temblando. Bajé la mirada para que dejaran de mirarme, pero me incorporé de inmediato. Sí, era su mejor amigo, tenía que apoyar su decisión, lo había prometido.

—Sí, comprendo —dije con una sonrisa.

—Al menos enójate un poco —Max me dijo revoloteando mis cabellos—. Me llamas cuando regreses a casa.

El hall se volvió amplio cuando los vi desaparecer en dirección a la salida. "No me voy a enojar contigo, Max, tú y ella hacen una bonita pareja", me dije aun en pie. Quise irme de la agencia de inmediato, pero tuve miedo de encontrarlos afuera. No deseaba verlos en ese momento, ni mucho a Max.

Unos golpeteos sonoros de tacones retumbaron lejanos en mi mente. Se hicieron intensos hasta que dejaron golpear las losetas. De inmediato sentí un empujón brusco de dos chicas muy guapas. Gema y su amiga Pilar se fijaron en la salida sorprendidas.

—Caramel, la vi, a esa chica —dijo Gema parándose frente a mí.

— Caramel, quien es ella —preguntó Pilar, su amiga.

—Ella es Luz, su enamorada.

Gema y Pilar me miraron estupefactas. No dijeron nada con la esperanza de que les desmintiera la noticia, pero no contradije mis palabras.

—Ah, no, no lo creo, no puede ser su enamorada. Max es demasiado guapo para ella—reclamó Pilar.

—Caramel, no te pases, Max no puede estar saliendo con esa chica. La viste bien, parece que recién salió de un convento. No tiene nada de estilo.

—Pero, supongo que es eso lo que llaman amor.

—Entonces debe ser ella, la princesa de quien está enamorado. No puede ser, el siempre me dijo que su princesa era una chica muy hermosa. Max es un mentiroso descarado. Desde ahora no le voy a creer nada cuando me empiece a hablar de su noviecita.

—Ya, basta, ya sabes que el amor es siego, uno no sabe de quien se fija, como tú, Gema.

—No digas eso, Pilar, no te metas con mi Estefan.

No tenía que hacer nada en ese lugar. Di uno cuantos pasos hacia la salida para llamar la atención de las chicas con la intensión de despedirme, pero ellas se encontraban en medio de una conversación interesante.

—Yo, me tengo que ir —interrumpí.

—Pero, Caramel, como te vas a ir. Max nos dijo que venias para ir a ver una película con nosotras. Max se ha ido con su noviecita, y que, eso no nos impedirá divertirnos —Pilar dijo muy entusiasmada.

—Sí, Caramel, divirtámonos sin Max, no lo necesitamos. Apurémonos, Estefan está en el estacionamiento. Nos está esperando.

Mis ánimos estaban en el suelo. Quise irme de la agencia sin hacer caso al entusiasmo de Gema y Pilar, pero...ella tenía razón. No necesitaba a Max para divertirme. Las chicas corrieron hacia el elevador. Desde adentro me empezaron a llamar escandalosamente para que también entrara. Miré la salida de la agencia, y a pesar de estar sola unos cuantos metros de ella, camine hacia el asesor.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |2DA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora