74 - Arriba los ánimos

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Mi mejor amigo Max, Cristal y yo nos pusimos en contacto con la madre de nuestra amiga Clara después de enterarnos sobre su enfermedad. Nunca creímos que su cita al médico por un malestar común, pero muy persistente, fuese a ser una enfermedad contagiosa.

—Chicos, estoy enferma, no debieron venir —Clara nos reclamó preocupada por temor a contagiarnos.

—Somos tus amigos, Cómo no vendríamos —le dijo Cristal entregándole una porción de pastel en una bonita cajita—. La última vez que nos vimos conversamos como siempre: Cerca la una de la otra. No estoy contagiada porque soy fuerte. Dicen que las personas que se contagian tienen las defensas bajas. Clara, desde ahora debes comer bien. No se vale dejar las verduras.

Clara no estaba postrada en su cama como lo pensaron muchos en el colegio. Ella caminaba libre dentro su habitación. No vestía ninguna ropa especial ni llevaba mascarillas cuando estaba sola.

—Me alegro que estén bien. Estoy feliz de que hayan venido, pero no quiero que se queden por mucho, porque es peligroso, pero aun así, Cristal, Max, Caramel, muchas gracias por venir. Tenía tantas ganas de verlos.

—Clara, aunque estés enferma, te vez muy bien, aunque un poco delgada. Hazle caso a Cristal. Come todo lo que tu mamá te da. Deja a un lado tus dietas. —dijo Max.

Clara se veía muy desanimada y triste. Su madre nos lo había advertido antes de dejarnos entrar a su habitación. La enfermedad bajo sus ánimos. Estaba muy deprimida, y con justa razón, pero no íbamos a dejar que se deprimirá más.

—El doctor me dijo que no debo regresar al colegio porque podría contagiar a cualquiera.

—No te preocupes por el colegio. Yo te traeré las tareas todos los días y se los entregaré a los profesores.

—Gracias, Cristal, pero mejor no me traigas nada. Faltaré mucho a clases. Los profesores no van a ser considerados conmigo cuando tengan que entregar las notas. Seguramente voy a jalar este año. No quiero que desvíes tu camino a casa solo por traerme las tareas.

—Somos amigas, no digas tonterías, soy feliz de traerte las tareas.

— No me traigas las tareas, porque no voy a regresar al colegio, no quiero hacerlo.

—Clara, no digas eso, terminaremos juntas el quinto grado de la escuela, no el otro año. Imagínate lo terrible que sería para ti que tuvieras que asistir el próximo año al colegio.

—No voy a regresar, no quiero ver a nadie. Se lo que dicen de mí. Nadie quiere que regrese para que no los contagie. Todos me odian. No los culpo. Esta enfermedad me asusta. Muchas personas no se han sanado a pesar de seguir el tratamiento.

—Te vas a recuperar, Clara, no puedes pensar en otra cosa que no sea eso —dije—, además, tienes que ayudar a Cristal.

Clara miró a Cristal preocupada. Su estado de ánimo solo pensaba en lo peor.

—Qué paso, Cristal.

—No pasó nada —dijo haciendo berrinche para que clara insistiera.

— ¿Te están molestando por mi culpa?

—Nada que no pueda controlar, pero no es eso. Es solo que... no sé cómo sucedió. Simplemente recuerdo estar en medio de todo el alboroto del salón. Me da cosas creerlo, pero decidí aceptar solo porque tu querías, solo por eso, porque yo no me imagino con...

— ¿Es verdad, Max, Caramel? —Clara nos miró a Max y a mí luego de imaginarse lo que Cristal trataba de explicar. Nosotros asentimos.

—Sí lo es, me eligieron para que sea la reina de la primavera. Me postularon los revoltosos y se pusieron de acuerdo para que votaron por mí. Dijeron que querían verme con vestido y maquillaje. Todo fue por ti, Clara, los revoltosos dijeron que tuvieron la idea por ti.

—Que genial, Cristal, yo quisiera ayudarte con todo e ir a verte el día de la coronación. Tienes que ganar la corona de la gran reina del quinto grado.

—Tanto no pidas, Clara. Ya es demasiado ser la reina del salón.

—No voy a poder estar allí —Clara dijo desanimada.

—Le tomaré muchas fotos para que puedas verla —dije.

—No vas a poder, Caramel, lo hare yo —dijo Max—. Clara, Caramel será el rey del salón. Lo eligieron ya sabes la razón.

—No importa, Max, no es necesario que me tomes fotos —dijo Cristal—. Clara, mamá me dijo que va a contratar un fotógrafo para que me hagan un álbum especial. Mamá es la más emocionada como si ella hubiese sido elegida la reina de la clase.

—Aunque tenga las fotos, nunca va a ser igual. No quiero estar enferma, quiero sanarme para terminar el año con ustedes.

—Clara, en noviembre terminara tu etapa de contagio. Podrás terminar el colegio con nosotros.

—Es el último año escolar, no lo puedo creer. Cristal, en noviembre vayamos juntas a comprarnos el vestido para nuestra fiesta de promoción.

—Sí, vamos juntas.

—Y, Max —dijo Clara con mejor ánimo—, tú serás mi pareja de baile. No sales con nadie, así que no te niegues. No estaría nada mal darles celos a las chicas de la clase.

—Ese día salgo de viaje con mis compañeros de clase por nuestra promoción—Max se negó.

—Tu viaje de promoción será mucho antes de la fiesta de mi clase —dije.

Max me zarandeó como regaño.

—Clara, no quería asistir a ninguna fiesta de promoción, pero déjame pensarlo. Tengo que advertirte que he recibido muchas invitaciones de chicas de todos los quintos.

—Acepta mi invitación, soy tu amiga y estoy enferma. Tienes que ir conmigo, Max, es nuestro último año.

—No aceptaré tu invitación porque eres mi amiga, ni porque estas enferma. Acepto tu invitación solo porque eras la más bonita de quinto.

—No coquetees conmigo, no te voy a hacer caso —Clara lo regaño tirándole una almohada.

La madre de Clara se sintió muy agradecida connosotros. Los ánimos de clara cambiaron. La dejamos en su habitación con unsemblante diferente. Sus ojos opacos de la tristeza se volvieron brillantes mientrasse reía y planeaba su regreso a clase. "Me voy a esforzar, no dejaré que losprofesores me jalen", dijo decidida. Fue bueno ir a visitarla.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |2DA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora