10 - Cuidame

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Mi mejor amigo Max alborotó al colegio entero cuando inició un conflicto con Caro, un compañero de mi clase. El colegio se dividió. Muchos compañeros, impulsados por su falta de irresponsabilidad, solo trataron de incentivar un rudo enfrentamiento con palabras incitadoras. Las chicas, en su mayoría, se mostraron asustadas por la fuerte presión del lugar, y yo...me quedé quieto, como el peor de los mejores amigos. Debí ir, aunque no aprobaba la violencia, debí estar a su lado... pero no. Me quedé quieto, sin hacer nada, en cambio un disgusto fue apoderándose de mí en medio del alboroto. No acepté el comportamiento de mi mejor amigo.

Si no hubiese sido por la rápida aparición de los profesores, seguro que nadie habría podido detener a los jóvenes adolescentes.

El recreo termino con murmullos y desánimos.

— ¿Que habrá pasado? ¿Por qué Max le pegó a Caro? —Se preguntaba Clara muy interesada por descubrir la razón de la pelea.

— ¡Yo sé lo que paso! —Cristal sin dudar—. Lo más seguro es que Caro se metió con una de sus novias. Es que Max las quiere a todas para él.

—No, Cristal, Max no se mete en conflictos por chicas.

— ¡Estás aprendiendo, Clara!

—Entonces que puede ser —Clara me miró. Ella debió pensar que yo, por ser el mejor amigo de Max, debía darle respuesta a su curiosidad, lo cual era verdad.

—Dinos, Caramel, qué paso. ¿Fue por una chica? —Cristal insistió.

—Max suele decir que le gusta una chica, quizá puede que exista, ¡Y Caro se la quitó!

—Y ahora Max está pagando todititito. La única que le gusta no lo quiere, y en cambio solo lo hace sufrir para hacerle pagar los muchos corazones que rompió. Eso debe ser.

—Pobre Max.

—Hay clara, todo el daño que hacemos a la larga lo pagamos.

—Pero sería bueno que al fin Max quiera a alguien y que lo quieran, supongo.

—Sería injusto premiar a alguien que no lo merece, y Max no merece ser correspondido por nadie.

— ¡Cristal, que mala! ¿Eres su amiga o enemiga?

—Soy mujer.

Mis amigas no dejaban de especular sobre Max. Mi mente no prestaba atención a sus palabras, aunque trataba de fingir que si las escuchaba para que no se dieran cuenta de lo mal que me sentía por Caro. Max no inició el conflicto por ninguna mujer que Caro le quitó, sino para cuidarme de influencias retorcidas.

"Quizá fue lo mejor, así Caro se alejará de mí, porque él dice que yo le gusto", pensaba y pensaba, pero no por eso me iba a sentir cómodo verlos a los dos como si nada hubiese pasado. Max no tenía ninguna justificación. No le gustaba que Caro me mirase, pero eso no le daba razón para golpearlo, ni mucho menos para estar seguro de que yo le gustaba... porque aunque era verdad, yo nunca iba a aceptar sus especulaciones.

Caramel...

Caramel...

— ¡Caramel!

Las chicas me empujaron.

—No te preocupes, Caramel, seguramente solo le dirán que traiga a su mamá para levantarle el castigo.

—Su mamá es genial, así que no será un problema.

Las chicas se pusieron de pie. Era hora de ir a casa.

—Vamos a esperar a Max, apúrate Caramel —Me dijeron desde la puerta del salón casi vacío de compañeros. La mayoría se había ido.

Caminé a casa solo.

Mis amigas se sorprendieron cuando me negué a esperar a Max, pero me comprendieron cuando les dije que no me sentía bien. Ellas se quedaron a esperarlo y yo me fui casa luego de insistirles que no era necesario que me acompañaran.

Me fui a casa a esperarlo, porque sabía que vendría por mí para reclamar mi ausencia.

Max vino a mi casa. Mamá lo dejo pasar. Escuche el timbre, el chirrido de la puerta al abrirse y el golpe al cerrarse. La temperatura de mi cuerpo empezó a subir y mis manos a sudar. Max entró en mi habitación.

—Caramel no me esperó —dijo cerrando la puerta.

—No tenías por qué golpear a Caro, Max. Por qué lo hiciste, ¿solo porque me mira? Quizá yo le desagrado, por eso lo hace. Debe odiarme demasiado, pero lo primero que piensas es que él es un... No Max, no puedo creerlo.

—Me enoja que estés de su lado.

—No estoy de su lado.

—Entonces porque no me esperaste. No me importa que Clara o Cristal me esperen, pero que tú no lo hagas me importa mucho.

—No te esperé porque no estoy de acuerdo con lo que hiciste, Max.

—Entonces, sí estás de su lado. Me dan ganas de volver a golpearlo.

—Max —objeté incomodó.

—Es un marica, Caramel, y no voy a permitir que un marica te esté rondando. Ahora lo debe tener muy en cuenta, espero, porque si no se lo tendré que aclarar nuevamente.

—Max, deja de hacerte ideas que no...

­Max caminó hacia mí. Paso a paso me hizo retroceder hasta que mi espalda sintió la pared. Poso sus manos en mi cara para que no evitar que desviara mi mirada de la de él. Sus ojos se clavaron en los míos, y aunque quise alejarlo, no me lo permitió. Sus manos suaves no me lastimaban, al contrario, se sentían cálidas.

—Caro salió con mi primo Francis. Vez que si es una marica, Caramel, ahora créeme.

Me sorprendí. Yo le gustaba a Caro, pero no quería que Max lo supiera. Me daba mucha vergüenza que se enterara que yo le gustaba a otro hombre, por eso negaba sus especulaciones con insistencias. Ya no podía hacer nada., Max sabía que a Caro le atraían personas de su mismo género, y eso me asustó.

—Te salve, Caramel, ¿Estás enojado conmigo?

—No, Max.

—Estoy feliz, Caramel.

—No estoy enojado contigo, Max, estoy enojado conmigo por no esperarte, Max. Me arrepiento. Yo siempre voy a estar de tu lado aunque me comporte como un tonto. Eres mi mejor amigo.

—Los mejores amigos nos debemos cuidar, Caramel. Yo te voy a cuidar.

Perdóname por mentirte, Max, los mejores amigos siemprese cuentan todo, pero no podía contarle que Caro me dijo que le gustaba... ytodas las tonterías que hicimos, pero en ese momento ya no me sentí solo,porque sabía que Max me iba a cuidar de caro. 

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |2DA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora