7 - Extraña relación de amistad

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Yo me quedaba solo en casa cuando mi mejor amigo Max solía salir con sus enamoraditas. A veces mis amigos me llamaban para salir y yo aceptaba de inmediato. También quería divertirme como lo estaba haciendo Max, por eso no me negaba cuando me invitaban, pero aun así no era igual salir sin Max, ya que su compañía era especial, porque Max era mi mejor amigo. Era diferente compartir momentos con él que con cualquier otra persona. 

Cuando nadie me llamaba, me quedaba en casa tirado en mi cama. No es que no tuviera nada que hacer. También me divertía solo. Miraba la tele, jugaba un rato con mis videos juegos, leía, revisaba algunas páginas de internet y de vez en cuando me ponía a dibujar. Mayormente terminaba mis tardes escuchando música tendido en mi cama por horas. Miraba el techo y pensaba si Max se estaría divirtiendo sin mí, hasta que me quedaba dormido, y cuando me despertaba, ya era de noche.

Micelular empezó a sonar cuando estaba a punto de dormirme. No podía entender qué clase de salidas podían tener ese niño con mi mejor amigo, pero aun así, Ángel me quitaba la compañía de Max. De tanto pensar y pensar, me planteaba que también debía tener una novia para que Max pudiera entender mis sentimientos de mejor amigo abandonado.

Cuando estaba a punto de dormirme, mi celular empezó a sonar. Me incorporé animado. Pensé que Max me llamaba para venir a mi casa, pero no, no era Max, sino... era Caro, un compañero de mi clase que había dicho que le gustaba, y peor aún, con quien estaba perdiendo el control del límite de nuestra confianza.

—Hola, Caramel, vamos al cine, voy a tu casa.

No supe que decir. Tenía miedo salir con Caro, porque la amistad de ambos era extraña.

—Es tarde, mamá no me va a dejar.

—No es tan tarde, además, cerca de tu casa hay un cine. No necesitamos ir al centro.

Estaba a punto de inventarme una razón para volver a negarme, pero recordé que Max estaba divirtiéndose con Ángel, así que por eso me pareció justo que yo también debía hacerlo. Si mis amigos cercanos no me llamaron para salir, entonces aceptaría salir con Caro. Le dije que sí.

Quedamos en encontramos cerca de la taquilla. Cuando llegué, Caro estaba esperándome. "Hoy quiero divertirme", dije para animarme a seguir mi recorrido hacia él.

— ¿Quieres elegir la película? —me propuso con amabilidad.

—No, mejor tú. Elije el que quieras

—No te preocupes. Si te gusta alguna, entonces puedes elegir.

—Tengo una idea. Cuando Max y yo venimos al cine, tiramos una moneda para elegir. Siempre lo hacemos. Es divertido elegir de esa manera — saqué una moneda de un sol.

—Pero ahora no está Max.

Porque esta con Ángel...

—Entonces voy a elegir la película —guarde mi sol.

Elegí una película que estaba casi fuera de cartelera. Max y yo solíamos ir al cine muy seguido, por eso casi todas las que me gustaban ya las había mirado. No me quedó de otra que elegir una de aventura juvenil. Los protagonistas eran cinco mejores amigos de barrio que se involucran en un asesinato por proteger a uno de ellos. "Mejores amigos", quizá lo elegí por eso.

—Ya miré esta película —Caro me dijo sentándose a mi lado.

—Debiste decirme —reclamé incómodo.

—No, está bien, no importa. Es interesante. Los cinco amigos son muy fieles a pesar de sus personalidades extravagantes. Y sabes, Dante está enamorado de uno de sus amigos, aunque claro, la película no se centra en eso, pero es parte de la trama.

—Gracias por arruinarme la película —refunfuñé.

—Lo siento.

—No importa.

Las luces se apagaron a pesar de no haber mucha gente. Éramos muy pocos. La mayoría estaba sentada adelante, pero nosotros atrás. Es que Caro dijo que le gustaba sentarse atrás, y que al menos debería dejarle elegir la posición de nuestros asientos. No me sentí nada cómodo, pero supuse que estaba bien. El primer avance iluminó la pantalla y los parlantes retumbaron en la sala.

Y él me agarro las manos...

—Qué haces— traté de soltarme.

—Estamos en una cita.

—No estamos en una cita —reclamé tirando de mi mano con insistencia.

—Esta bien, no estamos, pero deja que te agarre la mano.

—Es incómodo.

—Puede que te sientas incómodo, pero...

Caro se acercó muy cerca de mí. Su aliento caliente se estampo en mis labios sin previo aviso. Me quedé tieso. La musiquita terrorífica del tráiler era la perfecta proyección del palpitar de mis latidos. Estábamos en un lugar público, con mucha gente... no mucha gente, pero de todas maneras era un lugar público.

— ¿Incomodo, Caramel?

—No me beses, Caro. No quiero, no me gusta.

—Entonces solo agarraré tu mano —dijo mirando la pantalla.

No reclamé. Su mano me sostuvo con firmeza durante toda la película. De vez en vez me hablaba para hacer comentarios de la película, me sonreía y me besaba la mano. Me escarapelaba toda la piel.

—Salgamos otro día, Caramel — me propuso cuando salimos de la sala.

—No quiero —respondí enojado.

No me gustó que se aprovechara de mí...aunque fue mi culpa por permitirle que se sobrepasara. Su comportamiento indebido había empezado desde que le pregunté sobre sobre los sentimientos de chicos con preferencias sexuales desviadas.

Fue mi culpa, no de Caro.

Caro me acompañó de regreso a casa. No quise, pero él seguía mis pasos. Dijo que quería asegurarse que llegara bien, como si fuera necesario su protección. Yo no era una mujer para que se preocupara por mi seguridad.

— ¿Estamos saliendo, verdad? —preguntó de repente.

Me detuve en seco.

—No —respondí escandalizado—. Que estás diciendo, Caro. No digas disparates.

—Si estamos saliendo, solo que aún no lo quieres aceptar.

—No, Caro, Me voy a casa. Gracias por tu compañía, pero no la necesito. Me regreso a casa solo.

—Estamos saliendo, Caramel, tú sales conmigo —dijo tranquilo antes de irse—. Tendré paciencia hasta que lo aceptes.

No estamos siendo, me repetía mientras continúe mi camino a casa.

Caro me agarraba de las manos, me besaba, pero los dos no estábamos saliendo. Era testarudo, no se tomaba en serio mis negaciones. Me daba miedo encontrarme con él en el colegio, y mucho más en el recreo, porque su mirada se fijaba en mi mientras estaba con mis amigos, y peor aun cuando mi mejor amigo Max estaba a mi lado. Caro intentaba hacerme sentir como si lo estuviera engañado, pero eran tonterías suyas.

La relación de ambos era extraña e inexplicable.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |2DA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora