6 - Terminar con ella

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Mi mejor amigo Max yo estábamos envueltos en una relación falsa. Max dijo que yo le gustaba, y yo le correspondía a pesar de estar saliendo con Cristal, mi enamorada y amiga del colegio. Ella no solo era amiga mía, sino también de Max, a quien no parecía molestarle en nada lo malo que estábamos siendo con ella.

Lo que sentíamos no era falso, pero la situación de ambos lo era, porque, aparte de engañar a Cristal, nosotros éramos dos chicos. A Max no le preocupaba nada, solo que le dijera a Cristal que ya no iba a salir con ella.

Después de confesarnos no paré de dar vueltas en mi cama toda la noche. No dejaba de pensar en lo que debía o no debía hacer. Mis pensamientos me agobiaban demasiado.

Al día siguiente no pude verme al espejo. Estaba avergonzado conmigo mismo, pero... lo había decidido. Max tenía razón, yo debía terminar con Cristal. Estaba decidido. Lo mejor era conversar con ella, aunque no tenía pensado decirle la verdadera razón de mi decisión. Me disculparía mucho, y casi estaba convencido de que ella comprendería, porque era de las que repudiaba a las chicas controladoras y obsesivas.

Resoplé angustiado, tratando de animarme para no dar marcha atrás. Tenía que ser fácil. En varias ocasiones vi cuando Max terminaba con las chicas que salía. Él simplemente lo decía de la nada. Sus impulsos imprevistos daban miedo, porque sus palabras se volvían cortantes e incluso severos cuando las chicas le pedían explicaciones entre lágrimas. La decisión de terminar era tan repentino que ni me daba la oportunidad de darme cuenta de lo que pasaba. Max las lastimaba sin excusas, aunque me decía que se había aburrido, y que esa era una razón suficiente para terminar con cualquiera.

Yo iba a ser igual que Max.

Cuando vi a Cristal me sentí culpable. Mis manos me empezaron a sudar, casi no podía hablar, y ella se dio cuenta. "Estas extraño, Caramel", me dijo un poco preocupada. No la podía ver a los ojos, porque temí que se diera cuenta de lo malo que estaba siendo con ella. Temí que lo supiera, que Max y yo...

Iba a ser difícil...

Había pensado en buscar una oportunidad para hablar con Cristal, pero no quise recordar nada de mis pensamientos cuando me quedé solo con ella. Deseaba decirle a Max, "Cristal y yo ya no salimos", pero no era como él. Yo no quería lastimarla. Tenía miedo ser tajante y severo con ella, tenía miedo verla llorar.

Max debió darse cuenta. Él me escribió un mensaje diciéndome que quería encontrarse conmigo en el auditorio. En ese momento estábamos reunidos en el recreo junto con mis amigos y otros compañeros. Luego de escribirme, simplemente se puso de pie y se fue.

No quería ir detrás de Max por temor a que mis compañeros sospechasen, pero el timbre de mi celular fue la excusa para alejarme un poco. Era Max. "Ven, te estoy esperando", me dijo, y colgó. Miré en dirección de mis compañeros. Ellos se encontraban concentrados en la conversación sobre el primer capítulo de una serie de televisión.

Fue al encuentro de mi mejor amigo Max.

"¿Max, donde estás?", le pregunte luego de que el me respondiera mi llamada.

"En el auditorio. Caramel, no te quedes afuera, entra", y me colgó.

Resoplé incómodo.

La reja del auditorio estaba abierto para mi mala suerte. No quería que nadie me viera entrar allí, ni mucho menos que me vieran saliendo junto a Max.

Caminé dentro mirando que nadie se diera cuenta. Todos estaban concentrados en aprovechar los diez minutos que les quedaba de recreo en lugar de mostrarse interesados en mi preocupación de no ser notado.

Caminé por el pequeño corredor que llevaba a la cortina de terciopelo que ocultaba el auditorio.

—Max — lo llamé mientras cruzaba la cortina.

A simple vista no lo vi, pero, al darme la vuelta para regresar, Max me agarró la mano para evitar que saliera.

—Te demoraste mucho— se quejó.

—Este lugar es un poco... No me gusta.

—Aquí se suelen encontrar las parejas — dijo abrazándome.

—Alguien puede venir, Max, déjame—reclamé angustiado.

No quería que nadie nos encontrara en esa situación. No éramos una chica y chico como para no preocuparse. Nosotros éramos...

—No, Max —me alejé a una distancia prudente— no me abraces, por favor.

—No te compliques, Caramel, nadie vendrá. El recreo va a terminar, además, nadie va a pensar que los dos estamos enredados en una relación indebida, si es lo que quieres saber para estar tranquilo. Si se dan cuenta será por ti, porque has estado extraño todo el día

— Lo siento — enrojecí avergonzado.

—Para mí estaría bien que se den cuenta, caramel, porque no tengo miedo. Yo quiero que todos se enteren que los dos...

—No, Max—le interrumpí.

— ¿Recuerdas lo que te dije, Caramel? Los dos estamos saliendo, por eso quiero que Termines con Cristal ahora.

—No estamos saliendo, aún no.

—Sí lo estamos.

Max se acercó a mí hasta hacerme chocar con las rejas cubiertas por el terciopelo.

—No me toques, Max— dije cuando el intentó acariciarme el rostro— no quiero.

El timbre sonó y el barullo del patio se fue disipando hasta quedarnos en medio de un total silencio. No teníamos tiempo, debíamos regresar a nuestras aulas.

—No quiero que te acerques demasiado mientras salga con Cristal. Solo cuando Ella y yo... entonces nosotros... hablaré con Cristal, pero antes no quiero que te acerques demasiado, no quiero me toques, no quiero que me beses, o no podré verla sin sentirme culpable.

—Muy bien, Caramel.

Max sacó su celular, marcó un número y me sonrió mientras escuchaba timbrar el aparato, hasta que una voz hablo al otro lado.

—Cristal, Caramel quiere hablar contigo saliendo del colegio. Quiere decirte algo importante. Si, está conmigo, pero ya vamos — y colgó —. Listo, terminas con ella después de las clases.

— Yo... no sé si podré, Max.

—Sí podrás. Solo es una mujer, nada más que una mujer. Si no puedes, entonces yo le digo. Ya no quiero compartirte con ella.

Max y yo preciamos dos delincuentes confabulando un crimen.

Cristal solo era una mujer... que me hacía sentir culpable cada vez que la miraba en clase. Ella me hablaba tan amigable, natural, sin sospechar que era el peor de todos, que era igual que mi mejor amigo Max, capaz de lastimar como él.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |2DA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora