65 - No me voy a quebrar

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Mis amigas planearon una cita en parejas desde que mi mejor amigo Max empezó a salir con Luz. Iríamos a pasear al centro de la ciudad donde había una zona comercial y un gran parque. No tenía interés en las citas en parejas, pero asentí a todo lo que mi amiga Noche expuso emocionada mientras nos daba los detalles del plan.

Max me pidió que me encontrara con él en el parque frente a su casa para ir juntos al punto de encuentro acordado por todos. Fui a buscarlo como habíamos quedado. Lo vi sentado en una banca junto a la vereda del parque. El colgó su celular cuando me vio.

—Caramel, siéntate conmigo, ya no demora en venir.

—Quién va venir ¿Luz? —Pregunté acostumbrado a sus repentinas preferencias por ella —. Entonces me voy, no quiero molestarlos.

—No, Caramel, no le pedí a Luz que venga aquí.

—Voy avanzando, Max, nos vemos después.

—Me encanta la reacción de Caramel. Eres tan impaciente. Mira, ya llegó.

A una corta distancia vi a mi amiga Clara corriendo con una pequeña bolsita de papel en sus manos. Se acercó a nosotros muy agitada, se sentó en la banca y le extendió la bolsita a Max.

—Siento la demora, es que la señora recibió el pedido en su casa tan solo hace un momento —se puso de pie después de dar unos respiros—. Es muy bonito, sé que a Luz le va a gustar el collar y el dije que has elegido para ella. Me sorprendes, Max, resultaste tener buen gusto. Seguro tu mamá de ayudó.

—El amor nos hace tener buenos gustos. Yo mismo lo elegí, no necesité la ayuda de nadie

Max sacó una elegante cajita gruesa de la bolsita que Clara le había entregado.

—Qué te parece, Caramel, ¿te gusta? —Max me preguntó mostrándome el contenido de la cajita.

No sabía nada de joyería, por eso no podía opinar si Max había elegido bien o mal, pero sí sabía que los corazones simbolizaban el amor. Un pequeño corazón con piedras incrustadas brillaba reluciente en la delicada cadena de plata que Max había elegido para Luz.

—Se ve bien, seguro le gustará —dijo Clara.

—Se lo voy a entregar hoy.

—Espero, porque si no me habrás hecho correr por las puras —lo regañó—. Bueno, chicos, me tengo que ir. Les deseo suerte en su cita en parejas.

—Clara, ven con nosotros la próxima vez. Alguien te debe gustar.

—No, Max, no quiero. Yo voy a estar soltera toda mi vida —Clara le sacó la lengua y se fue apresurada.

—Deberíamos irnos — dije preocupado por el tiempo. Nos habíamos retrasado un poco.

—Caramel, iré a buscar a Luz. Le dije que iría a su casa para ir juntos al centro. Nos encontraremos con el grupo allá.

—¿Entonces para que me hiciste venir? —Pregunté sin pensar, porque solo debí asentir sin reproches—. Max, deja de restregarme todo lo que tenga que ver con Luz y contigo. No necesito que me digas lo que le vas a regalar o no; o que si vas por ella a su casa para salir.

Max no respondió. Se mantuvo en silencio frente a mí. Decidí irme sin esperar su respuesta. Caminé hacia la avenida a grandes pasos, pero fui disminuyendo la velocidad hasta detenerme. Me Volteé. Max estaba justo detrás de mí con una sonrisa en la cara.

—Caramel está enojado conmigo —dijo.

—Max, ve a buscar a Luz —traté de retractarme—. Ella te debe estar esperando. Yo iré a buscar a Cristal. Seguramente aun sigue en su casa, porque ella siempre sale tarde. Ve, Max, nos vemos en el centro.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |2DA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora