Octavia que se ha pasado la noche entera llorando ya apenas tiene fuerzas para continuar, sus ojos se han secado y las lágrimas que han surcado tanto su cara se han secado sobre su piel.
Sentada en el suelo con la espalda pegada contra la puerta y la mirada clavada en la cama donde tantos momentos buenos y confidencias ha compartido con Lincoln.
Sigue sin creerlo, sigue sin creer que nunca más vaya a aparecer por esa puerta, que nunca más vaya a verlo sentado en la cama sonriéndole como solo él sabe sonreírle y dedicándole esas miradas que solo él sabe hacerla sentir tan especial con ellas.
No puede creerlo. No puede creer que su vida ahora vaya sencillamente a ser así. Ayer lo tenía todo, hoy no tiene nada.
Sin Lincoln, sin su amor por ella, Octavia siente que no tiene nada.
Absolutamente nada.
Renunciaría a todo por volverle a ver aunque fuese tan solo un instante. Hay tanto que aún le queda por decir, tanto que le queda por agradecer. Su vida nunca comenzó realmente hasta que sus caminos se cruzaron. Todo en ella cambió.
Él la cambió.
Hizo que Octavia realmente supiese quien quería ser y cuanto necesitaba serlo no solo por si misma sino por él. Y ahora que todo su mundo se había vuelto patas arriba y que realmente era lo que quería ser, Lincoln ya no estaba para ver eso.
Lincoln ya no estaba para ver nada.
Las lágrimas llenaron sus ojos nuevamente y Octavia tuvo que cerrarlos sintiéndolas caer muy lentamente sobre su rostro sintiendo una opresión aplastar su pecho como nunca antes había sentido.
El sonido de la puerta la sobresaltó y se apresuró a pasar las manos por su cara queriendo deshacerse rápidamente de las lágrimas. Respirando hondo se apartó y se levantó volviéndose hacia la puerta sin abrirla.
—¿Si?
—Octavia —respondió una voz desde fuera muy conocida para ella—. Soy Charles Pike, ¿podemos hablar?
Octavia que cambió súbitamente la expresión de su cara creyendo haber oído mal se acercó a la puerta y quitando el pestillo abrió directamente.
—¿Profesor Pike? —preguntó ella con asombro mirando hacia un lado y otro del pasillo viendo pasar a personas a lo lejos abrazándose y a otras reunirse con sus familias. ¿Estaba alucinando o realmente parte de la Estación Agro estaba allí?
Pike que se la quedo viendo largamente hizo un tenue gesto.
—Puedes llamarme Charles si lo deseas —dijo quedamente él viendo el dolor y la tristeza reflejadas en su afligido pero sereno rostro—. He oído que ahora que hemos vuelto, es contigo con quien he de hablar si quiero justicia.
Octavia que se le quedo viendo a los ojos hizo un imperceptible gesto interrogante con la cabeza.
—Y créeme que la quiero —sentenció Pike duramente recordando como los terrestres mermaron sin piedad a todo su pueblo.
Continuara...