Australia

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Capítulo 20: Parte II

Lauren, 10 de junio; Sídney

19 horas de avión.

19 horas en las que Lauren apenas había abierto la boca.

19 horas en las que no había podido dejar su mente descansar.

Durante aquel vuelo a Australia, una de las pocas conversaciones que había tenido en el jet la motorista había sido con Normani, su acompañante de asiento:

-¿Te puedo hacer una pregunta, Mani?-le había dicho tras tres horas de silencio en aquel avión con dirección a Sídney.

-Solo si yo puedo hacerte otra a ti.

Lauren había mirado a su compañera durante unos segundos analizando su propuesta, pero poco después había asentido con la cabeza dando su visto bueno a aquel trato. Normani había medio sonreído mientras le hacía un gesto con la mano para que realizara su pregunta:

-¿Tú sabías que Harry y Louis eran novios?

Aquella pregunta era una de las muchas que le había estado dando vueltas en la cabeza desde su charla con Louis en el umbral de su puerta, quizás había sido la menos importante de todas ellas, pero aquella había sido la única que le había podido hacer a Normani en aquella situación.

La mujer elástica la había mirado divertida al momento:

-¿No lo sabías?-Lauren había negado con la cabeza ante ella; había pensado en ello, sin embargo no los había visto nunca en una posición romántica ni una sola vez, o al menos que ella recordase-. No lo suelen gritar o poner un cartel de neón diciendo que son novios, o gays, pero sí, lo son... Solo hace falta ver como se miran...

La mujer de ojos verdes se había quedado pensativa durante varios minutos, pero después había sido fiel a su palabra.

-¿Y tu pregunta?

Lauren había esperado muchas preguntas relacionadas con lo que había pasado el día anterior con Camila, sin embargo fue sorprendida por Normani:

-¿Cómo estás?-le había dicho-. Con sinceridad, Lauren.

Los ojos se le habían abierto de la sorpresa al instante, pero poco después había dicho:

-No lo sé, Mani...-sin embargo en aquellos momentos había mirado varios asientos hacia delante, donde se había encontrado Camila-. No estoy bien.

Aquella había sido la conversación más larga que había tenido Lauren en 19 horas de vuelo, sin embargo no había dormido más que dos horas en todo aquel tiempo. Tan solo dos horas en las que había podido alejarse un poco de sus propios pensamientos, por eso mismo tampoco se le había hecho corto el vuelo a la motorista.

Con la cabeza apoyada en la ventanilla del coche, ella miraba el paisaje que tenía delante, habían aterrizado hacia unos veinte minutos, y en aquellos instantes estaban en aquel taxi que las llevaría hasta la casa de protección de X Factor, que al parecer quedaba cerca de Bondi Beach. Lauren miraba como la ciudad se iba iluminando por los primeros rayos de sol que aprecian en el horizonte, estaba amaneciendo y ella aún no había podido dormir en condiciones.

Diez minutos más tarde, en silencio todas bajaron de aquel taxi para encontrarse con una pequeña casa de dos plantas, y al lado una pequeña puerta de garaje, sin duda alguna era la más pequeña que había visto Lauren con X Factor, pero aquello no lo importó, nunca le importaban esos detalles. Sin poderlo evitar, de reojo miró a Camila quien se veía tan cansada como ella misma, incluso tenía ojeras y sus ojos se veían más pequeños y rojos.

-Vosotras debéis de ser el equipo H de X Factor-dijo una voz femenina a varios metros de distancia.

La motorista, concentrada en el taxista que estaba sacando sus bolsas del portamaletas, rápidamente se giró para mirar hacia la puerta de entrada de la casa, desde donde se había escuchado aquella voz de acento australiano; allí estaba una mujer pelirroja de no más de veinticinco años con un traje de neopreno, de color gris y negro, y una tabla de surf en sus manos.

-Sí, somos nosotras.

-Bien-les habló más de cerca ya que no había dejado de caminar-. Os he dejado todo lo necesario en la mesa de la cocina; la carpeta con la información y las fotos más recientes, los números de teléfono, las llaves y bla, bla, bla... Ah, y el coche está en el garaje.

-Pero...-intentó decir Ally.

-Lo siento. He quedado, chicas-la joven surfera se fue alejando sin preocuparse por nada más-. Suerte con la misión.

Ni siquiera les había dicho como se llamaba.

-Genial-comentó Normani con ironía y resignación-. Esta misión solo mejora por segundos.

Poco después, cada una cogió su maleta y se adentraron en aquella pequeña casa de paredes veraniegas y de suelos blancos.

Lauren no veía nada especial; era una casa normal y corriente.

Dinah fue la primera en dejar la maleta en el suelo y sentarse en el sofá que había, acto seguido tiró de la mano de Camila y la acunó entre sus brazos como si ambas se fueran a dormir allí mismo. La motorista tan solo las miró a la distancia con los labios apretados, sin decir nada, pero un segundo más tarde dejó su mochila y se fue a la cocina.

Allí ya estaba Normani.

-Aquí está todo-la mujer de ojos verdes asintió-. ¿Quieres leer el informe, Lauren?

-No, creo que deberíamos ir a dormir ahora y en un par de horas, ya más descansadas, ponernos manos a la obra con la misión.

-Tienes razón-sin embargo, aquella voz había sido la de Ally. Normani y Lauren se giraron para verla en el umbral de la puerta de la cocina, donde justo al lado había una barra que conectaba con el salón-. Deberíamos dormir.

La mujer elástica asintió, soltó la carpeta encima de aquella mesa y después salió de allí con decisión y sin decir una palabra más.

Al parecer todas estaban demasiado cansadas para hablar.

Lauren, pocos segundos después, se quedó mirando aquellos informes que, sin querer se habían esparcidos al dejarlos Normani, y de entre ellos sobresalía una foto. Al instante, a la motorista le entró curiosidad por ver las caras de TV, ya que no había visto ninguna fotografía de ellos; ella tan solo había leído el informe de pasada en el avión y ni siquiera recordaba sus nombres.

Su mano enguantada se estiró ligeramente para cogerlo, pero alguien le toco el hombro y la hizo reaccionar:

-¿Me has escuchado, Lauren?

-No, lo siento, Ally-le respondió al instante olvidando lo que iba a hacer.

-Yo quería hablar contigo de una cosa muy importante, quizás no es el lugar pero hace tiempo yo tuve una vi...

-Es tarde Ally...-la cortó y luego rodó su cabeza intentando romper la tensión de los músculos de su cuello-. Mañana lo hablamos-al instante de escuchar aquellas palabras, la vidente agachó la cabeza-. Lo siento, Ally solo es que... Estoy muy cansada. Necesito dormir.

Lauren no estaba mintiendo en aquello último.

Y con aquello salió hacia el salón, por donde había venido, para recoger su maleta y subirla a la segunda planta donde debían estar las habitaciones. Sin embargo, allí algo la frenó. Camila y Dinah estaban en la misma posición que antes, aunque en aquello momentos completamente dormidas. Durante unos instante Lauren no supo que hacer, pero al final decidió dejarlas dormir allí.

Segundos más tarde ella estaba subiendo las escaleras mientras retenía el dolor en su pecho y para que no se desplazara a sus ojos.

Bienvenida a Australia. 

Feel Again I: X Factor (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora