Feel Again I: X Factor (CAMREN)

Tormentas de miedo

Capítulo 10: Parte IV

Lauren, 9 de mayo; Los Ángeles

Nada más salir del ascensor, Lauren no dudó en sus pasos y, atravesando el recibidor, se encaminó hacia la puerta que daba al garaje. En menos de un minuto ya estaba lista encima de su Ninja, solo le faltaba ponerse el casco y pulsar el botón para que la puerta metálica se abriera. Pero, justo en el momento en el que pulsó su mando, alguien entró por la puerta:

-¡Lauser!

La motorista, encima de su Kawasaki, no se tuvo que girar para saber quién era la persona que acababa de entrar en el garaje:

-Dime, Dinah.

-¡Wow!-exclamó casi al instante; Lauren se medio giró para mirarla como se acercaba a ella-. ¡Yo también quiero una moto así! ¿A quién se la has pedido? ¿A Simon?...-Dinah no paraba de mirar la Ninja negra de Lauren con admiración, y esta no pudo evitar sonreír un poco por el orgullo que sentía en esos momentos-. ¡Es una preciosidad!

-No se la pedí prestada a nadie-le aclaró-. Es mía.

-¿Tuya?-Lauren rápidamente asintió-. No habías dicho nada de que tuvieras una moto.

La motorista al instante se encogió de hombros sin saber que más decir, pero tras unos segundos de silencio en los que la polinesia seguía admirando su Kawasaki, le volvió a preguntar:

-¿Qué querías, Dinah?

-¡Ah, sí!-exclamó como si acabase de acordarse a que había ido allí-. Vamos a ver una película de miedo. Queríamos saber si quieres verla con nosotras.

-Iba a salir con...

-¿Estás segura?-la cortó Dinah-¿Has mirado como está el cielo?-Lauren frunció el ceño sin comprender, pero un segundo más tarde se bajó de su moto para ir hacia el exterior a través de la gran puerta metálica que había abierto minutos antes-. Han anunciado tormenta.

Mierda, mierda... ¡MIERDA!

Era cierto lo que decía la polinesia.

El cielo de Los Ángeles, por raro que pudiese parecer en aquellas fechas, se encontraba totalmente oscuro, concretamente de un gris que no daba muy buena espina.

Una tormenta era lo último que quería Lauren en esos momentos.

-Entonces-escuchó que le volvía a decir su compañera-, ¿te vienes con nosotras?

Cuando Lauren se giró y, alternando la mirada entre Dinah y su Kawasaki, dudó durante unos instantes. Pero sabía perfectamente que no podía salir de allí con una posible tormenta a punto de estallar. Una parte de ella sabía que no podía por precaución, podría tener un accidente fácilmente con la carretera mojada, y la otra era por su pasado. Las tormentas siempre le traían muy malos recuerdos, pesadillas, dolor y culpa.

Todo eso a la vez.

Finalmente asintió con la cabeza y la rubia sonrió complacida.

Así que, nada más sacar la llave del contacto de su Kawasaki y cerrar la puerta del garaje, siguió a la polinesia hasta llegar a la segunda planta donde se encontraban sus demás compañeras. En aquella sala azul, cuando llegó Lauren con Dinah pudo ver que ya lo tenían todo preparado para empezar:

-¿No puede ser otra película?-escuchó que preguntaba Camila.

Al instante, Lauren la miró y no parecía bastante segura en medio del sofá, a su lado estaba Ally y el otro lado estaba vacío.