Un duro golpe

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Capítulo 11: Parte VI

Lauren, 10 de mayo; Los Ángeles

Golpe. Golpe. Golpe.

Uno tras otro; una combinación casi perfecta.

Casi...

-Camz tienes que cerrar más el puño-le indicó mientras negaba ligeramente con su cabeza-. No puedes golpear con la mano medio abierta, o te acabarás haciendo daño.

En esos momentos, la latina la miró, con la cara empañada en sudor, mientras respiraba entrecortadamente por la boca. Parecía que aquellos veinte minutos que llevaban practicando combinaciones hubiesen sido horas.

Cuando pareció asimilar aquellas palabras de Lauren, la castaña asintió con su cabeza sin decir nada.

Y entonces, una vez más, volvieron a empezar con aquel ejercicio:

Golpe. Golpe. Golpe.

Los puños, en esos momentos bien cerrados, de Camila iban directos a las manoplas de boxeo que llevaba puestas Lauren en sus manos; las mismas con las que a veces habían entrenado con Sean. La mujer de ojos verdes tan solo mantenía en alto sus dos manos para que su compañera golpeara con fuerza, sin embargo no le hacía daño.

Dos minutos más tarde, la cubana volvió a hablar parando con la combinación en seco:

-Lauren...-dijo respirando con dificultad-, estoy cansada.

Sus brazos cayeron con sorpresa nada más escuchar aquella frase:

-¡¿Ya?!-preguntó con una pequeña sonrisa en sus labios; sonrisa que no pudo evitar ocultar demasiado bien-. No hicimos ni 30 minutos, Camz.

La castaña rápidamente se acercó al sofá para sentarse en él y coger una de las botellas de agua que habían preparado para después. Al ser bastante tarde, ambas sabían que allí en el salón de la segunda planta no molestarían a nadie. Por eso habían escogido aquel lugar, ya que sus compañeras estaban ya en sus habitaciones.

-¿Solo?

Lauren al ver la gran iniciativa por seguir que tenía su compañera, hizo lo mismo y se sentó a su lado:

-Seguro que con las demás chicas no harás esto.

Ella había sido la primera voluntaria en darle clases para ayudarla con su coordinación, una parte de ella sabía que se había ofrecido voluntaria tras dejarla sola en el garaje. Pero no había tenido otra opción, había necesitado salir de la mansión rápidamente. Así que después de llegar con su Ninja, de vuelta a la mansión horas más tarde, ella junto con las otras tres chicas, menos Camila, habían planeado hacer cada día una hora con ella, individualmente.

La latina no dudó en aceptar aquel trato nada más oírlo.

Después de ver como Camila le sonreía de lado mientras que de vez en cuando le daba algún trago a su botella de agua, Lauren empezó a quitarse aquellos guantes protectores de boxeo. Primero se quitó el derecho con cuidado de no golpearse, o rozarse, en la herida del dorso, sin embargo antes de quitarse el otro le dijo a su compañera:

-No puedo ser tan floja contigo, Camz...-le reprochó mientras negaba ligeramente la cabeza y en esos momentos la volvió a mirar mientras se quitaba el otro guante-. Así no avanzarás en estas clas...

Y de repente se quedó callada.

Lauren se quedó en silencio cuando, al bajar la mirada a sus manos, se dio cuenta de que su mano izquierda se encontraba totalmente desnuda. Al instante no pudo comprender que había pasado para que en esos momentos no tuviera el guante en su mano. Ella simplemente no pudo moverse, tan solo se quedó mirándose la mano desnuda y la cicatriz que había en la palma. Tan dolorosa y culpable como siempre.

Unos segundos después unos pequeños rayos empezaron a entrelazarse por sus dedos y empezaron a bajar, cada vez parecían coger más fuerza entre ellos.

Joder...pensó reaccionando al fin.

Atropelladamente, la motorista rebuscó su guante entre las protecciones, que al parecer se había quedado atascado en ellas y se lo había quitado sin ser consciente. Sin embargo, rápidamente Lauren lo sacó se lo puso en su mano desnuda. Su respiración se había acelerado ligeramente por la situación, pero cuando se dio cuenta de que todo había vuelto a la normalidad y que nadie había sufrido daños, ella respiró tranquila.

Ya había tenido suficiente aquel día; había sido demasiado largo y complicado para su gusto.

Lauren, segundos después, alzó la vista para encontrarse con unos ojos marrones fijos en ella, concretamente, en sus manos:

-Lo sient...

-Quítatelos-le interrumpió sin apartar su mirada de las extremidades de la motorista.

Sin comprender muy bien, Lauren parpadeó confusa:

-¿Cómo?

-Quítatelos...-volvió a repetir Camila, para después añadir:-. Por favor.

-Camila, no voy a...

Pero otra vez le interrumpió a mitad de frase:

-Escúchame, Lauren...-volvió a decir acercándose un poco más a Lauren en aquel sofá-. Solo en el momento en el que te diste cuenta de que no tenías el guante fue cuando tus manos empezaron a reaccionar. Yo estuve pendiente todo el rato de ello. Vi cómo te quitabas el guante sin darte cuenta y como tu mano no parecía reaccionar, al menos hasta que no la miraste.

-Eso no...

-Es como si fuese tu consciencia...-siguió divagando en alto-. O mejor dicho, tu miedo el que hace que tus manos se llenen de energía y reaccionen. He leído algo sobre los miedos en los libros de Simon y creo que...

En esos momentos, nada más escuchar eso último, Lauren se levantó sin dudarlo interrumpiendo la verborrea de Camila. La motorista no quería escuchar nada más de todo aquello. Ya tenía suficiente con Demi y Chelsea:

-Si ya hemos acabado con tu entrenamiento...-murmuró sin mirar a su compañera-. Buenas noches.

La mujer de ojos verdes empezó a caminar decidida hacia la sala común del equipo H. Detrás de ella pudo escuchar como Camila se levantaba del sofá y la seguía en algunos pasos, pero ella no frenó, al menos no lo hizo hasta que escuchó su voz desesperada:

-¡Lauren, tú me estás ayudando...-exclamó haciendo que Lauren frenase cerca de la puerta- y yo creo que puedo ayudarte!

Durante unos segundos, parada allí, Lauren pensó en lo que acababa de oír. Ella intentó asimilar aquel duro golpe que acababa de recibir. Sin embargo, finalmente recorrió el trayecto que le quedaba e introdujo el código en el panel electrónico para ir directa hacia su habitación.

Feel Again I: X Factor (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora