Tiempo

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Capítulo 12: Parte I

Lauren, 11 de mayo; Los Ángeles

Aquel día por la mañana el equipo H no había tenido ninguna tutoría. 

Sorprendentemente, cerca de las ocho de la mañana, antes del desayuno, Lauren había recibido una llamada, al teléfono fijo, de Mario diciéndole que el entrenamiento con Sean se había aplazado hasta por la tarde.

Así que allí estaba Lauren, cerca de las diez de la mañana, con el portátil encendido sin saber muy bien que hacer por internet. Iba de una página web a otra sin que nada le entretuviese lo suficiente. En un momento dado, la motorista levantó su mirada de la pantalla y se concentró en la pared que tenía delante:

El color se había adherido perfectamente y hacía un par de noches, la noche de la tormenta, ella había empezado a dibujar a lápiz sobre la pared. Desde la distancia no podía ver muy bien el dibujo, ya que lo había hecho suave por si se equivocaba, pero en su mente lo podía visualizar perfectamente. El árbol, los pájaros y la libélula...

Con un simple gesto, Lauren cerró con una mano el portátil y se levantó para ir hacia aquella pared. Quizás pueda continuar con..., pensó mientras caminaba, pero un evidente ruido procedente de su estómago le hizo reaccionar. Le estaba rugiendo. Entonces, en esos momentos, recordó que no había bajado a desayunar y Lauren también recordó porque no lo había hecho.

Sabía pasado la mayor parte de la noche y de aquella mañana pensando en lo que le había dicho Camila.

Una parte de ella sabía que no había salido de la habitación para no encontrarse cara a cara con la cubana. Sabía perfectamente que si lo hacía se disculparía por su comportamiento del día anterior, y era cierto, quería disculparse por haberse ido así, como si nada de lo que le hubiese dicho le importase en absoluto. Pero, también quería pensar un poco más en ello. Ella le había ofrecido su ayuda sin dudar con respecto a los ejercicios de defensa y Camila en su caso había hecho lo mismo, la diferencia estaba en que la motorista no sabía cómo aceptar esa ayuda.

La cuestión estaba en que su parte racional quería decirle que sí y la parte que siempre quería huir, le quería decir que no.

Sin embargo, en esos momentos, de pie en su habitación decidió bajar a la cocina para prepararse algo de desayunar. Hasta en esos instantes no se había dado cuenta de lo hambrienta que estaba.

-Buenos días, Lauren-le saludó Khloé nada más verla bajar los dos escalones que había para llegar a la sala de estar principal.

La mujer de ojos claros se centró durante unos segundos en la asistente, que en esos momentos se encontraba sentada en el sofá con el portátil en sus piernas. Cuando se acercó un poco más a ella le hizo un gesto con la cabeza como forma de saludo, pero segundos más tarde entró en la cocina.

Ella no lo dudó; sacó la leche y una caja de cereales.

No había mejor desayuno que ese.

Y sentada en el taburete de la cocina, y con el bol en una mano y la cuchara en otro, se giró para volver a mirar a Khloé:

-¿Dónde está todo el mundo?

-¿Por todo el mundo te refieras a tus compañeras?-le respondió sin levantar la vista de su ordenador.

-Ajam-murmuró con la boca llena.

-Pues...-empezó a decir girándose en el sofá para mirarla- que yo sepa siguen todas en el jardín. O al menos estaban allí hasta hace un rato. Camila y Dinah creo que estaban practicando algunos ejercicios y Ally y Normani estaban cerca de la piscina tomando el sol.

Lauren al instante murmuró un ligero gracias y siguió con su desayuno.

Bueno, al menos ya sabía dónde se encontraba Camila. Ahora solo necesitas valor para ir hacia allí y hablar con ella..., pensó segundos después.

Cuando se hubo acabado los cereales se acercó al fregadero para limpiar todo lo que había utilizado. Ella sabía perfectamente que de eso se encargaría la mujer de la limpieza, pero no le importaba hacerlo. Además le daría tiempo para pensar en que le iba a decir a la cubana.

Nada más finalizar, a Lauren se le acabaron las excusas para crear tiempo:

Ella salió de la cocina directa a las puertas correderas que daban acceso al jardín, pasó por el lado de Khloé que seguía trabajando allí, pero no le dijo nada. Cuando el sol le golpeó en la cara, la motorista tuvo que cerrar los ojos durante unos segundos molesta por la sensación, pero segundos más tarde se acostumbró y empezó a recorrer el terreno con su mirada.

Rápidamente localizó a las cuatro chicas:

Normani y Ally estaban más alejadas, como le había dicho la asistente, tomando el sol en dos hamacas como si fuera pleno agosto, salvo que ninguna de las dos iba en bikini, solo con ropa corta y gafas de sol.

Por otro lado, Camila y Dinah estaban en el jardín practicando ejercicios. Sin embargo a pesar de la concentración que tenía la cubana haciendo las combinaciones de golpes y esquives, la polinesia se estaba riendo descontroladamente en esos momentos por algo que Lauren no sabía.

-¡Lauser!-exclamó la rubia nada más verla, pero sin dejar de reírse:-¡Ven!

La motorista dudó durante unos instantes, pero cuando los ojos marrones la miraron no pudo evitar ir hacia allí.

-¿Qué pasa?-preguntó cuándo llegó a su altura; Dinah aún seguía riéndose sin parar.

-¿Puedes...-soltó una carcajada- quedarte con Mila...-otra carcajada- hasta que vuelva?

La motorista, sin comprender nada, asintió con la cabeza y vio como la polinesia pocos segundos después se iba de allí hacia sus otras dos compañeras, que parecían en esos momentos muy atentas a la situación.

-¿Por qué se ríe tanto?

Y con aquella pregunta rompió el hielo.

-Un poco antes de que llegases, haciendo este ejercicio, me tropecé yo misma con mi pie... y bueno-bufó la latina resignada-. Ese fue el resultado-acabó señalando a Dinah quien aún seguía riéndose, pero en esos momentos al lado de Ally y Normani.

Al instante, Lauren asintió, pero no había ido hasta allí para hablar de Dinah, así que cuando se encontró una vez más con la mirada de Camila, dijo:

-Camila, yo...

-Ayer, Lauren...

Sin embargo, las dos hablaron a la vez haciendo que se sonrieran incomodas segundos después.

-Quería pedirte disculpas por lo de ayer. No debí irme así, tan de repente, como si nada me importase...

-No, no, no-la cortó rápidamente Camila-. Yo me quería disculpar. Me metí en un tema que no es de mi incumbencia.

La motorista la miró con cierta sorpresa, pero rápidamente se mordió el labio para no sonreír tímidamente:

-Yo agradezco que me ofrecieras ayuda-empezó a decir, de nuevo, recordando el discurso que había pensado mientras desayunaba-. Quiero aceptar tu ayuda. De verdad. Pero necesito un poco de tiempo antes. Necesito acostumbrarme a todo esto antes de que...

-Cuando tú quieras, Lern-la interrumpió sin dejar que dijese nada más.

Instintivamente Lauren ladeó su cabeza para centrarse en la mano de la cubana, que en esos momentos se había puesto sobre su hombro mientras le daba un ligero apretón. No podía negar que los contactos de Camila siempre le hacían sentir bien, siempre se sentían bien, daba igual el momento.

-¿Lern?-finalmente preguntó soltando una ligera carcajada-¿De dónde salió eso?

-De Lern Jergi.

Y eso le sacó otra carcajada haciendo que se olvidase de todo lo demás.

Feel Again I: X Factor (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora