Una ducha y un abogado

3.7K 288 9
                                    

Capítulo 3: Parte II

Lauren, 1 de mayo; Los Ángeles 

Todo aquello que se necesita, o se quiere con ansia, se siente mejor cuando se obtiene.

Y para Lauren había sido totalmente así.

Después de que Khloé Kardashian se fuera de su cuarto, porque aquella habitación ya era suya completamente, la motorista se fue directa a coger aquel neceser de baño que había encima de su cama. Aquello había sido como una bendición llegada del cielo. Lauren ni siquiera miró su interior para comprobar lo que había, ella simplemente salió a la sala gris con paso ligero para entrar directa al lavabo más cercano a su habitación.

Lauren estaba decidida a tomarse una muy merecida ducha.

Y así lo hizo.

En esos largos treinta minutos en los que estuvo en ese lavabo azulado, la morena pudo comprobar, y afirmar, que estaba muy poco acostumbrada a todo lo que le rodeaba en esos momentos. Era todo un lujo aquel lavabo. Concretamente por la ducha de hidromasaje que había empotrada en la esquina de la pared; era algo que Lauren no estaba acostumbrada a encontrarse en los moteles en los que se había hospedado. En absoluto.

Y por lo que pudo comprobar minutos más tarde en un arranque de curiosidad, el otro lavabo era completamente igual, con la única diferencia de que uno tenía los detalles en azul y el otro en verde.

Mientras se había estado quitando la ropa sucia, Lauren había estado cotilleando dentro de aquel neceser lila con topos blanco; saciando su curiosidad. En él había encontrado una gran variedad de botes pequeños de champús y de geles: cabello seco, cabello graso, anticaspa, cabello teñido, acondicionador, gel para pieles delicadas, con olor a coco... Y la lista seguía. En otras palabras, aquel neceser tenía en su interior todo lo necesario para que Lauren disfrutase de esa ducha, incluso había encontrado varias cuchillas y bandas de cera.

¿Cuánto tiempo hacia que no me depilaba?... Lauren, mentalmente, no quiso responderse a esa pregunta. Ella siempre debía agradecer la existencia de los pantalones largos porque con ellos se podía ocultar cualquier cosa.

Ya bien aseada, y después de comprobar cómo era el otro lavabo, la morena volvió a la habitación enroscada en una toalla azul y con la ropa sucia en sus manos enguantadas. Lauren no lo dudó ni un segundo y fue directa hacia el armario de dos puertas, su intención le decía que ahí había algo para ella también.

Y Lauren no se equivocó.

Todo bien doblado y colocado, en el armario de madera pintada había varios pares de pantalones de deporte, tanto largos como cortos, y camisetas básicas de diferentes colores. Incluso en uno de los cajones internos había ropa interior: nueva y limpia. Lauren, bajando la mirada, vio que en la base del suelo del armario había unas zapatillas negras de aquellas que la gente utilizaba para salir a correr.

Todas, y cada una de las prendas, tenían la misma marca: una X roja y negra.

Sin pensárselo dos veces, y también porque su propia ropa estaba demasiado sucia, Lauren cogió el primer pantalón y la primera camiseta que vio, más el conjunto de ropa interior, y se vistió rápidamente.

Tengo que preguntar dónde puedo hacer la colada.

Después de hacer lo más importante, ducharse y vestirse, Lauren fue hacia su mochila para revisar que estuviesen todas sus pertenencias allí dentro, tal y como las había dejado antes de salir del motel en Nueva York. No fue una sorpresa para la motorista ver que solo faltaban sus carnets falsos en su mochila, era obvio que se los iban a quitar, pero lo que sí que fue una sorpresa para ella fue comprobar que se los habían remplazado por unos verdaderos.

Feel Again I: X Factor (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora