Juego de la bandera

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Capítulo 13: Parte I


Lauren, 30 de mayo; Los Ángeles.


Aquel día no era un lunes cualquiera, ni siquiera un día cualquiera en la mansión de X Factor. Eso Lauren lo sabía perfectamente, y por las caras de sus compañeras, ellas también lo sabían muy bien.

Aquel día iba a ser la prueba final; aquel día recibirían un sí o un no como equipo.

La motorista miró una vez más a su alrededor, concretamente a todas las personas que estaban allí con ella en el recibidor. Sus compañeras, al igual que ella, llevaban un traje negro y ajustado a sus cuerpos. El día anterior se los habían entregado para que se los pusieran para aquella prueba, según Simon, era imprescindible para que la prueba se pudiese realizar.

-Estad tranquilas-les aconsejó Mario.

El equipo H llevaba allí de pie, cerca del ascensor que bajaba al sótano, más de cinco minutos.

Lauren no podía entender que les pidieran tranquilidad; ella estaba de los nervios.

-Eso, debéis estar tranquilas. Vais a hacer la prueba en el mismo lugar donde habéis estado entrenando durante semanas-habló Khloé aquella vez-. Esto nunca lo habían hecho así.

No sé si esa información me tranquiliza, pensó al instante la mujer de ojos verdes.

Fue en esos momentos en que la puerta del ascensor, el de la derecha, se abrió y Simon dando dos pasos hacia fuera, aunque sin salir del todo del montacargas, les comunicó:

-Es la hora, señoritas.

Nada más entrar la primera, Lauren soltó un suspiro largo y controlado para intentar calmar sus nervios, aunque fue en vano. Una vez más cerró sus manos con fuerza sobre sus guantes negros.

El viaje en ascensor no se hizo mucho más largo de lo normal, pero cuando llegaron a su destino se encontraron con la sorpresa de que todo el sótano se encontraba a oscuras. La única luz que tenían era la del ascensor, pero cuando la puerta se volvió a cerrar tras ellas poco pudieron ver. Sin embargo, al instante Simon encendió una pequeña linterna, que llevaba en sus manos, y todas se guiaron por aquella luz, todas menos una:

-Ayúdame o me caeré...-le susurró Camila detrás de ella.

Nada más escuchar eso, Lauren dio un paso atrás y dejó que la cubana se agarrase a su hombro suavemente. A decir verdad, ella no veía mucho más que las otras, pero si eso hacía sentir segura a la latina, no iba a dudar en hacerlo.

A pesar de que solo fueron unos cuantos metros, Simon les guio hasta el aula con la linterna y todas entraron aunque aún seguía todo a oscuras. En el mismo segundo en el que, ya todas dentro, la luz se encendió, la puerta de la sala se cerró. Después de unos segundos en los que se tuvo que acostumbrar a ese cambio brusco de luminosidad, Lauren se dio cuenta de que su alrededor se veía bastante diferente. No había sillas por ningún lado, pero si había dos mesas grandes y colocadas en el medio de la sala.

Segundos después, el británico les indicó que se acercaran a una de ellas:

La motorista observó que en aquella mesa, concretamente, había cinco pistolas y sus guantes de prácticas. Solo faltaban los chalecos y sería todo lo que habían utilizado en los últimos simulacros...

-¿Ustedes han jugado alguna vez a cazar la bandera enemiga?- empezó a decir llamando la atención de todo el equipo. Lauren asintió como todas las demás-. Perfecto. Más fácil para ustedes señoritas, porque esa va a ser su prueba final. Deberán atrapar la bandera que hay allí fuera. Pero, estén tranquilas, solo consistirá en eso, no deberán defender ninguna base u otra bandera-su jefe hablaba con calma mirando a todas y cada una de ellas-. ¿Lo han entendido, señoritas? Solo se trata de que atrapen la bandera.

Y Lauren volvió asentir.

-¿Dónde está la trampa?-preguntó Dinah con algo de miedo en su voz.

En esos momentos pudo ver como Simon suspiraba antes de contestar:

-Tendrán diez minutos para conseguirlo...-de repente hizo una pausa que a la motorista no le gustó:-. También tendrán algunos obstáculos que les impedirán continuar, ustedes deberán superarlos con la máxima rapidez y efectividad-y en esos momentos entendió porque no le había gustado-. Aquí tienen todo lo necesario para la prueba.

-¿Son pistolas laser, no?

-Sí, ninguna es real-les confirmó y aquello relajó notablemente a Lauren-. Si ustedes le dan a un objetivo lo dejaran totalmente inmóvil, como si fuera un disparo de verdad, aunque tan solo durante algunos minutos-en esos momentos Simon se giró hacia ella y le dijo:-. Estos serán sus guantes, Jauregui. Son los mismos que ha estado utilizando en las practicas; le harán la misma función que una de estas pistolas.

Lauren ya había cogido bastante confianza con aquellos guantes, así que sin dudarlo se acercó a ellos y los cogió. En un segundo, se quitó los suyos y se puso los guantes semitransparentes. Con las tutorías de Chelsea se había familiarizado incluso a disparar rayos, sin embargo su puntería no había mejorado mucho.

-Por cierto-volvió a hablar haciendo que la motorista levantase la vista de sus manos enguantadas-, también les pueden dar a ustedes. Les pueden disparar y, aunque no lleven los chalecos, esos trajes harán la misma función y les podrían dejar inmóviles.

Eso las alarmó a todas; la motorista abrió los ojos mientras pensaba:

¿Jugamos contra un enemigo de verdad?

En los simulacros lo máximo a lo que se habían enfrentado era a ellas mismas, solo había habido una vez en que habían sido ellas cinco contra Sean, pero aquella vez tan solo habían podido utilizar el cuerpo a cuerpo. Había sido una lucha sin armas y sin dones. Y Lauren debía admitir que aquella vez habían ganado solo por Normani, ella había sido la única en poder plantar cara al entrenador.

-En el momento en el que salgan por la puerta, empezará a correr el tiempo-añadió una vez más-. El jurado y yo las veremos por las cámaras y serán juzgadas después. Solo me queda decirles una cosa: buena suerte, señoritas. Sé que pueden hacerlo.

Y sin esperar ninguna respuesta, Simon se fue por donde había venido.

En el aula se quedaron las cinco chicas mirándose una a la otra, esperando que alguna rompiese el silencio que se había creado en el ambiente tras la marcha de su jefe:

-Me da a mí que algo nos está ocultando-soltó de repente Ally.

-Si lo dice la vidente...

Y ante aquella broma de Dinah todas se relajaron soltando algunas carcajadas. Durante unos segundos dejaron de pensar en lo que les esperaba allí fuera.

Feel Again I: X Factor (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora