Ahora no

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Capítulo 11: Parte IV

Lauren, 10 de mayo; Los Ángeles

Lauren se dejó llevar hacia fuera de la sala de forma casi inconsciente; la tutora le tiraba de su brazo izquierdo y ella no opuso resistencia. La motorista estaba más concentrada en no volver a bajar la cabeza, ya que no quería volverse a mirar aquella herida llena de sangre, ni tampoco las corrientes eléctricas.

-¡Chelsea!-gritó Demi nada más salir de la sala y caminar, aun arrastrando a Lauren, hacia la zona de entrenamiento- ¡Chelsea!

-¿Qué pasa?-contestó saliendo de la zona de tiro-¿Habéis sido vosotras las del apagón?

-Necesita asistencia médica.

Eso fue lo único que dijo la tutora.

Fue entonces, cuando la mujer de ojos claros vio como Chelsea clavaba su mirada en ella rápidamente y después se encaminó, sin decir nada, hacia el ascensor. Demi, una vez más, volvió a tirar de su brazo para llevarla consigo. Sin embargo, en esos momentos, Lauren se dio cuenta de que sus cuatro compañeras estaban observándola con rostros preocupados, cada una desde una posición diferente del sótano.

Ella tan solo les mantuvo la mirada durante unos segundos y después se centró en seguir el ritmo que marcaba su tutora.

-¿Dónde estás herida, Lauren?-le preguntó la agente saliendo del ascensor.

Sin embargo, ella no habló.

Solo cuando llegaron a la cocina y la rubia le indicó que se sentara en uno de los taburetes, le enseñó la mano con recelo encima de la encimera, no quería que nadie le tocase la mano. Nadie debía tocarle la mano cuando aún no paraban de recórrele corrientes por la piel. Fue entonces cuando Chelsea pareció entenderla:

-Lauren, ¿recuerdas los guantes de prácticas?-le cuestionó sin dejar de mirar la herida de su mano-¿Los de esta mañana?-la motorista, después de unos segundos, asintió con la cabeza- Yo tengo unos parecidos, aunque con el sistema invertido. Podré tocarte sin que me hagas daño. Simon los hizo a la par del tuyo para casos como estos.

-¿De verdad?-murmuró algo más aliviada.

-Claro. No te preocupes-le contestó Chelsea mientras recibía el botiquín que le ofrecía Demi en esos momentos-. Deben estar por aquí metidos.

Nada más decir aquella frase, un segundo después, la mujer de ojos verdes vio como la agente sacaba esos guantes de aquel botiquín en forma de maleta. Eran tal y como los que había utilizado aquella mañana, pero la única diferencia era que estos tenían un ligero tono blanco. Chelsea rápidamente se los puso e intentó coger la mano de Lauren, pero esta la apartó inmediatamente.

-No me harás daño-le volvió asegurar en un susurro.

Sin embargo aquella vez, a la motorista no le dio tiempo a apartar la mano porque Chelsea fue mucho más rápida que ella. En menos de un segundo le había cogido la mano derecha y ya la estaba examinando.

Lauren rápidamente abrió los ojos sorprendida por lo que acababa de suceder, su mente no le dio tiempo a pensar en nada ni tampoco a reaccionar. Por el contrario, la agente ya tenía una gasa en sus manos para empezar a limpiarle el corte de la mano.

En el mismo momento en el que la gasa le rozó la herida, ella siseó de dolor.

Sin embargo, no pudo evitar fijarse ella misma en su herida. Iba desde la base del pulgar hacia el dorso con un corte limpio; no serían más de cinco centímetros de herida. Lauren apartó la vista cuando vio como otro pequeño rayo nacía desde su palma y golpeaba en una de las manos de Chelsea, concretamente, lo hizo en los guantes.

-Es solo superficial-dijo en voz alta la agente. Y Lauren comprendió en ese mismo momento que los guantes funcionaban muy bien, ya que no le había hecho daño aun-. No es nada, tranquila. Es una herida grande, pero no profunda.

En un primer momento, Lauren pensó que aquello se lo estaba diciendo a ella. Pero cuando escuchó suspirar con tranquilidad detrás de ella a Demi, supo que no era así. Chelsea estaba hablando con la tutora, y no con ella:

-¿Necesitará puntos?

-No-contestó vagamente aun concentrada en limpiar, o en hacer sisear de dolor a Lauren-. Con una venda y limpiarlo un par de veces bastará.

-Mira bien por si hay algún pequeño cristal-en esos momentos Lauren vio como Chelsea levantaba la cabeza con el ceño fruncido-. Fue con una bombilla.

Una bombilla que hice estallar...

Minutos más tarde, la agente acabó de vendarle la mano y fue cuando se quitó los guantes mientras le regalaba una sonrisa de confianza. Era una sonrisa que Lauren supo entender como un "¿ves como no me has hecho daño?", pero ella no quiso decirle nada.

Realmente no tenía ganas de hablar con nadie en esos momentos.

Sin más miramiento cogió su guante del bolsillo del pantalón y se lo puso, mirando de no hacerse daño o de estropear la venda que le había puesto Chelsea. Segundos más tarde, ella se giró hacia Demi, parecía igual de preocupada y seria que antes:

-Sí-le contestó antes de que la motorista le dijera nada-, por hoy ya hemos acabado, Lauren.

Y esa era la respuesta que buscaba; esa era la respuesta que había querido escuchar a pesar de que no había hablado. No lo dudó y se fue directa hacia el garaje. Sin embargo, cuando llegó al recibidor, escuchó como la puerta de un ascensor se abría, o quizás habían sido los dos a la vez, Lauren no estaba segura de ello.

Aunque tampoco se paró a mirar.

Ella seguía sin querer hablar con nadie.

La motorista rápidamente llegó al garaje, se puso el casco negro y se subió a la moto sin pararse a pensar en nada más. Ella tan solo tenía que poner la llave en el contacto y abrir la puerta metálica que tenía enfrente para poder salir de la mansión.

La mujer de ojos claros lo hizo segundos después, solo le quedaba dar gas, pero entonces:

-¡Lauren!

Rápidamente giró su rostro sin alzarse la visera del casco, ya sabía quién era antes de hacer ese movimiento. Nada más ver a Camila en la puerta del garaje, negó con la cabeza en su dirección:

Ahora no, Camila... No es un buen momento.

Y entonces aceleró y salió lo más rápido posible de allí.

Feel Again I: X Factor (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora