Sin cocinero

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Capítulo 4: Parte I

Lauren, 1 de mayo; Los Ángeles

Hacía más de una hora que Khloé había llegado a la planta inferior para prepararles el almuerzo. Sin embargo, las caras de sus cuatro compañeras se contrajeron nada más ver que era la asistente Kardashian quien les iba a cocinar. Lauren no había tenido ni la más remota idea de porque habían reaccionado de aquella manera, o por lo menos, no lo había entendido hasta que no tuvo el plato delante:

¿Desde cuándo la comida puede llegar a tener este color?... pensó Lauren nada más ver aquella sustancia en la vajilla. Ni siquiera tuvo valor de preguntar que era, ella simplemente cogió la cuchara y empezó a tragar, y no a saborear, aquella especie de papilla.

Por el contrario a la comida, la conversación iba siendo buena y fluida entre ellas, o al menos entre casi todas las presentes en aquella mesa; estuvieron alrededor de quince minutos hablando apasionadamente sobre la música. Lauren, internamente, agradeció que no hubieran sacado ningún tema personal o que la hubiesen acribillado a preguntas. A decir verdad, la motorista solo había intervenido en la conversación cuando alguna de las chicas se le había dirigido directamente, pero nada más lejos de: "¿cuál es tu artista favorito?" o "¿qué te parece esta canción?".

-Esto es incomible-dijo Camila apartando el plato hacia el centro de la mesa con leve movimiento de la mano.

Con la mirada levantada, Lauren pudo ver como las demás la imitaron al instante; los cuatro platos tenían la comida intacta.

La motorista aún con algo de apetito siguió metiéndose cucharadas en la boca sin pensar en ese sabor tan extraño. Khloé quizás fuese muy buena asistenta de X Factor, pero en absoluto era una buena cocinera. Y en esos momentos la chica con guantes entendió porque antes Mario había estado tan temeroso y nervioso con ese tema.

-¿Cómo puedes comerte esa bazofia?

Lauren volvió a levantar los ojos de su plato para encontrarse con la mirada de Normani, quien le había preguntado, y con la de las otras tres chicas, quienes esperaban una respuesta. Ella simplemente se encogió de hombros; no era lo peor que había comido en esos últimos dos años.

Al instante, un silencio incomodo se creó en el comedor, Lauren podía sentir la tensión que había creado al tan solo encogerse de hombros:

-Pues yo prefiero las bananas-comentó Camila mientras cogía esa fruta del cesto que había en el centro de la mesa.

-¡LO SABEMOS!-exclamaron las otras tres chicas.

Lauren, un minuto después, acabó de comer aquel extraño puré dejando el plato completamente vacío. Mentalmente pensó en las horas que había estado sin comer hasta ese momento... No dentro de mi record, aseguró una voz en su mente. Imitando el gesto de Camila antes, la chica con guantes empujó el plato hacia delante para así dar por finalizado su primer almuerzo en la mansión.

Poco después, la motorista empezó a palparse uno de los bolsillo de aquel nuevo pantalón, y luego el otro... Mierda, otra vez no... Estaba buscando su teléfono móvil y allí, en sus bolsillos, no estaba. La chica con guantes dispuesta a averiguar dónde se lo había dejado, porque no conseguía recordarlo, se reincorporó para salir del comedor, pero una voz la frenó de golpe:

-Lo has dejado en tu habitación, Lauren.

La motorista giró su rostro hacia la izquierda, de donde procedía la voz, y miró a Ally de forma interrogante y confusa:

-¿Cómo?

-Tu móvil-le dijo la vidente con una pequeña sonrisa en sus labios-. Lo dejaste en tu habitación; no te alarmes.

En ese instante, Lauren recordó que antes de salir de su habitación, cuando había estado hablando con Keana, lo había dejado encima de la cama. Una sensación de alivio le recorrió por todo el cuerpo haciendo que se relajara al instante:

-Gracias-contestó asintiendo con la cabeza mientras se volvía a sentar en la silla ante la mirada de todas sus compañeras de equipo, pero después, sin saber porque, añadió:-, no sería la primera vez que lo pierdo.

Era la segunda vez que Ally hacía eso y solo se habían conocido hacía más de una hora, pero había algo extraño en aquella nueva situación, algo que Lauren no acababa de entender. ¿Siempre tiene visiones? Se preguntó mentalmente, pero no se atrevió a decirlo en voz alta, si ellas no le habían hecho preguntas personales, no quería ser la primera en abrir aquella caja de pandora.

-No siempre tengo visiones-comentó de la nada y en voz alta Ally-. A veces, como ahora, simplemente sé cosas. Como sabía que tenías esa duda en tu cabeza o que te habías dejado el teléfono en tu habitación..., pero como puedes ver, no suelen ser grandes predicciones de futuro-al decir esa última frase Ally se sonrojó ligeramente y Lauren lo notó al instante, pero rápidamente la chica desvió su mirada.

-Sí, no vale la pena que le preguntes los números de la lotería...-añadió Dinah disgustada haciendo que la chica con guantes se centrara en ella-. Nunca dice los correctos.

Aquel comentario hizo que las demás soltaran una carcajada.

Lauren resopló de forma divertida mientras que sus labios se tensaban ligeramente por causa de una sonrisa. Aunque ella no se había reído en voz alta, ni de forma escandalosa, como las demás aquello le fue suficiente para sentirse un poco mejor. Aunque tan solo fuera por un minuto.

Las risas de las chicas cesaron al completo cuando Mario entró en el comedor y se acercó a ellas, estas permanecieron en silencio y atentas al recién llegado:

-Chicas, como ya estáis todas en la mansión, hoy empezareis con vuestros entrenamientos-avisó nada más detenerse delante de ellas-. A las tres de la tarde tendréis que estar en la zona de los ascensores. Simon os enseñará como bajar a la zona del sótano y él mismo os dará vuestra primera charla como equipo H. ¿Tenéis alguna duda?-todas negaron con sus cabezas-. Bien. Por favor, no lleguéis tarde.

-No lo haremos-le aseguró Ally.

Y todas las demás asintieron de acuerdo con ella.

-Recordad, a las tres en la zona de ascensores.

Dicho eso, el asistente se dio media vuelta para salir por donde había venido. Cuando Mario despareció por la cocina, Normani exclamó entusiasmada:

-¡Por fin! Me muero de ganas de saber lo que hay en el sótano.



Feel Again I: X Factor (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora