Nombre y apellido

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Cuando Lauren lo vio entrar al interior de la barra se giró para seguir colocando el resto de las cervezas dentro de las neveras queriendo evitar cualquier contacto innecesario con él. Durante un minuto entero la motorista, muy concentrada en su trabajo, estuvo dándole la espalda a este hasta que algo ocurrió:

-Guantes, te veo muy seria y muy tensa...-empezó a decir a su espalda con tono seductor cada vez más cerca del cuerpo de Lauren; ella podía sentirlo-, ¿porque no nos vamos tú y yo al callejón de atrás?- Issartel hacía referencia a la puerta que había justo al lado de los sanitarios que daba a un callejón bastante intransitado-. Ya sabes, para ayudar a quitarte toda esa tensión acumulada. Conozco varias técnicas que te dejaran como nueva... Tengo algo que te podría ayudar.

Rápidamente, Lauren se giró topándose de frente, y bastante cerca, con aquellos ojos color miel. El aire dejó de circularle por los pulmones a la morena, pero no por buenos motivos, sentir a alguien tan cerca le hacía sentir nerviosa e insegura.

Noel se relamía los labios como si se estuviese a punto de comer el último trozo de pastel que había en la faz de la tierra.

Pero, todo empeoró para la chica de ojos verdes cuando sintió como el brazo del mellizo le rodeaba por la cintura, con cierta posesión, para evitar que se escapase de aquella encerrona:

-Noel, suéltala; ¡deja a Lauren en paz!- la voz de Keana tronó por todo el local con autoridad, solo por el tono utilizado ya se podía asegurar que estaba muy enfadada con él. El castaño giró la cara hacia ella con las cejas fruncidas, y justo en ese despiste de Noel, Lauren se pudo escapar de su agarre para poder respirar oxigeno de nuevo-. No le interesas, ¡supéralo de una puñetera vez!

El mellizo al ver que no había conseguido lo que quería, salió de la barra pisando fuerte, ignorando los reproches de su hermana, y yéndose hacia una de las mesas bar donde, precisamente, se encontraban sus colegas.

-¿Estás bien, cariño?-volvió a hablar la dueña del bar, pero esta vez dirigiéndose hacia Lauren-. Lo siento, mi hermano es imbécil... lo es desde que nació.

Lauren no contestó a la pregunta de Keana, simplemente se quedó con la cabeza agachada mientras cerraba con mucha fuerza sus manos.

Era impotencia lo que sentía en esos momentos. 

Un minuto más tarde, la motorista pudo sentir una presencia cerca de ella aunque manteniendo las distancias. Sin levantar la vista, Lauren pudo asegurar que era la dueña del local quien se había acercado para darle apoyo en aquel silencio.

No era la primera vez que el mellizo había intentado "forzar" la situación con ella, pero si había sido la primera que no se había podido escapar de él. Siempre había sido lo suficientemente rápida para huir de sus agarres o contactos, pero esa vez no lo había conseguido y, en esos momentos, no podía evitar sentirse frustrada consigo misma y enfadada con Noel.

Durante unos minutos se quedaron así, Keana a su lado prácticamente sin moverse y Lauren con la cabeza agachada ordenando sus pensamientos y emociones.

-Necesito un favor-habló la motorista de la nada cuando estuvo segura de que su voz no iba a sonar débil ni quebrada.

Keana, lentamente se giró para encararla mientras se cruzaba de brazos:

-¿Necesitas un sitio para dormir está noche?-adivinó al instante; no era la primera vez que se lo pedía. Lauren asintió lentamente, quizás incluso con algo de vergüenza, pero no tenía otro sitio donde quedarse aquella noche y, definitivamente, no iba a conducir después de trabajar tantas horas seguidas de pie:-Puedes quedarte en nuestro piso, cariño. Y tranquila, Noel no vendrá a dormir esta noche a casa, así que podrás utilizar su cama.

Eso también era otra forma de decir que Noel no iba a estar acosándola por cada rincón de la casa para tener sexo. Keana le estaba insinuando, muy evidentemente, que ninguna de las dos tendría que soportarlo aquella noche:

-Gracias, Keana-le agradeció la morena con sinceridad-. Prometo no molestar mucho. Mañana a primera hora salgo hacia New Heaven.

-Tú no molestas nunca, cariño.

Aquellas palabras sorprendieron muy gratamente a Lauren. Una parte de ella sabía lo mucho que la quería Keana, a pesar de todo el tiempo que pasaban separadas, pero era muy diferente escucharlo de su boca.

-¿Qué hace esa Barbie de oficina aquí?

La morena había estado tan sorprendida, y metida en sus pensamientos, que ni siquiera se había dado cuenta del silencio que había inundado el local hacía unos segundos:

-¿Cómo?-susurró perdida y confusa.

Keana tenía la vista puesta en la segunda puerta del local, por eso Lauren buscó rápidamente entre la gente para saber a qué se refería su amiga. No le fue muy difícil encontrarla; todo el mundo estaba mirando en silencio a aquella rubia.

La mujer que estaba en la puerta llevaba un traje pantalón de color negro con una camisa blanca. Sus tacones resonaron por el suelo cuando se movió varios pasos hacia el interior, en ese momento, la luz de una bombilla le iluminó el rostro y todos pudieron ver su cabello perfectamente peinado hacia un lado y su inmensa sonrisa. La rubia no parecía, en absoluto, nerviosa en aquel bar:

-Me encargaré de ella...

Keana no se lo pensó dos veces y salió de la barra en dirección a hacia aquella mujer, quien estaba mirando a los clientes como si estuviese buscando a alguien en concreto. Lauren lo vio todo en silencio, como todos los demás presentes en aquel local. No pintas nada en este bar, rubia... pensó Lauren justo en el momento en el que su amiga encaraba a la Barbie de Gossip Girl.

Aquel parecía que iba a ser el entretenimiento del día, ver como la melliza Issartel echaba a la rubia de su bar:

-¿Quieres algo?-le soltó de forma brusca Keana mientras le impedía el paso con su cuerpo para que no se adentrase más en su local.

La mujer no pareció sorprendida porque alguien se interpusiera en su camino, ni siquiera parecía molesta por el tono que había utilizado Keana con ella. Simplemente ella amplió más su sonrisa. 

Al parecer le es posible sonreír más, pensó la chica de ojos verdes. 

Un segundo más tarde la Barbie volvió a hablar:

-Busco a Lauren Jauregui.

La nombrada se paralizó al instante.

La rubia había dicho tan alto, con tanta claridad y seguridad, su nombre que todos los presentes, que ya estaban atentos a la situación, seguro que  pudieron escucharlo perfectamente. 

El corazón de Lauren se paró durante unos segundos, o esa fue la sensación que tuvo. Sabía que si aquella mujer la estaba buscando, no era bueno, pero era mucho peor que supiera su verdadero apellido. Nadie debía saber dónde estaba...

Tengo que irme de aquí... ¡YA!



Feel Again I: X Factor (CAMREN)Where stories live. Discover now