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Llevar a Byeol con la madre de TaeHyun era sencillo, ambos habían ido en el auto con la pañalera del bebé y todo lo necesario para dejarlo.

TaeHyun había insistido que podía ir solo, pero BeomGyu era un omega terco y muy apegado a su bebé.

—Hola, mi amorcito bonito —saludó en un tono agudo la madre de Kang estirando sus manos al bebé que rió dejándose cargar por la mujer, Byeol la conocía y la había visto varias veces como para reconocerla.

BeomGyu suspiró mirando a su bebé en los brazos ajenos.

—Aquí están sus juguetes, pañales, toallas, todo lo necesario está aquí, mamá —habló Kang dejando la pañalera en el sillón— Los biberones también están listos y llenos, y algo de leche extra, y ropa de nosotros —señaló mientras la mujer asentía, dándole miradas a BeomGyu que parecía sentirse aún peor— Si necesitas algo, llámame y vendré.

—Bien, entendí todo, hijo —asintió volteando a dónde BeomGyu que estaba sudando— ¿Estás bien, BeomGyu? —le preguntó recibiendo un asentimiento del omega.

Lo complicado en ese momento no era llevar a Byeol, era irse sin él, más que todo para BeomGyu.

El bebé había encontrado comodidad con su abuela rápidamente, siempre lo hacía con cualquiera de las dos mujeres después de todo.

BeomGyu se acercó a su bebé, besando su mejilla con amor, se estaba sintiendo peor y quería ir a casa.

Byeol ya no lloraba si no los veía, había superado esa crisis con éxito así que cuando cerraron la puerta a sus espaldas no escucharon llanto, nada.

Aunque bueno, la madre de TaeHyun se encargó de distraerlo lo suficiente.

—¿Qué te pasa? ¿Uhm? —preguntó el alfa cuando estuvieron en el auto, tomando la mejilla del omega sintiendo sudor pero a la vez estaba fría.

—Me duele la cabeza... —murmuró cerrando los ojos, sintiendo el auto avanzar de vuelta a casa.

TaeHyun le dió un par de miradas, pendiente de su estado.

—Tengo frío —murmuró el omega cerrando los ojos, TaeHyun se detuvo en el primer semáforo, aprovechando que estaba en rojo para estirarse a los asientos traseros y tomar un chaqueta que llevaba ahí semanas abandonada, se le había olvidado llevarla a casa y ahí se había quedado.

Cubrió al omega cómo pudo sabiendo que el frío era producto de la fiebre, notó que el semáforo aún estaba en rojo, frunció el ceño cuando escuchó una insistente bocina tras él.

El semáforo estaba en rojo, no se podía mover hasta que no cambiara y pasaran los peatones.

Pero eso era algo que al parecer el auto de atrás no entendía.

BeomGyu frunció el ceño, mirando la situación, presionó su índice contra el botón que bajaba la ventana del auto y muy tranquilamente sacó su mano, haciendo una puñeta en dirección al auto trasero que dejó de tocar la bocina.

TaeHyun le jaló la mano mientras lo regañaba.

—No hagas eso.

—¿Por qué? ¿Acaso no ve el semáforo? Que se calle y espere —preguntó cruzando los brazos, TaeHyun volvió a subir la ventana avanzando apenas el semáforo cambió a verde.

BeomGyu cerró los ojos, sintiendo pesadez en el cuerpo.

Por cada minuto que pasaba se sentía peor, el malestar que tenía lo hacía querer llorar pero sabía que eso le haría doler aún más la cabeza.

Apenas llegaron a casa, el omega se dirigió a la habitación, arrojándose a la cama y haciéndose bolita. TaeHyun cambió de dirección, caminando a la cocina para hacer por lo menos sopa instantánea o algo que comer para ambos antes de que iniciara el celo.

Another Soft Story || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora