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Kang Byeol 5 meses y medio.




















Kang TaeHyun había trabajado toda su vida, sea sólo o a la par de su esposo, había tenido éxito en todos los trabajos y en los proyectos y a pesar de que no eran millonarios, tenían dinero para darse gustos, viajar cada cierto tiempo, obviamente más allá de los gastos comunes.

Entonces, nadie pudo detener a TaeHyun de comprar una silla de comer para su hijo.

—Te voy a quitar la tarjeta —sentenció el omega mirando a su esposo armar la silla especial, Byeol estaba en sus brazos, con su chupete haciendo uno que otro ruido, recostado del hombro del omega.

—¿Por qué? —preguntó ofendido armando todo sumamente concentrado. BeomGyu tomó asiento en el sillón, dejando a Byeol en su regazo.

—Bueno, hace dos días llegaste con más chupetes, tres conjuntos y un peluche, ¡Un peluche, Kang! —alzó su mano libre para señalarlo. El alfa soltó una risa.

TaeHyun había sido el primero en negar más peluches para Byeol, el bebé antes de nacer ya tenía muchísimos, y ahora, con cinco meses tenía el doble, BeomGyu se atrevía a decir que eran unos veinticinco peluches en total.

Y si su esposo seguía comprando, hasta el doble podrían llegar a ser.

—Bueno, es que es un peluche único, y mi hijo debe tenerlo —se excusó terminando de instalar la silla, BeomGyu negó con la cabeza.

Byeol pronto podría empezar a comer ciertas cosas poco a poco, y tener una silla para empezar era ideal, la compra era algo productiva, claro, era algo que su bebé necesitaba.

Pero, Byeol ya tenía una silla para comer.

Por eso le quitaría la tarjeta a Kang.

—Mis papás le regalaron una, Kang, ¿Para qué quieres otra? —preguntó levantándose con su bebé en brazos, Byeol mirando con curiosidad la silla.

—Si, pero la de tus papás es azul, aburrida y sin ánimos... ¡Pero ésta! Ésta tiene ositos en la silla, tiene un sistema de succión en las patas así que no se tambalea, y mira, tiene esto para que juegue —explicó señalando que en uno de los lados de la estructura que hacía de mesa, había unos aros de colores con el que el bebé podía jugar— Además, tiene cinturón la silla, ¿No eres mamá gallina? Imagina a tu cachorrito en una silla sin cinturón, que horror —dramatizó haciendo al omega rodar los ojos.

—Bien, está muy linda tu compra. Pero igual me darás la tarjeta —avisó antes de acercar a su bebé a la silla, lo dejó ahí sentado, le colocó el cinturón y se alejó unos pasos.

Byeol llevó su vista de inmediato a los aros, jugó con ellos distraído antes de golpear un par de veces la mesa, haciendo ruidos con la garganta, pero sin soltar el chupete.

—Tan bonito, mi niño —halagó el alfa usando su teléfono para tomarle fotos al bebé que solo se movió más en la silla, mirando al omega que le sonrió, acercándose a él para tomar el chupete, el bebé tomó el objeto con su mano, lo sacó de su boca mirando al omega.

—¿Qué pasa, Byeol? —preguntó el omega con un tono cariñoso tomando el chupete de su hijo, sin importar lo húmedo de la saliva.

El bebé solo lo observó antes de soltar una risita, llevando sus manos a su boca.

La puerta fue tocada casi de inmediato, seguido del timbre.

Ambos se extrañaron, no esperaban a nadie y no les habían avisado, aunque no les sorprendía si era SooBin con su familia.

Another Soft Story || TaeGyuWhere stories live. Discover now