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1 mes después.






Ya había pasado un mes desde que BeomGyu olvidó tomarse la pastilla y había enfermado, seguían con su rutina de todos los días, viviendo como siempre habían vivido.

Felices, cómodos.

—Hoy irán a casa SooBin, YeonJun y su cachorro —informó TaeHyun apenas cerró la puerta de su auto, doce del mediodía, saliendo del trabajo, rumbo a almorzar en algún local de por allí.

—¡El pequeño JingSun! —se emocionó el omega recordando las mejillas regordetas del bebé junto al ceño fruncido y las cejas fruncidas cuando algo no iba bien, igual a su padre— Es demasiado lindo ese bebé, tienes que conocerlo.

—Tu aprovechaste mi ausencia y los conociste primero —reclamó conduciendo con calma, mirando los locales de comida cercanos, pasó por uno de carnes, su favorito, pero estaba lleno y algo que odiaba era los locales llenos, aún más cuando tenía hambre.

—Pues... No tengo nada con qué defenderme —alzó los hombros el omega revisando su teléfono distraídamente.

Ya se había recuperado de su resfriado, duró una semana entera en cama, tomando medicamentos, siendo cuidado por su predestinado.

Ambos habían llegado a la conclusión que el celo de BeomGyu no había llegado por su resfriado, solía pasar, así que no se preocuparon más; eso sí, cuando se recuperó Kang estuvo dos horas enteras hablándole a BeomGyu sobre la importancia de la pastilla del día siguiente, insistiendo que no podía dejarla de tomar en ese momento, tal vez más adelante, pero justo ahora no, sin recibir respuesta de la razón de ello.

—¿Para cuándo tengamos cuarenta y disfunción erectil? —preguntó a modo de broma el omega sacándole una negación al alfa.

—Tal vez en dos años —contestó.

Ahí, acabó la conversación, ninguno de los dos molesto y nadie amenazado con dormir en el sillón, ni incómodo, habían quedado satisfechos con la conversación.

Ahora, estaban felices comiendo en un puesto de comida rápida.

—También... Aros de cebolla, y unas papas medianas... ¡Oh, y unas galletas de naranja! Creo que es todo... ¡No! También una gaseosa de uva grande y un helado de vainilla —le sonrió a la mesera y esta se fue, dejando a la pareja sola.

—Comimos bien esta mañana, ¿por qué tanta hambre? —preguntó el alfa por el gran pedido del omega que alzó los hombros, el aroma a miel denotando felicidad.

—Solo tengo hambre —contestó mirando aún la carta en sus manos, TaeHyun se la quitó antes de que pidiera algo más— Luego de aquí vamos al supermercado, voy a comprar una papilla.

—¿Para qué? Eso es de bebés —frunció el ceño el alfa mirando como dos meseras traían su pedido en bandejas.

—¡Exacto! Hoy tenemos un mini invitado, y en casa no hay que ofrecerle, ¿O le vas a ofrecer cerveza? —preguntó, Kang rió agradeciendo a las mujeres por llevar su pedido.

Ambos empezaron a comer, compartiendo una que otra palabra, todo fue bien, TaeHyun esperó pacientemente a que BeomGyu terminara de comer y fueron directo al supermercado.

Una cosa que muchos admiraban e incluso envidiaban de su relación era el hecho de que nunca se aburrían el uno con el otro, la mayoría de veces estaban juntos, comían juntos y a pesar de que uno de ellos saliera a otro lado solo, volvía a la hora para comer con su pareja, eso y muchas cosas más los volvía una pareja envidiable.

Cosas de predestinados. Decían algunos.

Pero otros, por ejemplo SooBin, sabía que siendo o no siendo predestinarlos, había una conexión en ellos que era irrompible.

Another Soft Story || TaeGyuWhere stories live. Discover now