Ochenta y tres.

3.2K 264 16
                                    

-Esto es tan hermoso, definitivamente estoy enamorada de LA, baby.-Dijo Ally abriendo los brazo al aire, reí.

-Es una ciudad grandiosa, es muy bella y es grandiosa...-Le dije mientras pasábamos cerca del lago del parque.

-¿Ayer viste la película con Sam?.-Me preguntó, negué.-¿Por qué?.

-Cuando fui a su habitación estaba dormido y no quise molestarlo, ésta mañana le dije y él lo pospuso para hoy en la noche.-Me encogí de hombros, ella me dio un leve codazo haciéndome burla.

-¿Habrá otra fiesta? Oh, bueno, puedo pedirles a los chicos salir a algún lugar.-Me dijo de lo más normal, reí.

-Pueden estar ustedes, no es necesario que Sam y yo nos quedemos solos, Ally.-Le dije lo mas obvia posible.

-Bueno, de todas formas me gustaría salir con Nate a un lugar lleno de personas sobrias.-Reí, ella también lo hizo.-El problema es Andrew, no es por ser mala, de hecho es una gran persona, pero ¿por qué lo invitaste?.-Me preguntó, rodé los ojos.

-Pensaba darle celos a Sam, pero estoy cansada de ser tan infantil, además, Andrew es un gran cantante y compositor, éste tour es una gran oportunidad para él, y pues por eso.-Le dije no teniendo otros más argumentos.

-Pensaré en algo.-Me dijo, bufé.

Dimos algunas vueltas más al parque, casi a las dos y media Nate me llamó y me dijo que llevaría a Sam con el doctor para checar su pie, quizás hoy le quitaría en el yeso.

Volvimos al hotel, sólo se encontraban Kenny y Andrew ahí y los cuatro bajamos a comer mientras esperábamos a Sam y Nate.

-Definitivamente iremos a una fiesta, hombre.-No estaba muy segura de lo que Andrew y Kenny estaban hablando, pues mi comida era más importante.

-¿Irás, cierto?.-Andrew colocó su mano sobre la mía, lo miré incrédula.

-Lo siento, me perdí, ¿de que hablan?.-Les pregunté, los tres rieron.

-Sam acaba de subir una historia a su snapchat donde decía que ya le había quitado el yeso, hay una fiesta hoy y tenemos que ir a celebrarlo.-Me explicó Kenny, sonreí no muy convencida.

-El problema es que..Camila tiene algunas cosas que hacer, eso de la cámara y no sé que otras cosas más para el lunes, le queda muy poco tiempo.-Ally era la diosa de los pretextos inventados.

-Exacto.-Alcancé a decir.

-Que lastima, ¿te quedarás sola?.-Me preguntó Andrew. ¿Nego o no?.

-¿Quién se quedará sola?.-La voz de mi hermano me salvo por completo.

-Hay una fiesta hoy, y Camila no puede ir pues tiene que hacer unas cosas del tour, y le preguntaba si se va a quedar sola.-Le explicó Andrew a mi hermano.

-Se puede quedar Sam con ella, aún no puede caminar bien y caminar entre tanta gente le puede hacer daño, alguien lo puede lastimar o algo.-Dijo Nate mientras buscaba a un camarero con la mirada.

-¿Pero ya le quitaron el yeso?.-Le preguntó Ally, Nate asintió.

-Si, pero tiene que tener reposo.-Se encogió de hombros.

Al terminar de comer, estuvimos un rato en la alberca, después Ally y yo subimos para ‘ver que era lo que Ally se pondría’.

-El mundo conspira a tu favor.-Dijo mientras entrábamos a la habitación.

-Será a la de Sam.-Le dije tirandome a la cama, ella asintió.

-Cami, todos sabemos que cuando vamos a ver una película, hacemos de todo menos ver la película, así que por favor sean prudentes.-Reí y le lancé una almohada que quedo a tres metros de su cara.

-Espero que Sam no tenga la misma puntería que tú, pues no quiero ser tía aún.-Me guiñó un ojo, que sexosa.

En cuanto Ally salió del baño, se vistió y fue en busca de Nate. No volví a saber nada de ella. Estaba medio arreglando mi habitación, pues tenía un desastre de ropa por todo el piso, y en eso Sam tocó la puerta.

-¡Pasen!.-Grité, abrió la puerta y me acerqué para ayudarlo.-¿Qué es todo esto?.-Le pregunté viendo miles de dulces en sus manos.

-Vamos a ver una película, es de ley comer cochinero.-Dijo encogiéndose de hombros.

-¿Y las películas?.-Le pregunté, en ningún momento vi que trajera películas en sus manos.

-Aquí.-Se levantó la camiseta dejando ver las películas metidas en sus pantalones, reí y volteé a verlo con esa sonrisa pícara que él siempre tenía.

-Nunca cambiarás.-Le dije riendo y sacando las películas de sus pantalones.

Puse las películas, él ya se había acostado en mi cama y me senté en la otra esquina, él río.

-Sin quieres abrazame de una vez.-Dijo, negué.

No entendía muy bien de que trataba la película, pero si me había hecho dar uno que otro brinco de vez en cuando. Sam cada vez se reía de mi y se acercaba.

-¡Jesús!.-Grité al ver la cara inesperada de la tipa en la película, él río y se acercó a abrazarme.

-No que no te daba miedo.-Me dijo, reí. Podría jugar un momento con él.

-Quizás sólo quiero que me abraces.-Él sonrió, me acerqué un poco a él. Puse mi mano en su mejilla, él cerró los ojos y me acerqué un poco más.-O que me beses.

Acerqué su boca a la mía y junté nuestros labios, necesitaba un beso, un beso que se pudiera llamar beso, no un pico. Él poso sus manos en mi cadera y yo, sin control en mi mente, me coloqué a horcajadas sobre él.

-No tienes ni idea de cuanto te he necesitado, y no sólo un beso, todo de ti.-Dijo, separando sus labios de los míos y al instante juntándolos.

-Yo igual de ti.-Suspiré sobre sus labios.

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora