Cincuenta y cuatro.

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Maratón 1/5

Estaba con mis padres conversando, una llamada hizo que dejara de reír y me paré a atender mi llamada fuera de la sala.

-Hola.-Dije, no estaba muy segura de quien era, pero más o menos tenía una idea.

-¿Camila Maloley?.-Preguntan y como lo pensaba; era de la oficina.

-Si, soy yo. ¿Qué se le ofrece?.-Pregunté sentándome en uno de los bancos de la barra de la cocina.

-El señor Samuels quisiera saber si se podría comunicar con él en éste momento.-Dijo la chica amable.

-Claro.-Dije, ella colocó en la línea una de esas canciones molestas para esperar a que el señor Samuels atendiera.

-Señorita Maloley.-Dijo su voz alegre, debo de afirmar que David Samuels parecía un señor muy feliz.

-Buenas tardes, señor Samuels.-Dije con seriedad y respeto.

-Oh, por favor. Llámame David.-Dijo quitado de la pena, sonreí.

-Está bien, David, ¿qué se le ofrecía?.-No debía dejar de lado el respeto, aunque a él no le importara que lo llamaré de 'tu'.

-Me preguntaba si podría venir a la oficina a hablar sobre algunos detalles, y Andrew tiene una sesión fotografía en media hora, me encararía que la vieras por tus propios ojos.-Sonreí, y me bajé del banco en el que estaba.

-Estoy allá en menos de quince.-Le dije saliendo a la sala, él se despidió y colgué la llamada.

Estaba aún en pijama, me di un baño rápido y salí lo más rápido que pude para alistarme. Como hacía algo de calor me puse una linda falda blanca, un top negro con algunas floresitas y un sombrero, amo los sombreros. Una botas tipo militar y mi cámara colgada a mi cuello era lo que me coloqué para terminar mi vestuario.

Después de peinarme y pintarme, bajé para pedirle a papá que me llevara, él aceptó y ambos nos despedimos de mamá.

Mi padre me pidió la dirección y durante todo el camino íbamos platicando sobre mi nuevo trabajo, y sobre todo lo que padre pregunta; mi novio.

-Aún no somos novios, papá.-Le dije riendo, él negó.

-Camila, te conozco, has sonreído y ni siquiera he mencionado su nombre.-Dijo, no me había dado cuenta, pero si había sonreído inconscientemente.

-Como sí no supieras quien es.-Era obvio que mi padre sabía. Nate y Stew, más Stew que Nate, no saben guardar nada.

-Si, lo sé, pero quiero que lo conformes.-En su rostro se dibujo una sonrisa, reí.

-Es Sam.-Le dije, sentí mis mejillas un poco calientes y me miré por el espejo, estaban rojas.

-Es un gran chico.-De inmediato recordé las cosas que habíamos pasado y mi sonrisa se borró, pero lo bueno era que estábamos comenzando de nuevo.-Me alegra que salgas con él, se conocen desde pequeños.-Estacionó el auto afuera de mi trabajo, asentí a su comentario anterior.

-Gracias papá, tu apoyo es lo más importante para mi.-Le dije, me acerqué y le di un beso en la mejilla.

-De nada mi niña, pero recuerda; no nietos aún.-Dijo señalándome, asentí en forma de militar y seria, me despedí de él de nuevo y bajé del auto.

Ya sabía donde estaba la oficina de David, así que sólo saludé a la recepcionista y ella me dejó pasar. El gran pasillo era demasiado largo, o estaba desesperada para llegar, pues se me hizo eterno. La secretaria de David, quien estaba afuera de su puerta, abrió la puerta para que yo entrara. David estaba sentado detrás de su escritorio leyendo algunos papeles, al verme sonrió y asintió para que la chica saliera de su oficina.

-Toma asiento, Camila.-Señaló una de las sillas, me acerqué, lo saludé con la mano y me senté en la silla frente a él.-De lo que te quiero hablar es sobre el contrato.-Dijo serio, sentí un gran nudo en mi estómago.

-¿Hubo algún error?.-Pregunté temerosa, él sonrió y negó al mismo tiempo.

-¿Error? No. Inconveniente, si.-Dijo, frunci el ceño. ¿Acaso eso no era prácticamente lo mismo?.

-¿Cuál es el inconveniente?.-Le pregunté muy preocupada. ¿Podría ser mi edad, o algo así?.

-¿Qué tanto amas a tu novio?.-Claramente esa pregunta me hizo sorprendente, ¿por qué le interesaba mi vida amorosa?.

-Mucho, por algo es mi novio.-Dije segura, pero con algo de duda. ¿Qué estaba tramando?.

-¿Lo dejarías por tu trabajo?.-Preguntó.

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora