Treinta y cuatro.

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Maratón 2/?

-Éstas son todas las fotos.-Le entregué a Bryant mi cámara y él la conecto a su Mac, para poder ver mejor la fotos.

-Wow, Camila son grandiosas.-Cameron se encontraba con nosotros y sonreí algo sonrojada a su alago.

-Muchas gracias, Cameron.-Bryant seguía viendo las fotos, ¿acaso las estaba estudiando?.

-De nada linda.-Me guiñó un ojo, ¿qué acaso le gustaban hacerme sonrojar?.

Mientras los dos veían las fotos, yo estaba sentada en la orilla de la cama viendo toda la habitación, pues no tenía nada que hacer. Recordé que ayer le había dicho a Nate que hablaría con Jack, no estaba muy segura de querer hacerlo, pero estaba segura de no querer perder lo que quedaba de amistad con Jack.

-Chicos, ya vengo, cuidan a mi bebé.-Les pedí, ambos asintieron y salí de la habitación en busca de Jack.

No sabía muy bien que le iba a decir a Jack, pero tenía que hablar con él, quería que me diera una señal de que aún eramos amigos.

El pasillo estaba vacío, como casi siempre, corrí hasta la puerta de la habitación de los Jacks, Nate y Sam, no sabía como los cuatro podían sobrevivir juntos.

Toqué la puerta y escuché un ‘adelante’ por parte de Johnson, abrí la puerta y los Jacks se encontraban sentados frente a frente. Johnson con un piano en las piernas y Gilinsky con su Mac.

-Smurfy.-Gritó con alegría Johnson, Jack ni siquiera despegó su vista de la pantalla para ver quien había llegado.

-Hola Jack.-Me acerqué a Johnson y le di un beso en la mejilla en forma de saludo.

-¿Qué haces por acá?.-Me preguntó y con la mano me señaló la cama, para que tomara asiento. Gilinsky parecía no estar.

-Venía a saludarlos.-Me encogí de hombros y él asintió. Ambos guardamos silencio, tenía que sacar a Johnson de la habitación para hablar a solas con Gilinsky, pero no quería correr a Johnson, Dios.

-Que lindo de tu parte.-Agregó Johnson después de unos minutos.

-Oh, y también te venía a decir que Sam te buscaba.-¿Eso fue lo primero que se te ocurrió? Bravo, Camila. Johnson pareció entenderme y salió de la habitación.

Me recoste sobre la cama, cerré los ojos y sólo escuchaba las teclas de la computadora. Hasta sentía que me estaba quedando dormida.

-¿No piensas irte?.-La voz de Jack hizo que abriera los ojos y recordara que estaba en su habitación.

-No, porque me gustaría hablar contigo.-Le dije en contra, me senté en la cama mirándolo, él no lo hacía.

-¿Si? Pues a mi me gustaría que te fueras, no quiero hablar contigo.-Se encogió de hombros, seguía viendo la pantalla de su computadora.

-¿Crees que ignorarme hará que me aleje de ti?.-Pregunté con sarcasmo. Jack sabe que si yo quiero algo no lo dejo hasta que lo consigo.

-Había funcionado.-Por fin dejó de ver la pantalla, cerró la computadora y se cruzó de brazos viéndome.

-Jack, somos amigos desde los siete años, no puedes hacer esto porque te rechace y más sabiendo que tu tenías la culpa.-Yo lo había rechazado con buenas razones, él había apostado.

-No fue el porque, fue el como.-Bufé, era un ridículo de lo peor.-Pero en cambio a Sam si te entregaste.-Me llevé las manos a la boca algo sorprendida e indignada.

-No digas algo que no te consta.-Jack no tenía porque saber que si me había acostado con Sam.

-¿Estoy mintiendo?.-Se señaló, asentí.

-Si, tu no sabes nada de mi y de Sam.-Él río irónico.

-Estás perdidamente enamorada de Sam, si él te lo pide lo haces.-Dijo como si nada.

-Yo no soy una cualquiera, idiota.-Lo anterior me había hecho enojar y mucho, aunque si lo había hecho con Sam, pero de todos modos no le da el derecho de decirme que era una era una puta barata.

-Demuestramelo.-Se levantó de la cama y se acercó a mi, me quedé estática, ¿qué demonios estaba haciendo?.

Él estaba a pocos centímetros de mi y yo seguía sin reaccionar, su mano acarició mi mejilla y la aparté bruscamente, en eso se escuchó la puerta y él me besó.

-¿Camila?.-La voz confundida de Sam retumbó en mi cabeza, me separé de los labios de Gilinsky y miré a Sam.

Su rostro confundido decía todo, podía ver sus labios algo llorosos y yo estaba más que confundida.

-Sam..-Susurré apenas audible, él negó repetidas veces con la cabeza y salió corriendo.-¡Sam!.-Grité y traté de correr, pero Gilinsky tomó de mi brazo para detenerme.

-Dejalo.-Dijo serio, como si nada hubiera pasado.

-¡Lo hiciste aproposito!.-Quería llorar, podía sentir mucha rasquera en mis ojos y tenía unas inmensas ganas de arrancarle los huevos a Jack.

-Le acabas de demostrar a Sam que eres una cualquiera.-Aquello fue la gota que derramo el vaso, mi mano golpeó la mejilla de Jack y él me soltó para sobarse, en ese momento salí corriendo detrás de Sam.

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora