Dieciséis.

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-Mi pregunta es; ¿cómo sabes la talla de sostén de mi hermana?.-Era el segundo día de grabación y los chicos aún seguían con la duda de como Sam sabía mi talla de sostén.

-Fácil,-Se encogió de hombros.-en un concierto una vez me lanzaron un sostén de esa talla, lo metí en la habitación de Emily y a los días ella lo tiró a la basura, no le había quedado...

-Eso no tiene nada que ver.-Lo interrumpió Nate.

-¿Podrías no interrumpirme?.-Le preguntó, Nate asintió.-Entonces un día entré por el patio a su casa.-Nos señaló.-Y había ropa tendida, colgué el sostén y ¿adivinen que? te queda, y aún no sabes cual es el sostén.-Me dijo con una sonrisa.

-Eres un maldito enfermo.-Le dije negando, los chicos querían dejar escapar una risa.

-Estoy bromeando, sólo lo adivine.-Se encogió de hombros.-He estado con miles de chicas, se medir las bubies con la mirada.-Me guiñó un ojo y por instinto me tapé el pecho con las manos.

-Iré a buscar algo para tomar.-Les dije muy incómoda, pues que Sam me confiese que sepa medir las bubies con la mirada no era nada lindo.

Las tres chicas que salían en el vídeo estaban sentadas ahí, junto a la jarra con agua. Me acerqué y ellas me miraron con una sonrisa lo cual correspondi.

-¿Cuál es tu nombre?.-Preguntó una rubia.

-Camila, ¿los de ustedes?.-Le pregunté mientras vertía el agua en mi vaso.

-Sydney, Sophia y Pía.-Contestó la morena que salía con Gilinsky en el vídeo.

-Lindos nombres.-Les sonreí, Sydney, que era la acompañante de Nate me señaló una de las sillas y tomé asiento.

-¿Se siente raro que tu hermano sea famoso?.-Nunca me había puesto a pensar en ello, pues nunca me pasaba algo extraño.

-Un poco, no divulgó mucho que Nate sea mi hermano.-Me encogí de hombros casual, pues era la verdad.

-Oh, eso es bueno, para que no se te suba la fama a la cabeza.-Dijo, riemos, ¿fama, cuál fama?.

-Escuche por ahí que sales con Jack, el moreno, ¿es verdad?.-Preguntó Sophia, sentía que estaba en un interrogatorio.

-Si, es verdad.-Le dije, ellas soltaron un pequeño grito de emoción.

-Jack es tan guapo.-Pía era la chica que salía en el vídeo con Jack.-Sólo digo, no te molestes.-¿Deberías sentirme celosa?.

-No te preocupes.-Le dije, pues no me sentía ni un tantito molesta.

-De seguro te lo dicen mucho.-Agregó Sophia.

-Para nada, sólo llevamos dos días saliendo.-Ellas asintieron algo sorprendidas de que llevábamos muy poquito saliendo.-Lo sé, muy poco.

-Aún así son súper lindos juntos.-Agregó Sydney, agradecí internamente por que ella rompió el silencio.

-¡Chicas! ¡Es hora!.-Gritó Nate, las cuatro nos levantamos y caminamos detrás de Nate.

Los chicos entraron primero a la cancha de basquetball, después teníamos que entrar nosotras a la señal del director.

Gilinsky le ‘mostraba’ a la chica como jugar mientras los demás ‘jugabamos’, el director gritó el famoso ‘corte’ y nos quedamos quietos.

Felicitó a los chicos, y claro, a nosotras y después nos dijo que podríamos tomar un descanso mientras él hablaba con los Jacks.

-Nunca he podido encestar.-Le quité la pelota de las manos a Sam y traté de lanzarla, no cayó. Soy una asco en esto.

-Tu codo pone la dirección.-Dijo, lo miré confundida, ¿cómo mi codo iba a poner la dirección?.-Así.-Dijo y lanzó un tiro perfecto.

-Si, entendí muy bien.-Le dije sarcástica, pues sólo lo vi lanzar la pelota.

-Mira.-Se acercó y me dio la pelota.-Poner ésta mano así.-Puso mi mano izquierda hacía arriba.-Y esta justo así.-Y la derecha en forma de defensa.

-¿Puedo tirar?.-Pregunté, él negó.

-Éste pie tiene que estar a la altura de tu mano y el otro justo detrás.-Él mismo movió mis pies y después colocó sus manos en mi cintura.

-¿Ahora?.-Pregunté algo incómoda y feliz de tenerlo tan cerca.

-Una, dos, tres.-Dijo y me ayudó a tirar la pelota, ¡encestó!.

-¡Lo logré!.-Le dije feliz, aún que él lo había logrado.

-¡Así es, felicidades!.-Extendió sus brazos y lo abracé saltando un poco.

-Tienes que darme clases, y de skateboarding también.-Dije.

-Será un gusto, me gustaría aprender a tomar fotos pro.-Me llevé una mano a la barbilla ‘pensando’ su propuesta.

-Acepto, Wilkinson.-Dije, él sonrió.

-Los declaro marido y mujer.-Llegó Nate de la nada y nos ‘percino’.-Sam te hablan.-Le dijo dándole su teléfono.

-¿Marido y mujer?.-Le pregunté a mi hermano levantando las cejas cuando Sam se alejó para contestar.

-Dimelo tu.-Se encogió de hombros sin importancia.

-Sam está superado.-Veía a Sam caminar de un lado a otro hablando por teléfono.

-¿Segura?.-Preguntó lanzando la pelota, Nate sabía muy bien que me había gustado Sam.

-Si.-Respondí sin dejar de ver a Sam.

-No sé para que te pregunto, las mujeres nunca saben lo que quieren.-Volvió a lanzar la pelota y lo miré ‘ofendida’.

Flyin' high, touchin' the sky | Sammy WilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora